miércoles, julio 22, 2020

Jet Jaguar - "Endless Nights": reseña

Nota aclaratoria: Inicio el texto con el video de "Rompiendo el Acero" que, si bien no aparece en el disco reseñado, es una buena manera de meter en contexto a la banda, pues se trata de la canción más famosa que tienen.


Dicen que no hay plazo que no se cumpla, y aunque pasaron tres años casi completos desde su victoria histórica en Wacken, finalmente llegó el larga duración debut de Jet Jaguar. El título es “Endless Nights”, contiene diez temas y dura poquito más de 44 minutos. Fue un trabajo realizado en dos partes: cuatro canciones grabadas y producidas por Tonio Ruiz y seis más grabadas y producidas por ellos mismos. La mezcla la hizo Henrik Udd (Powerwolf, Hammerfall, At The Gates), en Suecia. Todo esto, más que llenar líneas, es importante porque tuvo que ver con que pasaran tantos años y con parte del sonido del disco. El sello detrás del lanzamiento es el alemán Pride and Joy.

En general se trata de un trabajo que cumple enteramente con las expectativas. Si fuera requisito ponerle una calificación numérica, yo le pondría 8.5 de 10 puntos. En general tiene muy buen sonido, la mezcla es muy buena y permite casi en todo momento detectar todo lo que sucede con claridad. También en general se trata de un Heavy muy bien hecho, aunque en ocasiones tiene acercamientos al Hard Rock y lo que a mediados de los 80 los reseñistas llamaban Pop Metal.

Ese término nunca me gustó, y menos en esos tiempos de adolescencia porque parecía una contradicción total, como querer juntar agua y aceite, aunque las variantes tampoco eran del todo agradables, pues Pop Metal era sinónimo de Glam Metal y Hair Metal, términos peyorativos todos.

En ese sentido es complicado definir el disco. Lo que en su momento se llamaba Hair Metal o Glam Metal tenía más que ver con la imagen que con la música. Eran términos que igual definían a Poison que a Cinderella, a Mötley Crüe que a Def Leppard, y sabemos que musicalmente no siempre tenían mucho en común. En ese sentido, hoy, a treinta y tantos años de distancia, el término Pop Metal no me suena tan descabellado. Al final del día se trataba de describir a bandas que tocaban Heavy, pero que no tenían miedo de meter elementos poperos en su concepto. La variante sería la cantidad de Pop que rodea ese concepto.

En el caso de “Endless Nights”, no es tanto como parece a primera vista. El disco tiene muy buenos riffs, hay solos por todos lados y ofrece un sonido que si bien por momentos si hace referencia a bandas como Mötley Crüe y Autograph, también establece que la banda es capaz de moverse entre el Hard, Heavy y Glam con un sonido que se va endureciendo conforme avanza el disco. Además, las canciones más pesadas aparecen más hacia el final, por lo cual es importante tomarse el tiempo de escucharlo completo y sin pausas, como en los viejos tiempos.

“Jet Ranger” es la primera, una que se había lanzado como sencillo y que es buena elección para abrir el disco. Tiene velocidad y buenos riffs adornados coro un tanto popero pero bien pensado, con buenos solos, melódicos y bien tocados. Buen tema, aunque por alguna razón, la voz de Maxx suena distinta a su tono habitual.


En “Mr. Lee” viene un buen riff machacante. La batería tiene por ahí lo que parece ser un toque de cencerro (o especie de) que le da un ambiente sabroso a la canción. Algunos momentos en los coros recuerdan al Mötley Crüe de “Kickstart my Heart”, por ejemplo.

“Blinding Lights” es probablemente la más cercana al Hard Rock de todo el disco. Es también en la que mejor uso se le da a los coros tipo “oh uoh”, tanto que seguramente funcionarán bien en vivo. Los solos son muy melódicos y hacen recordar el sonido ochentero de bandas tipo Ratt. 


