jueves, julio 13, 2006

Recomendación

Dicen que de músico, poeta y loco todos tenemos un poco.
El buen amigo Arthur Alan Gore creó su blog llamado Tormenta Negra. No diré mucho más. Aquí un fragmento del cuento Mariana y el Dragón. El link estará disponible como Tromenta Negra.

MARIANA Y EL DRAGÓN
Un perdedor es quien ya se dio cuenta que vivir es mal negocio y no queda otra que hacerlo lo más divertido posible. Y lo más intenso posible. Y, si es posible, buscarse en el camino una religión que valga la pena. El rocanrol, por ejemplo. Xavier Velasco.
Bajé de mi auto completamente ensangrentado y antes de sentarme en el asfalto, pensé que había desperdiciado media vida amando a Mariana. Sólo entonces pude llorar escandalosamente. La radio aún sonaba, lúgubre, desde los restos de mi coche: Wise men say: only fools rush in… Elvis verdugo. Me habría roto dos costillas al menos, la cabeza me punzaba a causa de la infame cruda y diminutos fragmentos de cristal se habían encajado en mi rostro, provocando un insoportable escozor. Ningún cristal me había hecho más daño que Mariana. Me consoló el hecho de no haber quedado paralítico. Pero repentinamente me contraje sobre mi vientre en una punzada. Vomité algunas flemas sanguinolentas, pero no el recuerdo de Mariana. El volante me había roto las tripas. Mi coche era una mierda motorizada, una orgía de fierros retorcidos que fornicaban groseramente en medio de fugas de aceite, líquido de frenos y anticongelante. Varios cables entonaban una rabiosa melodía compuesta de chispas y cortocircuitos. El frente del auto había atrapado medio cuerpo del dragón. Abrazo letal. Imaginé que la bestia rosada estaría muerta después de semejante impacto, al menos yo me había puesto el cinturón de seguridad. Al tiempo que me incorporaba nuevamente para verificar que alguna parte del motor pudiera salvarse –el seguro no pagaría semejante accidente –me dio igual que el dragón aún respirara. Pero lo hacía. Sus fosas nasales se contraían a un ritmo desigual, llenando con sus vapores el ambiente de un olor fétido y picante. La vida del monstruo palpitaba amenazante, igual que la imagen de Mariana en mi cabeza. Moví dos dedos, cosa que me hizo sentir que el alma se me resquebrajaba y separé los párpados de un ojo del dragón. La pupila oval, amarilla, se clavó en todas y ninguna parte al mismo tiempo. Gruñó.-¡Ése... ése fue! –gritó una voz, de las muchas que se habían congregado alrededor del sitio donde yo había atropellado al dragón. Me abandoné al dolor. Caí de bruces. Estuve a punto de fracturarme los huesos que aún estaban en una pieza al dar de lleno contra el piso. Un policía se me acercó. Lo vi por encima de mi cabeza, a un costado del sol.-Oiga, joven ¿fue usted quien chocó contra un dragón? –me preguntó.-¿Le pa-re-ce? –respondí lastimosamente. Antes de reírme caí en la disyuntiva de tragarme o no, de un bocado, el diente flojo que se me acababa de zafar.

El resto y otras cosas más, directo en Tormenta Negra.

Blogger es una bestia enorme y compleja, también quiero recomendar desde aquí otro blog, el de una gran periodista y amiga. Sólo tiene un post porque la bestia Blogger anda de berrinche con ella desde hace algunas semanas. Entonces, para no sugerir algo que todavía no está listo, esperaré. Sólo diré que sé de lo que es capaz en cuanto a escribir se refiere, y espero ansioso el momento de ofrecerles esa otra visión, la de una mujer inteligente. Sé que a más de uno le va a gustar.

Chico Migraña

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias

Anónimo dijo...

diseño-online dijo...

Muchas gracias por los interesenates comentarios... blablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablabla.
Es posible que la información contenida en www.azul78.com pueda ser útil para sus lectores....

Un saludo y gracias por este espacio Chico Migraña...