Para el presente capítulo, ya quedó claro que Cristian Vikernes, aka Varg Vikernes, aka Count Grishnack está recluído en una prisión noruega, convicto por el asesinato de un músico black metalero llamado Euronymous.
A partir de ese momento, Burzum (el nombre de la “banda” unipersonal de Vikerness) y el mismo Varg han sido objeto de estudios, análisis y cuestionamientos de todo tipo. Existen entrevistas, escritos, artículos, biografías y ensayos sobre su persona. Incluso Sangre de Metal se suma a dicha situación.
En esta entrega, Varg se defiende de lo que él llama
La Propaganda de las Mentiras. Su defensa está basada en el hecho de que muchas entrevistas son apócrifas, y muchas otras tienen apenas atisbos de verdad mezclados con sentimientos personales del entrevistador. Un buen entrevistador debe dejar de lado su percepción personal o sentimientos, y si no lo hace, debe dejar bien claro en qué punto se trata de una respuesta del entrevistado y en qué punto se trata de apreciaciones personales.
“Resulta extraño saber que varios periodistas y escritores piden informes sobre mi persona a gente de la
Antifa (alguna organización anti fascista),
Monitor (un servicio privado de inteligencia dedicado a monitorear la actividad de todos los llamados disidentes y sus actividades de ala derecha en Noruega) o
Antirasisitisk Senter (Centro anti-racista). Podrían preguntarme a mí sobre mis ideas, pero en lugar de eso prefieren preguntarle a éstas personas y todavía se auto proclaman como escritores objetivos de artículos sobre mi persona. Eso equivale a preguntarle a la Gestapo por alguna información sobre disidentes en la era Hitler y esperar obtener información justa y objetiva”.
La prensa es igual en todas partes. Existenm excepciones, gente talentosa y que no maneja intereses ni dobles discursos, pero abundan las publicaciones amarillistas que tuercen la realidad para vender un poquito más. Otra clase de pseudo periodismo (que abunda en México) es el que busca la trascendencia del reportero a costa del famoso. Es decir, aquellos que buscan al artista para según ellos entrevistarlos y luego difundir rumores o chismes y alardear de su amistad con ellos. Por ejemplo, una página como Blabbermouth es una buena fuente de información en una primera etapa. Es decir, si lees con detenimiento, cuando son notas sin sustento las manejan con cierta ambiguedad. Lo más reciente que ejemplifica perfecto esta situación es la nota sobre el proyecto
Heaven and Hell. Dijeron en un principio que se llamaba así y no Black Sabbath, porque Sharon y Ozzy son los dueños del nombre. Pero lo dicen así y ya, no citan fuentes ni sustentan sus dichos. Una sem,ana después, la oficina de Relaciones Públicas de Tony Iommi explicó que el nombre Black Sabbath es propiedad de Iommi, pero que no lo usaron porque confundiría a la gente y más ahora que estuvieron en boga por su inducción al Salón de la Fama del Rock and Roll. Es decir, en esta situación el periodista se debería ir con la información de la gente de Iommi, porque para cualquier aclaración tienes a quien dirigirte.
Es como el nombre Kiss, que todo mundo dice que es propiedad de Gene Simmons exclusivamente, aunque nadie ofrece pruebas del dicho. Bueno, se cierra el paréntesis aclaratorio y continúa Vikernes.
“Lo que más me sorprende es la enorme cantidad de entrevistas inventadas. En vez de entrevistarme a mí, algunos periodistas se inventan respuestas a sus propias preguntas. La entrevista falsa más famosa debe ser aquella incluida en el libro
Lucifer Rising, aunque tristemente no es la única”.
Ese libro se llama originalmente
Lucifer Rising: a book of sin, devil worship and rock and roll (El advenimiento de Lucifer: un libro sobre pecado, adoración del diablo y rock and roll). Lo escribió un “periodista reconocido” de nombre Gavin Baddeley. Sus títulos incluyen el de Reverendo Ordenado de la Iglesia de Satán. Ha trabajado para publicaciones como The Observer y la revista Metal Hammer y le llaman la autoridad en cuanto a lo oculto en la BBC y Canal 4, ambos con sede en el Reino Unido. Sus publicaciones suelen causar polémicas.