La que sigue es “Race or Die”. En esta hay al inicio un juego en estéreo de los riffs, uno en por cada lado de las bocinas, lo cual es un toque muy interesante. Es una rola veloz, de las más heavys del disco. De nuevo los “oh uoh” parecen ser el toque Jet Jaguar en este disco, pero también parece que podrían habérselos saltado, sobre todo porque en general es un tema más rápido y directo. Interesante como en cada bocina suena un riff un poco distinto, los solos gemelos son muy buenos y los individuales realzan aún más la canción. Las voces dobladas ofrecen el toque amigable que permea en el disco, pero suman a la idea de que los “oh-uoh” sobran un poco. 


Este es un buen momento para hacer una reflexión. Desde mi perspectiva, es entendible la parte de los coros “poperos”, son un buen elemento musical, algo que podría ir definiendo el estilo de Jet Jaguar, pero me parece que hay momentos en que están metidos más a fuerza que a gusto. Es decir, se pueden hacer coros que hagan de las canciones piezas más accesibles para oídos no tan acostumbrados al rock duro, es perfectamente válido, pero llega un momento en que parece que podrían haber buscado alguna variante que les permitiera tener ese toque más fresco y amigable, sin recurrir siempre al “oh uoh”.

Después sigue “Tormenta”, una semi balada que muestra un muy buen manejo del español, que fluye. Esto puede sonar contradictorio ya que el castellano es la lengua madre de todos en la banda, pero hay decenas de ejemplos de bandas que no logran transmitir en español un mensaje que no suene forzado o rebuscado, y en esta canción el idioma encaja perfecto con la música. Por momentos se escucha lo que podría ser una camita de teclados en el fondo. Los solos son más lentos y melódicos, muy acorde al estilo de la rola. 


En “Up to the top” el tono es más oscuro que en las demás canciones, y otra vez aparece el “oh-uoh”. Sin embargo “No Surrender”, que tiene un interesante detalle al iniciar en acústico, sale al quite. Esta va más en el tono oscurón de la anterior y es muestra inequívoca de que se les da bien crear riffs machacantes, en esta canción en particular un poco más lentos y por ende un tanto más pesados. Buenos solos gemelos, los toms de la batería se escuchan particularmente graves, lo cual suma a la atmósfera de la canción. Y sí, los coros dan muestra de que pueden sobrevivir sin el “oh-uoh”. 

Después viene “Final Prayers”, la más rápida, bastante oscura, aunque es la primera en que se nota un sonido distinto al resto del disco en cuanto a producción, ya que suena un poco más sucia. Aquí los coros son tipo pandilla, como Skid Row en sus primeros dos discos por ejemplo, un cambo muy agradable. Si tuviera la misma brillantez y definición en el sonido que el resto sería magnífica. 

Después viene “Nunca más”, la segunda en español, con buenos pasajes melódicos a dos guitarras. Suena a Heavy ochentero sin los adornos glam de la época. También se nota un poco el cambio en la calidad de la producción, también un poco más sucia. Otra vez muy buenos solos, melódicos, se pueden tararear y se pegan. En esta canción algunos pasajes de la batería por ejemplo podrían tener una mejor definición, como en las primeras cuatro o cinco y lucirían muchísimo.

El disco cierra con “10,000 voices”, un poco más lenta que el común denominador en el disco, también con un tono más ominoso y pesado. Por momentos rompe en pasajes semi acústicos, como de banda de metal progresivo. Suena bien aunque sí se aleja un poco del concepto general del disco al tener muchos elementos musicales en un solo espacio. Es la más compleja en estructura, es también la más larga y si bien no parece ser tanto su estilo, en ningún momento desmerece, al contrario, muestra que los chavos son capaces de meterse en la selva densa con machete en mano para abrirse camino por lo desconocido. 


