Celtic Frost, la Mega Bestia

La neta de Finntroll no quería subir ni fotos, pero el Gallo tomó algunas chidas, como esta.


Más de Finntroll


Más de Finntroll

Los fans de Finntroll me disculparán, pero no hay reseña. Una, porque como no me gustan, pues la neta me quedé afuera. Otra, porque cuando toca Celtic Frost nada más importa.
“No es el corazón de un tonto aquél que sabe que no hay Dios”
En Wacken 2006 ya habían hecho de las suyas entregando 45 minutos de una especie de death doom papá del black moderno. Su set estaba planeado para ser de 60 minutos pero simplemente no se les dio la gana (la versión oficial fue que se confundieron y creyeron que tocarían nada más 45). Y esa noche tocaron varios clásico deliberadamente más lentos, más a tono con el monumento a la depresión, al existencialismo, al desgarro y la autodestrucción que es Monotheist. A muchos no les parecerá, pero es una pieza impresionante, brutal, caótica.
Celtic Frost no es para todo mundo, sencillamente nunca fue su intención. Basta con ver el gesto de Tom Warrior (en el Circo y en cualquier foto de cualquier época) para saber que es un alma torturada, un ser que la ha pasado complicada y que por eso es capaz de hacer la música que hace. Celtic Frost existe para que algunos simples escuchas y mortales sepamos que tan oscuro puede ser lo oscuro, que tan asquerosas pueden ser la existencia y la vida, qué tan miserables son nuestros tiempos de vida.
“Liberado de los grilletes de la luz
escurriéndome de vuelta a mi realidad
el subconsciente desprecia el día
en el crepúsculo de mi propio intelecto
Mi mente se aburre
cautiva de la ilusión
se mantiene despierta
es simplemente polvo
Lévate mi alma hacia la oscuridad
llévala soñando mil sueños mórbidos
cuando el viento acaricia mi mente veo que no hay mañana
si pudiera regresar, esa sería mi perdición”
Return to the eve (Retorno a la víspera)

Cuando el black metal era el sueño mojado de algunos, Celtic Frost había sentado las bases del sonido


Metal elegante, Celtic Frost

El concierto empezó con la densidad brutal y pasmosa del clásico Procreation (of the wicked). La audiencia era más bien joven, me da la impresión que varios fueron a ver a Finntroll y se quedaron por curiosidad, bien hecho. Viendo el escenario de frente, en el extremo izquierdo estaba Martin Ain, una bestia furiosa vestida absolutamente de negro, enfundado en una larga y abotonada gabardina de piel, sacudiendo la cabeza sin el frenetismo de algunos, sin el circular tedio de otros. No, Ain sacude su abundante cabellera a un ritmo aparte, al compás de una música que de pronto pasa del lento azote doom a violentas explosiones thrash. Ain lleva su propio ritmo y es como el reloj del hipnotista. Lo miras, lo miras, lo miras y mientras tanto eso pasa, lo escuchas, el bajo es preciso y macabro, mucho más macabro que cientos y cientos de bandas que creen que para ser maldito hay que decir que Jesús es mierda, o un hijo de puta.
Visions of mortality, Circle of the tyrants, tres señores, tres canciones para empezar la noche salidas del magnífico Morbid Tales. Siguió The usurper para darle la primera repasada al clásico To Mega Therion y Ain Elohim para dejar claro que la gira es en apoyo a Monotheist. Así empezó la noche. Todos de negro mate, al fondo un telón más negro que otras veces y arriba, una manta negra con el septagrama diseñado por Ain en blanco.
“No hay ningún Dios excepto aquél que muere conmigo
no hay más vida que aquella que se va a conmigo a la tumba
venimos a este mundo en total soledad
y moriremos en soledad
Yo vivo
Yo muero
Ain Elohim”

Ain Elohim es una palabra hebrea compuesta que significa No Hay Dios. La letra es exactamente lo que el satanismo puro significa; el único Duios eres tú mismo. Martin Ain había hablado un par de veces con la audiencia, una de ellas en inglés antiguo (y la verdad no entendí bien lo que dijo). Cuando llegó el momento de Necromantical screams preguntó ¿acaso están muertos, Ciudad de México? Y la gente en términos generales contestó en primera instancia “yeeeaaahhh”. Una vez más, ¿acaso están muertos Ciudad de México? Nooooo. “Claro que no, los muertos no hablan, sólo exhiben gritos necrománticos”

El Gallo le puso "Quemándose". Parece que su aura se ve en esta foto.