Respecto de él y su libro, en un apartado de “Reseñas de Libros” en la página oficial de Vikernes, él dice lo siguiente:
“Me pregunto por qué extraña razón este tipo estaba escribiendo sobre algo que evidentemente desconocía. No sabía nada (se refiere al movimiento black metalero, que es uno de los capítulos del libro). ¡Gracias a Odín (Dios) nunca le acepté una entrevista! Estoy totalmente arrepentido de haber hablado con los autores de “Lords of Chaos” (primero fue libro, hoy existe una especie de documental al respecto) y afortunadamente nunca platiqué con este idiota.
Por lo tanto, mi sorpresa no pudo ser mayor cuando llego a la página 206 y veo publicada una entrevista conmigo. En la cabeza el asegura que ‘hablé con el Conde a principios de 1993 cuando él estaba bajo fianza por la quema de algunas iglesias – antes incluso que la prensa internacional se apoderara de la historia’. Bueno, a sabiendas de que yo nunca hablé con este tipo y ni siquiera lo conocía hasta que me mandaron su libro, esto me sacó mucho de onda. Además, yo sé perfectamente bien que el único periodista extranjero al cual le di entrevista alguna por teléfono a principios de 1993 –creo que uno o dos días después de que me soltaron a principios de marzo- fue un periodista de la revista Kerrang! En Noruega ni siquiera existe un sistema de fianzas. Me dejaron ir por falta de pruebas, nada más y nada menos”.
Lo mismo narra más adelante con otra persona que lo entrevistó en 1993-94. Dice Vikernes que leyó un artículo llamado “Music, murder and fire – Black Metal the Scandinavian way”. Dice que la persona que firma dicho artículo usa el nombre de Ilde, un posible seudónimo, porque el reconoce algunas frases dela referida entrevista. Dice que una muestra de que la entrevista es falsa es la narración de los hechos, pues según el periodista desde la celda de Burzum se veían árboles y una torre de vigilancia. Dice Vikernes que desde su celda en ese tiempo, en Bergen, lo más que se veía era otro edificio de la prisión, más no árboles, y que además, ninguna cárcel de Noruega cuenta con torres de vigilancia. Luego aclara “también aprovecho para desmentir un estúpido artículo publicado en el 2003 que decía que un guardia me había disparado en una pierna. Eso también es falso, es más, los guardias de prisión en Noruega no usan armas!”.
Aclara también un artículo de la revista Tempo: “toda la mierda sobre mi familia, que mi padre nos golpeaba a mi madre y a mí viene de ese artículo, que es totalmente falso”. Y se pregunta “¿de dónde saca la gente como este alemán tanta mierda para escribir? Y creo cuando veo que no tienen ningún sustento en la realidad que simplemente se inventan cosas. ¿Por qué? ¿Por qué inventar historias si podrían preguntarme directamente a mí para obtener una versión real?”
Agrega que en ese tipo de libros y publicaciones “todo se manipula. Si le sonreía al periodista, ponían que hacía muecas, si no sonreía me describían como ‘un pedazo de hielo’. No importaba lo que dijera o hiciera, todo estaba mal. En la corte dije que no era satanista y que el satanismo me parecía una idiotez Judeocristiana, les hablé de Odín y Thor y sin embargo el juez escribió en mi sentencia que ‘Varg Vikernes cree en satanás’, mientras que la prensa me tachó de satánico. Incluso en el 2001, la directora del departamento de justicia de Noruega escribió lo mismo en una carta que mandó a un psicólogo y un psiquiatra que debían escribir un reporte para determinar si soy o no un psicópata (y determinaron que no, por cierto). El psicólogo y el psiquiatra e incluso la gente que trabajaba en esa prisión estaban sorprendidos por la ignorancia (o incluso malicia) de la directora”.