Entonces, ¿está bueno el disco? Sí, por supuesto. Aquí el truco, desde mi opinión, es no perder de vista que a pesar de que en los últimos tres años han sido una banda muy visible, este es apenas su primer disco. Algo me dice que cuando venga el segundo encontraremos una definición más cercana a lo que quieren lograr; mantendrán algunos elementos que han mostrado ser parte de su ADN, pero seguramente incorporarán otros. En el corazón de su música hay un Heavy Metal muy bien tocado, una sensibilidad interesante para encontrar la manera de incorporar detalles pop que lo hacen más accesible, y mucho talento individual. Ya solo falta que decidan qué tanto quieren que la parte más suave permeé en su música y cómo resolver lo que en este disco está peligrosamente cerca de convertirse en cliché, que son los coros “oh uoh”. Si encuentran la manera de mezclar esa sensibilidad, digamos más amigable, con el Heavy que tienen de base, poco faltará para que se conviertan en una fuerza incontenible.
Y es que nada de malo tiene el que el sonido se recargue en elementos menos veloces o contundentes, como el Hard Rock, es solo que están en ese momento de definición musical por el que pasan cientos de bandas, con la diferencia de que ellos son mucho más visibles que esos cientos y por necesidad, las críticas serán mucho más viscerales, tanto en el elogio como en la maledicencia. La ventaja que tienen es que han sabido sortear lo negativo de buena manera, que son gente que tiene el apoyo de sus familias y amigos y que eso mismo les ha significado aprender a mantenerse con los pies en la tierra. Lo suyo es un esfuerzo por mostrar su música por las razones correctas, como son la pasión por lo que se hace y el amor por el Metal, ya después, lo demás es lo de menos.


Como siempre, si llegaste hasta acá, ¡muchas gracias!

Chico Migraña en "a mí si me gusta Jet Jaguar ¿¡y qué?!" Mode On.

martes, julio 07, 2020

Cirith Ungol, entrevista


Debo decir que las entrevistas que he hecho recientemente con relación al Candelabrum han sido muy disfrutables, pero como casi en todo en la vida, por una u otra razón, uno termina con cierto favoritismo. Esta con Robert Garven cae en esa categoría. La hice minutos después de escuchar todo el glorioso "Forever Black", el disco regreso de Cirith Ungol. La hice mientras estaba en el pueblo de Ayotla, en el Estado de México y honestamente, no sé bien por qué, no le tenía fe.

Mentiría si dijera que sigo a Cirith Ungol desde los 80, y como este espacio ha sido en muchas ocasiones una especie de diario, sin mentiras ni pretensiones, sin los rigores necesarios para considerarlo un espacio periodístico (como escribir en primera persona, por ejemplo), debo admitir que descubrí a la banda hace probablemente unos 20 años, pero me enganché más cuando escuché "The Goddess of Doom", de Reverend Bizarre, en algún momento de los tempranos 2000. En esa época me enganché (y sigo enganchado) con el Doom, y esa canción era un libro de texto para buscar y escuchar bandas que no conocía. En la letra hay una parte que dice "Cirith Ungol, Exitus and Scald". Conocía a Scald, tengo un disco que tiene una rola con un solo de campanas a la mitad, maravilloso, no conocía a Exitus y no recordaba a Cirith Ungol. Me hice a la tarea de escuchar algo de la mayoría de las bandas mencionadas y fue ahí que me volví a enganchar con Cirith. El maravilloso riff de la rola de Reverend, la forma en que metieron en una melodía de voz a 33 bandas me hizo enamorarme más del género, y redescubrir a Cirith Ungol, que por cierto, no me parece tan clavadamente doom. Mientras escribo esto bebo whisky (¿qué mejor para escuchar Doom?) y escucho esta rolota, por cierto.

La llamada resultó ser con Robert, otro baterista más en mi historial de entrevista. Por alguna razón, o probablemente a razón de que no suelen ser los llamados para hacer entrevistas, suelen ser muy platicadores y los más llenos de anécdotas. Ellos ven a su banda siempre desde atrás y un poco desde arriba y tienen cierto nivel de locura como para ganarse la vida golpeando tambores, así que suelen ser divertidos. Esta vez no fue la excepción.

La entrevista comenzó un poco floja, lo admito, pero Robert resultó ser muy platicador y muy amable. La charla duró probablemente otros 10 minutos, pero no lo grabé porque no le había dicho que ya estábamos en formato entrevista. Como sea, aquí está la entrevista completa, sin ediciones. Espero que la disfruten tanto al leerla como yo al realizarla.

