sábado, noviembre 03, 2018

Happy happy Helloween, reseña.


Cuando la noche le pertenece a una banda es difícil que los invitados brillen, ´por más que sean pesos pesados. En la noche de las calabazas reunidas el estatus de invitados le correspondió a Kreator y Arch Enemy, lo cual en el papel no era cualquier cosa.
Con puntualidad perfecta, a las 8 de la noche comenzó la máquina alemana de thrash. En algún momento de la noche pude saludar al promotor del show y recordé que alguna vez, platicando, me dijo que Mille Petroza tenía una ética de trabajo interesante y que sabía que al ser el responsable de la marca Kreator, aunque fuera en su casa, debía trabajar todos los días para mantenerla vigente. Ya fuera contestar mails, o revisar diseños, o contratos o lo que fuera, cada día se sienta en su compu y trabaja en la marca. Cuando no lo hace así es porque está de gira o porque trabaja aspectos musicales. Bueno, eso es algo que se nota. Kreator es una máquina perfectamente bien trabajada, precisa y ciertamente brutal.
Independientemente de las opiniones que giran en torno a si debía o no tocar como banda uno en el cartel de tres, lo ciertos es que tenían una hora para mostrarse (lo mismo que tuvo Arch Enemy y razón por la cual me parece irrelevante el orden). Con eso en mente no tardaron nada en poner las cosas en su lugar y arrancaron con “Phantom Antichrist” y “Hail to the Gods”, sencillos de sus dos más recientes discos en estudio. Apenas con esos dos temas ya habían dejado claro que la descripción que hizo de ellos el sitio All About The Rock no está distante de la realidad: “el thrash metal pudo haber nacido en el área de la bahía de San Francisco pero fue perfeccionado en Essen”.
Como tercer cañonazo se dejaron ir con “Enemy of God”. Ya para ese momento quedaba claro que si bien había mucha gente que disfrutaba a los teutones, no los veían más allá de una buena banda abridora. Excelente respuesta en general de la audiencia pero muy lejana a los brutales mosh pits que se han vivido en el Circo Volador por ejemplo. Y no es crítica, es meramente una observación. Siguieron con “Satan is Real” y “Civilization Collapse”, lo cual significaba ya que a la mitad de su set sólo habían recorrido material de sus cuatro discos más recientes.
Los que esperaban más material viejo (mismos que mencionan en redes que a pesar de lo brutal del show, no estaban totalmente satisfechos con las canciones escogidas) tuvieron su primer gran guiño con “Phobia”, aunque lo siguiente fueron “Gods of Violence” y “Hordes of Chaos”, dos temas más bien recientes. El cierre llegó con “Violent Revolution” y la infaltable “¨Pleasure to Kill”. Diez temas, 60 minutos y una selección de temas que bien podría entenderse desde la perspectiva “negocio” que rodea a las bandas: al ser invitados y no estelares y tener una hora para tocar y no más, la decisión fue irse por los sencillos de los cinco discos más recientes y acercarse a lo más viejo sólo con los temas que de plano nunca faltan. De esa manera es más fácil llegarle al público que no los conoce o que por lo menos no es fan clavado. Durante buena parte del show se vieron explosiones de vapor que agregaron un tono clásico a su presentación. Hubo un par de ocasiones en que incluso las exhalaciones coincidían con el ritmo del riff, lo cual denota una vez más (al igual que algunas coreografías por ejemplo) que se trata de una banda trabajada. Excelente presentación.





Una vez más con gran puntualidad, con apenas dos o tres minutos de retraso empezó Arch Enemy. Honestamente vi poco. Es una banda con una gran capacidad para el death melódico pero los he visto varias veces y nunca he terminado de engancharme. Tocaron “The world is yours”, “Ravenous”, “War Eternal”, “My Apocalypse”, “The Race”, “You will know my name” (que fue la más ovacionada), “The Eagle Flies Alone”, “First Day in Hell”, “As The Pages Burn”, “We Will Rise” y “Nemesis”.
Sin quitarle ningún mérito a su trayectoria y bajo el entendido de que para nada le fue indiferente al público, sí pareció que de las dos invitadas, ésta era la banda menos coherente dentro del cartel. Se ganaron el corazón y los aplausos de un buen sector del público, sobre todo el más joven, pero era un sector minoritario.
Alissa White-Glutz, eso sí, cada vez se nota más cómoda como frontwoman de la banda y sin suponer que poseo dotes de síquico y que leo mentes, da la impresión de que finalmente ya es ella misma en el escenario y que ha dejado atrás el estigma de sustituir a Angela Gossow. Ha pasado de ser una cantante que lucha por encontrar su sitio a ser el personaje central de la banda y capturar la atención de la gente por su capacidad de engancharlos más que por su atractivo físico.