Ante tal panorama, Vikernes aboga porque el lector no crea lo que lee y desconfíe, y pide que para saber a detalle lo que pasa, pasó y puso pasar en su vida, sólo crean lo que escribe él. Claro, es o es además de imposible, un poco dictatorial. Pero es una postura que asumen muchos famosos, sobre todo ante el advenimiento del internet y la enorme cantidad de cosas que se pueden publicar sin ninguna restricción.
Después, Vikernes se queja de como el sistema noruego lo ha satanizado ante la sociedad. “Hoy soy visto como un criminal y nada más, así que no puedo esperar que los idiotas que rigen este sistema le digan la verdad a la gente. Y claro, no soy yo el único personaje sujeto a este tipo de propaganda mentirosa. Cualquiera que se revela contra el mundo moderno y este sistema enfermo padece más o menos lo mismo.... Cuando un país “occidental” apoya a los disidentes de otros países, ya sea Burma, China, Zimbabwe o alguno otro, los llaman disidentes u opositores, pero a los disidentes que viven dentro del sistema del mundo occidental los llaman criminales o terroristas. Ni siquiera aceptan que es legítima la revuelta contra ellos porque asumen como hecho irrefutable que su mal llamada democracia es la única forma de manejar un país”.
Así se defiende Vikernes de lo que se ha publicado sobre él a lo largo de los años. Y por lo menos debemos aceptar que su versión de los hechos, todos y cada uno de los que relata, difiere muy notablemente de lo que no conocía. Es difícil saber si todo lo que dice es verdad o no, pero la historia muestra que ciertamente la prensa y el sistema suelen inventarse mil cosas para sacar provecho. Nada mejor que un ultra villano para distraer la atención de un pueblo en torno a otros temas. Y vaya que en Méxio somos especialistas en consumir ese tipo de información vulgar y barata en lugar de entender o tratar de entender lo que nos rodea en el mundo económico, político yu social, por ejemplo.
Según Vikernes, y a título personal quiero agregar que son definiciones que me parecen muy elocuentes, “un fanátcio es un idealista con el cual difieres, mientras que un idealista es simplemente un fanático con el que estás de acuerdo. Así, los ‘idealistas’ dominan el mundo occidental y los fanáticos como yo, son perseguidos. Así funcionan las cosas, y tú (el lector) debes tenerlo en cuenta siempre que leas sobre gente como yo. Sigue siendo SU juego. También debes tener esto en cuenta cuando NO escuchas nada sobre gente como yo”.
Así termina este nuevo capítulo de Burzum/Vikernes. Más adelante habla de satanismo, pero eso requiere otro capítulo especial. Mientras, en diciembre de 2004, Varg escribió sobre como la prensa en general boicotea a Burzum, como banda. Dice que sus fans noruegos no pueden comprar discos de Burzum en su país, que deben viajar o pedirlos importados por internet. Que supo de unos documentales de la historia del metal en Noruega en los que entrevistan a gente de Satyricon y Mayhem, que mencionan apenas a Darkthrone y a Dimmu Borgir, pero que Burzum e Immortal simplemente no existieron. Habla de un boicot (no pasan videos de Burzum en programas de metal, a pesar de la demanda por ellos) y dice que entiende que quieran borrarlo de la historia porque sabe que es una persona non grata para el sistema, pero que al menos deberían esperar a que muera, porque mientras eso no pase, se defenderá de todo y de topdos: “No deberían tratar de quitar la costra hasta que la herida sane completamente, y su herida todavía está sangrando!!!”.
Bueno, cada vez aparecen más detalles que hacen de este personaje una verdadera encrucijada de versiones. Cada vez más queda claro también que no es ningún idiota, que no es un satanista barato del tipo Anton LaVey y que tiene mucho que contar. Por cierto, y para cerrar, su desprecio por LaVey era tal que en sus discos y los de Darkthrone, entre otros, solía aparecer la cara del famoso satanista atravesada por un signo de prohibición.
Chico Migraña, defender of the faith