martes, julio 26, 2016

Twisted Fuckin' Sister y algo del Hell and Heaven

Twisted Fucking Sister!
Ya no importan la cantidad de textos y notas que anuncian que la del Hell and Heaven marcó la primera y última vez que Twisted Sister se presentó en México porque, como el mismo Jay Jay French dijo desde el escenario, habían tocado hace 12 años en Monterrey.
A estas alturas ya no importa que muchas personas se hayan ofendido porque hace muchos meses Dee Snider apoyaba a Donald Trump -antes de que mostrara su verdadera cara racista- aunque hace algunas semanas el mismo Dee en un video se desligara públicamente del político y su plataforma e incluso le negara ya el uso del tema We’re not gonna take it y que desde el escenario del Hell and Heaven dijera con toda claridad y contundencia: “for the record, fuck Donald Trump! (que quede constancia, chingue a su madre Donald Trump). A esos que por creerse todo lo que sale en la red se lo perdieron, mis condolencias.

Importan a nivel curiosidad y hasta chisme que al presentar a la banda dijera “en la batería, Mike –toco-cada-semana-en-México-Portnoy” y que luego dijera “ahora sí, los originales” y entonces presentara a Eddi “Fingers” Ojeda, Mark “The Animal” Mendoza, Jay Jay French y que a él lo presentaran como “si Lady Gaga fuera hombre no sería ni tan atractiva ni tan talentosa como Dee Snider”.
Importa que a pesar de que el formato de festival y el hecho de que arriba de ellos estaba Rammstein como banda estelar redujo su set a una hora nada más (lo cual hubiera sucedido en cualquier festival porque así se manejan los tiempos en ese contexto), Twisted Sister mostró que 40 años después sigue pateándole el trasero a cientos de bandas mucho más jóvenes que no tienen ni la actitud, ni la entrega ni la calidad del quinteto neoyorquino.
No necesitaron gran parafernalia; apenas una imagen de fondo con el logo adornado con banderas de todo el mundo alternada con otra imagen del mismo logo pero limpio, un montaje de luces que combinó a la perfección lo moderno (luces robóticas) con lo clásico (luces fijas), algunas llamas por aquí y por allá y un set que incluyó 4 de los 5 discos en estudio que tienen.
Importó que Dee Snider aún mantiene una enorme capacidad de tener al público pendiente del escenario. Agradeció por ejemplo a la madre naturaleza por no dejar caer la lluvia para cerrar con un maravilloso Bitch: “Thank you mother nature for not raining, bitch!”. Importó que tocaron temas oscuros como The firse still burns o Destroyer y que no dejaran fuera clásicos como S.M.F y I wanna rock y por supuesto, We’re not gonna take it con una especie de encore especial para poner a cantar a todo mundo el clásico “huevos con aceite, y jamón”. 40 años después de su nacimiento y 12 después de su primera visita al país por fin saldaron la cuenta pendiente con los capitalinos, y lo hicieron de manera que ninguno que haya estado ahí lo olvide, ni siquiera los que estaban esperando a Rammstein en el otro escenario a quienes les dijo “ya sé que están esperando al puto Rammstein pero eso no quita que se diviertan con nosotros, ¿o sí?”.
Cada quien tendrá su momento memorable en el show. Para muchos ese fue cuando tocaron The Price porque, como lo dice su letra, “es el precio que debemos pagar, y todos los juegos que debemos jugar me hacen preguntarme si vale la pena hacerlo, porque es un juego que vamos a perder, aunque es un tipo de vida que hay que escoger, y el premio es justamente nuestra vida hasta que termine”. La dedicatoria ahí fue para AJ Pero (ex baterista de TS), Jimmy Bain (Rainbow) y Lemmy (Motorhead, quienes perdieron la vida este año o el pasado y han sido de los incontables decesos de los últimos dos años...

Como tributo a las bandas que se mantienen activas a pesar de los pesares tocaron The Fire Still Burns, para lo cual Jay Jay French dijo que la dedicaba “a esas bandas que no se rinden 15, 20, 30 o 40 años después”. Grata sorpresa porque el disco Come Out and Play no era uno de los que se esperaba fueran representados en el set.
Tardaron demasiado años en venir pero lo hicieron estando en muy buena forma y eso sólo hace que el recuerdo de haberlos visto sea aún mejor. Una cuenta pendiente menos con el metal.