Los fotógrafos tienden a fotografiar más al cantante, al frontman, pero en Celtic, ese título lo comparte en partes iguales con Fischer, el maestro Martin Ain

La necromancia es el arte de evocar el alma de los muertos para obtener revelaciones. Y es una canción más que exhuda anti religión, porque la idea religiosa básica es la vida después de la muerte. La idea básica de Celtic Frost es que no hay nada después de la muerte. Y la rola sonaba imponente, macabra, densa. Es más que claro que no es posible escribir sobre tales temas y hacer “música ligera”. Sí, Celtic Frost estaba en la casa y de invitado estábamos mil personas, algunos paganos, otros mucho más enterados del misticismo de la nada y muchos, muchísimos con cara de circunstancia, de que esa música que muchos revelan como pionera del black noruego suena a todo, menos a black noruego.
Dawn of meggido, Mesmerized, la extrañamente en vivo Sorrows of the moon, Ground. Por ahí estaba el Mikkel, uno de los enterados de la trascendencia del Frost. Parecía estatua de sal, con apenas movimiento para mostrar que estaba vivo. Así estaban algunos, imbuidos de la magia negra que sale de cada acorde en las canciones de Celtic Frost. Muchos más hacían cuando la música lo promovía todo tipo de headbanging y mosh. Y no estaba mal, no hace falta meterse a los escalofriantes terrenos de la filosofía de la muerte para disfrutar de la música. La música en sí era fenomenal, el sonido era claro y fuerte, y el mensaje también. Obviamente, Celtic Frost no es una banda para las porras y los cantos, a duras penas era buen motor para el clásico grito de batalla “hey hey hey” con el puño arriba. Su forma de hacer metal es tan única que entrar en sintonía con las notas para expresar amor y agradecimiento parecía una empresa titánica. La cara de cientos debe ser tal vez el mayor halago: incredulidad, asombro, hipnotismo. Supongo que cada cual habrá visto, escuchado y sentido un concierto diferente aunque fuera una misma banda.
Ground, Return to the eve, Dethroned Emperor, Morbid Tales.


Con los colores del infierno

“Este es el último concierto de la gira de Monotheist, y es un verdadero honor que sea en México”. Las palabras sonaron sinceras, sobre todo porque fueron seguidas de una breve caravana de parte de Warrior. Y claro, Tom Fischer no es la persona que uno espera que hable ante el micrófono en un concierto. Su gesto fue invariablemente duro y torcido durante toda la noche así que, de acuerdo a eso y a las entrevistas y a las entradas de su blog que he leído, esa simple frase fue tan emocionante como su presencia por primera vez en México. La noche terminaba con Into the crypts of rays, y finalmente con la monumental (e íntegra en todos sus gloriosos 13 minutos) Synagoga Satanae.


Tom Gabriel Fischer.

Franco Sesa, el baterista, decidió que la mejor manera de terminar la noche era homenajeando a Keith Moon, y la batería terminó en el piso. Como fan fue mi primera experiencia con una batería destruida en vivo, momento mágico que llevaba la adrenalina acumulada a niveles de embriaguez. Pero al final subí al escenario para conseguir el set list y vi todo el drama escupiendo en la cara de una noche inolvidable. Y claro, esa batería no es de la banda, pertenece a Max, el mejor técnico e ingeniero de monitores (según varios músicos de varias bandas) de México. Gran tipo, amable, trabajador y sencillo (y responsable de que en estas reseñas siempre exista un set list para compartir jajajaja). Pero su batería y todo su backline son como su familia, y tirarlos al piso fue como golpear a un hijo. Un bombo y un platillo estaban rotos. Sesa primero tomó actitud de “no pasa nada, es sólo rock and roll”, pero las cosas no se resuelven así. Ya lo rompiste y hay que pagar. Decidió que no y se puso un tanto impertinente. El manager parecía regañarlo (en alemán, así que es mera suposición) hasta que 6 o 7 minutos después rectificó, salió del camerino, ofreció disculpas, se comprometió a pagar los daños y se fue. Claro, no es lo mismo romper tus propios instrumentos (Paul Stanley, Pete Townshend) que romper los de alguien más. Y no es lo mismo hacerlo a sabiendas de que la banda misma lo repondrá con sus propios medios que hacerlo con algo que para una persona representa una fuente de trabajo.


Sin palabras

Es anécdota y no es para ensombrecer el magnífico concierto que dieron. Es anécdota y la comparto como agradecimiento a más de 100 mil visitas. Es anécdota y espero que se tome como tal y no empiecen las descalificaciones o comentarios chuscos. Como esa hay mil más en diversos conciertos. Ya lo dijo El Tri: “No es más que otra tocada más, el mismo viejo rocanrol, puede pasarnos todo, puede no pasar nada, no es más que otra tocada”. La diferencia es que esta fue LA tocada.

¿Se acuerdan de Animal, el de los Muppets? Su personaje también estaba inspirado en Keith Moon


Así se proyecta la sombra de Warrior en la pared del Circo. El título Psicodelia Pagana se me ocurrió cuando otra sombra se proyectaba sobre un fondo azul con destellos brillantes, que giraba. Mágico.

I am a dying Migraña, coming into human flesh