Cirith Ungol tocó en México hace treinta y tantos años, han pasado tres décadas. ¿Qué recuerdas de aquella vez y qué esperas en este regreso?
Uy, cuántos recuerdo. Tocamos una vez en el Whisky A Go Go, era siete de enero de 1982 y una persona que iba desde Ciudad de México, de nombre Efrén Bernal, que era dueño de una tienda de discos llamada “Flashman 2000” en la Ciudad de México estaba ahí para hacer negocios con nuestra compañía de discos (en ese tiempo era Liquid Flame Records), era una compañía que importaba y exportaba discos a todo el mundo, y él nos vio tocar en el Whisky y nos dijo que quería llevarnos a la CDMX. Así, el 17 de abril de 1982 tocamos en una cena show, no recuerdo como se llamaba el lugar (en realidad fueron dos fechas, una en el Salón Imperial y otra en Skatorama, en Lomas Verdes) pero tocamos ahí con una de las bandas legendaria de ustedes, Chac Mool (honestamente, cuando hizo este comentario me ganó para el resto de la entrevista), lo cual fue una experiencia maravillosa. Luego, no recuerdo si una noche antes o una noche después, Efrén nos llevó a una de las grandes plazas de la Ciudad pero terminamos entrando a una estación de radio subterránea, literalmente, bajamos unas escaleras, era un lugar que tenía una especie de monumento con una casita en el tope, e hicimos una entrevista ahí, así que nuestra experiencia en la CDMX fue sencillamente espectacular. Nunca lo vamos a olvidar. De verdad tenemos muchas ganas de regresar.

Y ahora vienen en un festival que honestamente tiene un cartel excelente. ¿Alguna vez han tocado con Candlemass u OverKill que son parte también del Candelabrum?
Sí, tocamos con OverKill en Alemania, en un festival muy grande llamado Rock Hard. También hemos tocado con Candlemass, somos cuates, ya sabes, cuando estás haciendo tiempo en algún aeropuerto luego te encuentras con otras bandas, y a ellos los hemos encontrado varias veces. Ambas son bandas muy chingonas. Somos una banda vieja que tiene su propia onda y que a la gente aún le interese lo que hacemos nos parece maravilloso.

Es interesante eso porque ustedes existen desde los 70 y crearon la mayoría de su música en los 80, y he leído reseñas del nuevo disco y todo eso y veo que hay quienes dicen que ustedes tienen un sonido retro, pero eso está mal porque no es que suene retro, así han sonado siempre ¿cierto?
Sí, es cierto, cuando salió el disco, Tim y yo nos moríamos de risa, Tim es nuestro cantante, y en algunas reseñas decían que el disco sonaba como Cirith Ungol, y entonces era chistoso porque no sabíamos a qué esperaban que sonáramos. Yo siempre hago la broma de que si después de que los Beatles se separaron, si pasaran cinco años y regresaran, nadie se sorprendería de que sonaran como a los Beatles, pero al final del día me queda claro que en nuestro caso pasó mucho tiempo entre el último disco (Paradise Lost, 1991) y este nuevo (Forever Black, 2020, 29 años), es como que regresamos de la tumba, y la gente no sabía que esperar, pero cuando decidimos regresar lo hicimos con la idea de que tocaríamos algunos conciertos y ya, pero a la gente le gustó y empezaron a salir más fechas y festivales así que en un momento dado pensamos que si la banda estaba junta de nuevo, tal vez podríamos retomar las cosas donde las habíamos dejado y así fue como “Forever Black” tomó forma.
 