Lo demás.
Ahora, en cuanto al festival en sí, trataré de escribir lo más objetivamente posible y desde la perspectiva del público cada vez que se pueda.
Lo bueno:
La cantidad de gente. El mundo dice que el metal está de salida y bueno, la realidad vivida en el festival parece indicar que no es así. Hasta el cierre de esta edición (jaja) no tengo una cifra oficial. Se habla igual de 50 mil que de 80 mil y cualquier cantidad entre esas dos así que ese dato queda pendiente.
El comportamiento de esa gente. Que yo sepa, saldo blanco en términos generales, nada que lamentar, ningún problema de esos que algunos imbéciles vaticinan cada vez que hay conciertos de metal porque “ese tipo de gente no se sabe comportar”.
El aspecto visual del festival. Se veía bien todo, ante los ojos aparecía de verdad como algo que te puedes encontrar en otras partes del mundo. Los escenarios Hell y Heaven muy bien decorados con las dos letras H en medio, aunque eso supongo afectó el tamaño de la pantalla central que pudo ser más grande. La otra es que haya sido por cuestiones presupuestales o que simplemente no le pusieron atención a ese detalle. El escenario True con dos cajas de tráiler de cada lado se veía imponente y el Alternative, aunque más austero, cumplía cabalmente con lo que uno espera llamar escenario en un festival. El New Blood de plano no lo ví pero las fotos muestran que este año ya fue un escenario y no una carpa de vacunación con dos bocinas. Bien ahí.
Se respetó el tiempo que debía tocar cada banda. No todo estuvo a tiempo pero eso no impidió que las bandas tocaran lo que se suponía debían tocar.
Aunque los de El Universal y Paco Castorela se enojen, los precios de los boletos. 880 pesos en general por 50 bandas no es caro, le busques por donde le busques. También, y esto es MUY destacable, que no hicieran promoción 2x1, eso daña enormemente a la escena porque la gente se espera a ese día, no compran boletos y si no hay promoción, ya no se vendió lo que se debía. En ese sentido los Live Talent aguantaron vara y no aflojaron, lo cual insisto, es un acierto.
Su apertura a tener medios transmitiendo en vivo y en tiempo real. Esto también estará en lo malo pero de entrada, que dejaran que hubiera medios transmitiendo (por ejemplo Canal 11, Reactor, Sonica Tv, Coca Cola Tv, Grita Radio entre otros) con una sección destinada para tal efecto habla de una apertura que sucede en todo el mundo pero que en México era poco explorada.
Que no lloviera. La noche anterior se cayó el cielo y había zonas lodosas que fueron cubiertas con una especie de alfombras lo cual, gracias a que ya no llovió más, sirvieron perfecto para que se pudiera caminar por todos lados sin mayores contratiempos.
Las actividades extra. Desde mujeres muy sexys enjauladas a zanqueros disfrazados a botargas hasta juegos mecánicos (bueno, uno), área para niños, un pequeño beer garten o un corredor de mercancía de diversos productos, había muchas oportunidades de entretenerse si en un momento dado ninguna de las bandas eran del agrado de alguien.
Lo malo:
Los baños. Un asco total y además, ponerlos todos juntos sin especificar cuáles debían ser para hombres y cuáles para mujeres fue un gran error. Sobre todo para las mujeres, ir al baño se convirtió en una pesadilla. Además no tenían agua ni desinfectante así que con el calor, a 50 metros de distancia sabías donde estaban colocados los baños por la terrible peste que emanaban.
Algunos ingenieros de audio eran realmente una facha. Las bandas más grandes probablemente traían al suyo pero en general los inges eran los mismos banda tras banda en cada escenario, y por ejemplo el que estaba en el escenario Alternativo cuando tocaron los colombianos Koji k Utho y después de ellos A.N.I.M.A.L. era una facha. Los colombianos subieron a un nió de 12 años a tocar una tarola y un tom (tambor de piso) y jamás sonó. Además fue muy evidente porque el niño hizo un mini solo de percusiones que simplemente no sonó jamás. Y así detalles en todos los escenarios porque, si bien es cierto que el viento entorpece el audio cuando sopla fuerte (y por momentos sucedió) también es cierto que se nota cuando un ingeniero no sabe lo que hace o no conoce a la banda.
La brutal lejanía del New Blood Stage. Si de por sí el espacio era vasto, pones un escenario en el culo del festival y logras que nadie vaya.
El mal trato a algunas bandas nacionales. Lo digo siempre, si no te gustan, si no te caen, si a tus amigos que pones de stage managers (porque en algunos casos eran amigos, no gente profesional) les caen mal, mejor no los invites. Digo, el apoyo a la escena nacional es muy necesario pero no es a fuerza, y si vas a atropellar a algunos en lugar de apoyarlos, pues mejor no los invites.
Ok, abrieron esa oportunidad de que algunos medios transmitieran en exclusiva, pero no les ofrecieron la infraestructura completa. Es decir, eso se hace por ejemplo en el Vive Latino y la producción del festival provee el internet. Aquí se proveyó un espacio, una carpa con luz pero sin internet. Son detalles que parecen nimios pero hacen la diferencia entre “lo mejor de…” y un festival más.
La logística. El festival empezó (y por lo tanto terminó) tarde. Y ahí no hay nada de que las bandas al final pusieron panchos, si anuncias puertas a una hora, abres a esa hora y las bandas empiezan como debe ser, si empiezas tarde, digas lo que digas, la falla es atribuíble a ti, así de fácil. En ese rubro de logística entra también por ejemplo el que hubiera zonas denominadas Recogida Uber, pero a los Uber no les avisaron y no los dejaban pasar al estacionamiento obligando a la gente a tomar el que es compartido. También en ese rubro de logística cabe mencionar que muchos de los puestos de mercancía que estaban ya dentro del autódromo y que estaban en fila y acreditados, no tenían luz. Así las cosas, ya de noche pues no venden nada.
Los precios de la comida y el agua. Si bien es cierto que los puestos oficiales y sus encarecidos precios son problema de Ocesa, que es la empresa que administra el inmueble, los Live Talent pusieron food trucks que dependían de ellos y ahí también, los precios eran un abuso. Digo, así son los festivales, pero si es un dineral el que se necesita para comer y beber.
Finalmente está el gran problema de la acreditación a medios de comunicación. Eso realmente no compete a una nota de este tipo pero sí vale resaltar que hubo quienes esperaron hasta 4 horas para poder entrar, y eso sencillamente es lo más anti profesional que puede suceder. Lo peor es que el acuchillado es un publirrelacionista muy capaz que al ser quien tenía que dar la cara se llevó todas las críticas. ¿Qué pasó exactamente y por qué no estaban las pulseras listas? Eso sólo lo saben ellos pero esperemos que lo arreglen porque no es la primera vez que tropiezan con esa misma piedra, es más bien una constante. Su comunicado para los medios sólo ofrecía sentidas disculpas pero no aclaraba nada. Decía que lo sucedido fue por causas ajenas a Live Talent (típico ¿no?, siempre es culpa de alguien más) y demás, pero sin explicar cuáles fueron esas causas. Una verdadera facha eso. Y sí, insisto, la diferencia entre “el mejor festival…” y un festival cualquiera con muchas bandas está en esos detalles. No sólo es que las bandas sean buenas (lo cual es muy subjetivo y debatirlo es infructuoso porque finalmente depende del gusto de cada quién), es que sepas llevar las riendas del festival y Live Talent aún no muestra tener esa capacidad de manera cabal.
También el acceso a ganadores de diversas promociones y de personas que venían en tours de diferentes estados de la República fue terriblemente mal organizado y también ellos estuvieron ahí horas, esperando, perdiéndose bandas.
Ya lo demás, las distancias a recorrer por ejemplo no son sujetas a debate. Es un festival muy grande así que hay que ir preparado física y mentalmente para aguantar muchas horas, eso no tiene remedio y eso sí es igual en los grandes festivales de Europa por ejemplo.

