Gran noche de blasfemia y metal

Conforme pasa el tiempo, uno va perdiendo ciertas habilidades. En mi caso la buena memoria ha sido un concepto que me elude desde la infancia, pero con el paso de los años se hace más evidente. Eso significa que así, sin checar documentos o listas, no tendría claro hoy por hoy cuales han sido para mí los mejores conciertos del año. Eso no significa sin embargo que apenas dos días después haya ya olvidad el maravilloso concierto que dieron Sodom, Rotting Christ y Pactum. Y sí, no sé cual sería la loista, pero ese concierto estaría sin duda alguna.
Por cuestiones laborales andaba en Querétaro, así que me regresé el mero sábado como a las 12 del día para llegar sin broncas. El sentimiento del concierto que vendría estaba en el aire desde la carreterea: en una gasolinería apenas después de pasar la primera caseta se detuvo para hacer "escala técnica" (o eso parecía) una camioneta que venía desde San Luis Potosí, cargada de metaleros. Todo parecía indicar que se pondría el chou, y vaya que eso fue cierto al final.

Apenas pasadas las 7 de la noche tomó el escenario una der las bandas leyenda de México. Y antes de continuar aclaro que el "me gusta" o "no me gusta", aunque muy válido, no le quita lo legendaria a una banda. es decir, a quienes no les gustan Next o Pactum o Mákina o Lvzbel está bien, pero que son pilares de nuestro metal, eso es otra cosa. Así pasó la noche del sábado con Pactum. En la parte baja del Circo había un nutrido contingente dee personas esperando a que comenzaran las bandas. En el lobby había muchos más esperando por sus chelas y afuera había una enorme cantidad de gente. ¿Eso qué significa? que quizás poco a poco el metalero entiende que si la banda abridora no le gusta, está bien, que puede quedarse en el lobby cotorreando o afuera, sin necesidad de agredir.
Afortunadamente Pactum tiene su historia y más bien los recibieron con muchísimo entusiasmo. Por ahí alguien en la grada gritaba "a la verga", pero en general la recepción fue muy buena.
Musicalmente hicieron lo que se esperaba, luego de 16 años de letargo. Sacaron sus grandes clásicos, esos que hace 20 años causaron que sus discos fueran censurados. Si estaban oxidados no se notó, me consta que en estos meses estuvieron ensayando y reconectándose con su legado. Así, sobre el escenario lució una banda firme, sólida, amarrada y que sabe a qué se dedica. Quizás se les notaba cierto nervio en los primeros minutos, pero duró poco. Un muy buen trabajo en la consola hizo que el cuarteto rescatara su leyenda y vibrara como en los viejos tiempos. Ese estilo y sonido característico de la guitarra de Pactum, un poco sepultado en la producción de sus discos que no siempre fue de lo mejor, esta noche salió a flote con galantía. El bajo satánico impecable, la batería sólida y la voz como siempre, escupiendo blasfemia.

Desde mi perspectiva hace ya como tres años que ninguna banda "abridora" desmerece en ningún show de Dilemma, y el sábado no fue la excepción. La diferencia es que Pactum tiene un largo camino recorrido y verlos en buena forma, listos para volver, fue sencillamente estupendo. Enhorabuena para ellos y ojalá ese haya sido apenas el primero demuchos conciertos más. La calidad musical suele ser atemporal, y ellos así lo demostraron.
Una vez concluido su set, que incluyó clásicos como Escupiendo la Biblia, Yo soy Dios, Eyaculando sangre, Ejecución de Jehová y FAL entre otras, el público estaba perfectamente entonado para recibir a Rotting Christ.
Esa mañana el nuevo gobierno del país entró en funciones. Mucho se especuló sobre una posible ley seca. Afortunadamente eso no sucedió, y si bien es cierto que no se necesitan chelas para pasarla bien en un concierto, digamos que ayudaron mucho a que la noche fuera aún más especial. Las colas para comprarlas eran interminables, y el inicio de Rotting Christ agarró a muchos desprevenidos.
Se apagaron las luces, empezó una intro y luego, con una manta pequeña con su logo, Rotting Christ se apoderó del Circo. Es una banda que yo jamás había visto en vivo, así que no tenía mucha expectativa. Tenía muchas ganas de verlos, eso sí, pero sin saber qué esperar de ellos. Una hora después estaba extasiado.

Sakis Tolis se pasó buena parte del tiempo en que se comunicaba con la gente haciéndolo en español con acento de España. Muy agradable como personaje y excelente como frontman. Su presentación fue un excelente muestrario de todo lo que es Rotting Christ. Hubo muchos estilos dentro de su mismo contexto, y a mí por ejemplo me atraparon desde el inicio con su Feast of the grant whore, una rola más al estilo doom, lenta y dolorosamente pasiva. Maravillosa. Sin embargo y a manera de ejemplo, mi Señora Interesante me volteó a ver y me preguntó "¿así suena todo Rotting Christ?" con cara de "por favor no" jaja. Y efectivamente la respuesta era no. Poco a poco se fue llenando el ambiente de acordes de todo tipo: por momentos la influencia Celtic Frost fue totalmente evidente; por momentos el black ñero se hizo presente, por momentos fueron los toques death... muchísima variedad.
Como buen frontman, Sakis se echó a la gente a la bolsa desde el inicio. En un remozado Circo Volador, adornadas sus paredes con fotos de diversos conciertos y mantas de sus diversas actividades y recién pintado, Sakis llamaba constantemente a la gente "her,manos y hermanas". El úncio "pero" fue el trabajo de luces. Concretamente con Rotting Christ, el bajista se colocó varias veces en el extremo de su costado y sencillamente desaparecía porque el iluminador jamás se dio cuenta de sus movimiento. Fuera de eso, los cuatro músicos mateaban en cada canción y mostraban una entrega que no siempre se ve en el escenario. Vestidos como banda de metal clásica y no como blackers (sin pintura, sin muñequeras de clavos, sin ropa de piel...) se dedicaron a tocar lo más que pudieron. por momentos parecían banda de punk ya que casi no dejaban espacio entre rola y rola. Cuando Sakis hablaba con la gente solía ser sobre las rolas, como el par de ocasiones que gritando pedía ver las manos de todos, lo cual derivó también en un hermoso espectáculo, pues todos los que estaban en la parte de abajo del foro seguían el pedido.