Y es interesante porque musicalmente habrán retomado donde se quedaron, pero en términos de audiencia, hay mucha gente joven que está descubriendo a bandas de este tipo. Ustedes van a mantener a sus viejos fans pero van a tener muchos nuevos, ¿cómo te sientes con eso?
Maravilloso, sobre todo porque nuestros viejos fans están en casas de asistencia jajaja, pero ya en serio, luego nos preguntan por qué creemos que las generaciones jóvenes se enganchan con bandas como la nuestra y honestamente no lo sé, pero te puedo decir que hacemos la música igual que en ese tiempo, es decir, no la hacemos pensando en qué querrá escuchar alguien más sino que hacemos la música que nosotros queremos escuchar y tocar, y pienso que a la gente que le gusta Cirith Ungol entiende que hay cierta pureza que viene de la mano con esa idea de hacer música para nosotros mismos, así que nos sorprende siempre el que haya gente que escucha y disfruta de esa música. Es complicado entender por qué razón a alguien le gusta algo pero creo que la gente que disfruta de nuestra banda tiene un gusto un poco más inusual, y eso es bueno. Hace poco en una entrevista le decía al reportero que uno querría ser más famoso… Por ejemplo, si estás en Estados unidos, la cerveza más famosa es Coors Light, y si fueras a Alemania se reirían de ti porque en realidad no es muy buena, pero es la que todo mundo toma. Bueno, yo veo a nuestra banda y nuestra música como si fuera una cerveza artesanal o una cerveza oscura de Alemania o una XX de México ¿sabes?, algo con más sabor, pero no todo mundo va a aceptar ese sabor, les va a parecer… no quiero decir que salvaje o loco, pero será distinto a lo que normalmente les gusta. ¿Tuvo sentido lo que dije?
Sí, mucho.
Bueno, te puedo dar otro ejemplo. Yo crecí en San Antonio, Texas, y viví en Brownsville, Texas así que pasé mucho tiempo en México porque mis papás tenían muchos amigos ahí así que durante muchos años comí lo que se consideraba comida mexicana, pero en realidad era lo que llaman Tex Mex. Mucha gente dice comer comida mexicana pero pide salsa que no pique, bueno yo siempre quería la más picosa y creo que ese es el contexto: la gente a la que le gusta nuestra banda sería la que prefiere comer salsa picante.
 
Lo siguiente te lo pregunto como alguien que escucha música desde hace muchos años pero que no es músico. Estaba escuchando “Forever Black” y me di cuenta de que tu batería se escucha muy bien, se escuchan todos los tambores y todos los platos, y veo un estilo propio, a veces sigues el riff a veces tocas algo distinto, pero tocas todos los tambores, no sólo tarola, bombo y un plato. Me parece una manera vieja escuela de tocar la batería, me recuerda a Bill Ward de Black Sabbath. ¿Cómo desarrollaste tu estilo?
Bueno Bill Ward es uno de mis héroes, crecí en la parte final de los 60 y principios de los 70 y escuché a todos los grandes bateristas de esa época, pero nunca tomé clases formales, fui autodidacta. Y mucha gente ha criticado mi capacidad como baterista y yo soy siempre el primero en admitir que técnicamente no soy un muy bueno, pero de lo que sí estoy orgulloso es de haber creado mi estilo propio y creo que encaja bien con la voz de Tim y el resto de la música y las letras y la atmósfera en general de la banda. Yo le llamo un estilo cavernícola, eso sí me genera orgullo. Otra cosa es que hay muchos grandes bateristas en todo el mundo, a veces me meto a Youtube y veo a una chica de 13 años en Tailandia y me digo a mi mismo que es la mejor baterista que he visto en mi vida, pero te digo, me siento orgulloso de haber creado un estilo propio y no es que nadie pueda copiarlo pero es algo mío y eso me hace feliz.