Mis tres centavos de aporte (aunque no parezca, de crítica constructiva).
Creo que 5 escenarios son demasiados. No hacen falta tantos. Insisto, si lo haces sólo por meter bandas nacionales en uno de ellos y cumplir con esa demanda pero pones el escenario en el punto más lejano, no ayudas a nadie. Cuatro escenarios serían suficientes, que inviten a bandas nacionales que ellos crean merecen estar ahí o a las de sus amigos y que en lugar de darles 20 minutos les den 35, por ejemplo. Digo, El Clan es una de las máximas leyendas del gótico en México y tocaron en el culo del festival, 20 minutos. Eso se puede evitar quitando el quinto e innecesario escenario New Blood.
Sí, han mejorado bastante, tanto que lograron un festival de buen nivel, pero para hacerlo el mejor o de élite TODO debe funcionar bien, no sólo lo que se ve desde afuera sino lo que sucede tras bambalinas. Hay más fotos de fan de gente que estaba en “producción” que en cualquier otro evento del mismo tipo, por ejemplo.
Ya para finalizar, por diversas razones que van desde el tiempo que tardé en entrar hasta el hecho de que buena parte de la tarde estuve transmitiendo desde la carpa de Sónica y pasando por el hecho de que la mayoría de las bandas no me llamaban la atención, fuera de TS no vi casi nada. Vi como mencioné a Koyi K Utho (que no me gustó), a A.N.I.M.A.L. que me dejó claro que ese tipo de música en mi vida fue sólo un gusto pasajero, un poco de Bulldozer - muy buenos aunque me llevó algo de tiempo encontrar un sitio donde se escuchara bien- y un poco de Ghost que, para mí, es una banda absolutamente disfrutable. Ya sé que a muchos les molesta y les choca pero a mí me encanta, y su concierto me pareció muy bueno. No vi nada más así que no tengo nada que agregar.
Tomando en cuenta todo lo expuesto y valorándolo en una tabla numérica tipo calificación escolar, creo que como público el festival puede llevarse un 8.5 o 9, pero viéndolo como un todo, con lo que sucede tras bambalinas, aún es un inamovible 7.