Tocaron 65 minutos que fueron suficientes. Según el miso Sakis habían pasado ya diez años desde su última visita a México, y se notaba que ellos estaban ansiosos de volver y que el público, en esa década, jamás se olvidó de ellos.
Esto fue lo que tocaron:
Feast of the grant whore
The forest of N Gai
Athanatoi este
Enuma elish
King of a stellar war
The sign of evil existence
Archon
Non serviam
Eon aenaos
The call of the aethyrs
The sign of prime creation
Phobos Synagogue
Dub sag ta ke
Noctis era

Al terminar, despidiéndose de la gente y haciendo caravanas, Sakis tomó el micrófono una vez más y dijo "Gracias México. Déjenme ver sus manos en el aire por última vez. Gracias hermanos y hermanas. Muchas gracias, y ahora prepárense para Sodom".
Tampoco es que haga falta prepararse para Sodom, de cierta manera nunca estás listo para recibirlos porque cada vez su entrega es total. Quizás luego de dos bandas no se puede decir que el público estaba cansado. Algunos ya estarían medio mareados por la chela (la cola era tan larga que ocupaba todo el lobby, subía las escaleras y se desvanecía sobre el pasillo que divide la parte baja de la parte con butacas de Circo). Tons, no es que estuvieran cansados, es sólo que cuando Tom Angelripper y compañía tomaron el escenario ya estaban al 100% en actitud y entrega. Sodom en vivo siempre es como recibir un golpe entre los ojos, sin aviso previo, y en esta ocasión el arranque con In war and pieces simplemente confirmó el hecho.
Lo que ya se le nota físicamente a Sodom es la edad. Y me refiero a que en sus caras ya se ven las arrugas dignas de sus años. Eso sin embargo no significó en ningún momento que le bajaran de intensidad: Angelripper aún sacude la mata como chamaco, y Bernemann no se queda atrás. Makka en la batería es un mosntruo, no deja espacio para respirar y parece que no se cansa.
Con esa actitud e intensidad tocaron rolas como Sodomy and Lust, M-16, Outbreak of Evil, Surfin' Bird, The Saw is the Law y Nuclear winter, por ejemplo.
El momento emotivo vino inmediatamente después cuando Angelripper dedicó Proselytism real a Chris "Witchhunter" Dudek. "Descansa en paz Chris" fue la frase que dijo Tom mientras miraba y señalaba al cielo.

La descarga de brutalidad siguió con The Art of Killing Poetry, I Am the War, City of God y The vice of killing. De tanto en tanto la gente coreaba el ya clásico Oe oe oe oe, Sodom Sodom, a lo cual Angelripper respondía filmando a la gente. Y si además hacía señales de que la gente hiciera más ruido, eso sonaba como estar a metros de una turbina de avión.
Otro de los detalles curiosos fue la cantidad de banderas que le aventaron. Es práctica común, pero a Sodom le llovieron mínimo cinco o seis distintas. Una de ellas traía escrito Puto Peña. Parecía como si supiera de que trataba la frase porque sonrió con cierta ironía y lo lyó en español, para beneplácito de todos. Esa fue una imagen muy simbólica porque todo el día las noticias habían sido sobre actos de vilencia extrema, y Sodom es una banda anti guerra.
Para cerrar la noche y antes del encore se recetaron cuatro super clásicos: Blasphemer, Sodomized, Agent Orange y Ausgebombt. El Circo, lleno por lo menos en tres cuartas partes de su capacidad vibraba con el ensordecedor ruido de la gente. Regresaron para tocar Eat Me, Remember the Fallen y Bombenhagel.
Durante su presentación se hicieron presentes varios intentos de hacer circle pits. Había mucha gente en ña zona baja del Circo y eso complicaba el esfuerzo, pero en tres o cuatro ocasiones se logró y se involucró casi todo el personal que estaba en esa zona, lo cual desde la consola se veía fantástico.

Al final, una noche de antología. Una promesa hecha realidad porque las tres bandas del cartel pusieron su granito de arena para que la noche fuera memorable. En mi caso, un desencuentro sin mayores problemas con seguridad me amargó un poco el final de la noche. por esa razón (aunque no me justifico) es que por ahí fui medio grosero o cortante con un par de glóbulos que venían desde San Luis. Si están leyendo, lo siento mucho. Pero bueno, eso y un par de circunstancias más en la salida que sumaron para mi amargura al final de la noche son parte del olvido, lo importante es que el concierto fue maravilloso. A reserva de recorrer la lista de los que sucedieron en este 2012 (y los que faltan) me atrevo a decir que este de Sodom deberá estar entre los mejores 5 del año. por lo menos para mí.