Tienes mucho sentimiento al tocar y eso es muy bueno. Ya que mencionas a Tim, eso es algo que te quería preguntar también. Al leer reseñas, la gente se divide entre quienes lo aman y quienes lo odian, sin puntos medios. ¿Cómo lo ves tú desde el punto de vista de un compañero de banda?
No no no, yo lo amo, te cuento una historia chistosa: cuando salió nuestro primer disco el sello lo mandó a todas partes del mundo, así que recibíamos cartas de fans de todos lados (sí, cartas escritas a mano y mandadas por correo). En ese tiempo nos juntábamos a ensayar 3 o 4 veces por semana y contestábamos las cartas, era importante para nosotros hacerlo porque no éramos una banda grande y apreciábamos mucho que la gente se tomara el tiempo de escribirnos. Y algunas eran divertidas como una de un tipo que nos puso que le encantaba la banda pero odiaba la voz del cantante, decía que era tan malo que ya no podría escuchar más a la banda. La leímos, le contestamos y le dijimos que sentíamos mucho que no le gustara pero que le agradecíamos que hubiera comprado el disco, pero luego dos semanas después recibimos otra carta de esa misma persona y decía: “¿recuerdan que les dije que odiaba a su banda por el cantante? Pues lo escuché más veces y ¡Dios mío!, ahora creo que Tim Baker es el mejor cantante que he escuchado en mi vida”. Entonces la broma que hacemos es que si no te gusta a la primera escucha, tómate un par de chelas y vuélvelo a escuchar y tal vez a la segunda escucha te gustará más. Pero el punto es que su forma de cantar es como mi forma de tocar la batería, es muy singular. La gente se queja de que no canta siguiendo la música o que canta fuera de tono, más o menos como lo que decías de mi forma de tocar pero creo que eso es parte de lo que nos da ese estilo tan único de hacer metal que tenemos.
 Hace poco veía el documental “Murder in the Front Row”  y deja muy claro que en esos años en California las cosas estaban muy divididas entre el Glam tipo Los Ángeles y el Thrash de la zona de la Bahía, pero ustedes estaban de alguna manera atrapados en medio de ambos. Muchos opinan que justo eso fue lo que provocó que ustedes eventualmente se deshicieran como banda pero mejor te pregunto a ti: ¿qué paso a principios de los 90 que hizo que desaparecieran?
Sí, creo que le has dado al clavo. Llevábamos mucho tiempo juntos y la gente nos preguntaba por qué no sacábamos un disco. Por ejemplo, entre el 70-71 y el 81 que fue cuando sacamos “Frost and Fire” lo que pasó fue que crecimos y aprendimos. Al principio de la banda éramos niños de 12-13 años así que en ese tiempo aprendimos a desarrollar un estilo, escribir nuestra propia música. Luego de haber estado juntos por un tiempo y para cuando salió “Paradise Lost” la escena del metal había cambiado, como dices, en Los Ángeles era todo Hair Metal y ya sabes, empezó con una banda que lo hacía, luego eran dos y tres y luego todas las bandas eran Hair Metal. Luego apareció el Thrash que era como Heavy Metal súper veloz y recuerdo que algunos músicos de otras bandas decían que nuestra música era como rock de dinosaurios, les parecía pasada de moda. Pero también fue que luego de que salió el disco (Paradise Lost) comenzamos a tener problemas con nuestra discográfica y terminaron por corrernos. Un par de miembros de la banda se fueron y ya solo quedábamos Tim y yo así que mirábamos el entorno, tratábamos de encontrar una manera de encajar pero en realidad nunca encontramos ese cómo. En algún momento pensamos en traer músicos más jóvenes y que se aprendieran nuestra música pero al poco tiempo nos pareció mala idea porque no eran parte de la banda original y no tenía mucha lógica que tocaran lo que habíamos escrito antes. Y lo otro fue que empezamos a ver el paisaje rockero y parecía que ya no había donde movernos, ni siquiera donde tocar (no se refiere a lugares en sí sino a que los clubes ya no contrataban bandas como Cirith Ungol), porque nuestra música no estaba de moda. Por eso fue que decidimos terminar con la banda. Pero te diré esto que  creo que será cierto para siempre: el Heavy Metal en su forma original, lo primero de Black Sabbath, lo primero de Deep Purple, Budgie, Iron Butterfly, incluso más atrás con Cream y Jimi Hendrix, todos ellos tienen ese ritmo pesado, las guitarras corrosivas, los cantantes gritones, todo ese metal especial que según yo es el que nosotros tocamos va a seguir vigente por siempre. Hay miles de géneros y modas dentro del metal, Black Metal, Death Metal y todo eso y tienen miles de seguidores y eso está perfecto pero creo que al final del día el metal tipo Black Sabbath seguirá siempre de pie, seguirá adelante y algún día será considerada música clásica, tal cual como se considera a Beethoven y Mozart. Eso lo siento en mi corazón con toda sinceridad.
Y en ese contexto, digamos que alguien que no conoce a Cirith Ungol pero conoce todas las categorizaciones que hay, ¿en que categoría crees que encaja mejor tu banda?
Vaya, pues alguna vez alguien nos llamó los padrinos del Doom Metal y creo que eso no está del todo mal, porque cuando Brian Slagel, el creador de Metal Blade lanzó su primer disco, nosotros fuimos afortunados de tener una canción en él, “Death of the Sun”, y yo escribí la letra de esa y hablaba del fin del mundo porque el sol se apaga y entonces la tierra se muere. Luego en nuestro tercer disco, “One Foot In Hell” escribí la rola “Doom Planet”, que también era sobre el fin del mundo, y teníamos otra llamada “War Eternal”, es decir, siempre tuvimos estas letras apocalípticas (doomy) así que algo de cierto hay en llamarnos Doom, pero al mismo tiempo creo que es muy difícil meternos en esa categoría porque tampoco es que seamos Doom Metal clavado. También nos han etiquetado como Metal Clásico o Metal Épico y todo eso es cierto, pero considero que paralelo a eso hay una categoría en la que solo somos Cirith Ungol, y algún día los científicos o los teóricos de la música nos redescubrirán y será su labor discernir en qué categoría quedamos mejor. Y con esto no quiero decir que me moleste que nos metan en una categoría, porque cada persona tiene su opinión, es solo que yo creo que no encajamos en ninguna etiqueta de las que hay. En todo caso, la categoría en que me gustaría que nos pusieran sería la del metal verdadero y original con bandas como Black Sabbath. Nosotros estamos parados sobre sus hombros y espero que la siguiente generación de bandas que toque lo que nosotros se pare sobre los nuestros y que así sea de una generación a otra. Esa es mi esperanza.

En los 80 editaron sus discos con sellos pequeños. Ahora lo sacaron con Metal Blade que si bien no es tan grande, sí es especializada y sabe como manejar una banda de metal. ¿Qué tanto ayuda estar en un sello así?
Es fantástico, son el mejor sello de Metal y estamos orgullosos de estar con ellos. Como dije, conocimos a Brian desde el inicio. Cuando íbamos a sacar nuestro primer disco nos lo encontramos en una tienda y nos decía que su sueño era comenzar su propio sello y nosotros le decíamos que el nuestro era tocar Heavy Metal así que nos preguntó si pondríamos una canción para su primer disco, dijimos que sí y luego todos estos años después estamos en su sello y no solo eso, cuando estuvimos separados como banda, él y su equipo europeo re lanzaron nuestros discos y eso ayudó a que toda una generación nueva nos conociera, supieron de nosotros porque Metal Blade mantuvo la llama viva. Si no fuera por ellos probablemente no estaríamos hablando hoy.
¿Qué opinas de internet en ese sentido? ¿Ayuda, estorba?
Me parece maravilloso. Creo que esa es otra de las razones por las que hoy la gente sabe de nosotros, picas un botón, escribes unas cuantas letras y  puedes ver y escuchar cualquier cosa que quieras. También creo que es un arma de doble filo porque así como puedes entrar ahí y encontrar verdaderas joyas, también encuentras mentiras y conspiraciones. Creo que se requiere cierta inteligencia para poder navegar y determinar lo que es verdad y lo que no. Pero si hablamos de música, creo que allanó el camino y ahora bandas que probablemente nunca hubieran conseguido un contrato discográfico pueden subir su música y hacer que la gente la escuche, y eso me parece maravilloso. El hecho de que nuevamente se hagan discos en vinil y la gente los compre es maravilloso. Creo que esta es la era dorada del metal. Yo viví en una época que la gente considera la era dorada pero en realidad en ese tiempo no era fácil, las bandas sufrían mucho, no había mercancía, las playeras de tus bandas favoritas las hacías tú mismo y en cambio ahora todo está al alcance de picar un botón y eso ha hecho el mundo más chiquito y nos ha acercado más, como hermanos.

Hasta aquí la entrevista. Como dije, hablamos un poco más pero ya tampoco era material tipo entrevista. Todas las fotos fijas, excepto la de Rock Hard y Candelabrum son de Robert, quien muy amablemente las compartió.

Verlos en vivo será un placer, además de que para mí significaría ponerle palomita a una de las pocas bandas que me falta ver en un escenario y que me duele no haber visto.






Si llegaste hasta aquí, ¡muchas gracias! Y para no dejarte ir tan fácilmente, ya que él la menciona en la entrevista, te dejo una rola del maravilloso Chac Mool:

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