Pero la noche no era ni de Kreator ni de Arch Enemy, era de Helloween.
Yo crecí con Helloween. Y con Maiden y Priest y Metal Church y Overkill y muchas más, pero las calabazas siempre han sido una de mis bandas favoritas. Fue por verlos a ellos que fui al Circo Volador por primera vez, allá en 1998 y ha sido una banda que he seguido desde mediados de los 80, cuando supe que existía. Los he visto en vivo varias veces, ya me había tocado verlos con Kai Hansen de invitado en dos o tres rolas pero el concepto Punpkins United se me había escapado.
Hace muchos conciertos que no se me enchinaba la piel y se me salían algunas lágrimas y muchos más en que no sucedían ambas cosas. Esa noche en la Arena Ciudad de México sucedieron ambas cosas, varias veces.
El escenario estaba cubierto por una tela semi transparente con el logo cruzado a todo lo largo, justo a la mitad. Así, cuando las luces se apagaron y los músicos salieron uno por uno el rugido de la gente fue espectacular. Y arrancaron con “Halloween”, nada más. Ver ahí a tres de los cinco iniciadores de la banda, más el cantante que llegó un poco después pero que lo hizo para ponerle su mágico timbre de voz a los Keeper of the Seven Keys provocó mi primer erizamiento de piel. Hansen, Weikath, Grosskopf y Kiske juntos ante mis ojos por primera vez. Y no se debe olvidar por supuesto a Dani Löble en la batería, Sascha Gerstner en la guitarra y por supuesto Andi Deris en la voz. Pero hay tiempo suficiente para hablar de ellos y el concepto Pumpkins United. De entrada, para alguien que no había atestiguado este concierto antes era inevitable fijar la vista en los primeros cuatro mencionados y recordar y volver a vivir la adolescencia y recordar y sentir como fluía la magia que me habían hecho sentir hace más de 30 años y recordar; y recordar.

Arrancar con Halloween me pareció un movimiento muy acertado. Dura lo suficiente para que uno como espectador tenga tiempo de asimilar todo lo que sucede en el escenario, es parte de uno de sus más grandes discos y manda el mensaje de que la banda va por todas las canicas y que no jugará a la defensiva. También es un tema que deja bien claro por donde irá el resto de la noche, con Hansen, Weikath y Gerstner siempre presentes, con un ataque a tres guitarras en el que se nota en cada momento que son tres. Es decir, además de los gloriosos solos duales entre Hansen y Weikath, esos que hicieron que Helloween se desmarcara del resto de las bandas de su generación que tocaban speed metal, están siempre presentes, la tercera guitarra siempre toca o el riff base de la canción o alguna melodía que acompañe, pero nunca se queda en silencio. Luego estaba el juego de versos entre Deris y Kiske. Es tal vez la mejor solución para no caer en lo obvio que hubiera sido dividir el show en temas era Kiske y temas era Deris, que cada quien cantara lo suyo y listo. No, aquí los dos intercambiaban versos y armonizaban, sobre todo en algunas notas altas, en lo que fue verdaderamente un espectáculo sin precedentes para mí. Porque no es lo mismo tener una banda que ofrezca dos voces siempre, como Lacuna Coil por ejemplo, que arreglar la música para que dos cantantes interactúen en lo que originalmente estaba planeado para una sola voz.
Después de ese arranque se les hubiera perdonado todo, y en mi caso, así fue. “Dr Stein” nunca ha sido de mis temas favoritos, aunque parece que a ellos les gusta tocarla. Pero en esta ocasión me encontré cantando, disfrutando la bobada de letra, sonriendo con las animaciones proyectadas en la pantalla que tenían de fondo y con el dilema de no saber hacia donde mirar: ¿debo buscar a Kiske y concentrarme en su voz y recordar esos años de adolescencia; debo buscar a Hansen y Weikath y ver como interactúan? Porque al final del día a ese par le falta reconocimiento. Mucho se habla de otras bandas de aquella época, o de cinco o seis años antes y se deja de lado lo que esos dos crearon en su momento. Pero Helloween es así, tiene temas como “Dr. Stein” para alivianar la oscuridad que de repente se yergue sobre el mundo, y está bien.

Las primeras lágrimas llegaron con “March of time”. Mi tema favorito de Helloween y el contraste perfecto: mientras uno de los versos dice “la vida es muy corta para llorar, pero suficientemente larga para intentar”, para mí la noche parecía muy corta así que llorar no parecía nada malo. Y probablemente Kiske no sea ya el enorme cantante que era, pero tampoco es que esté tirado al suelo para que se le pase por encima. Uno crece con ciertas bandas, con ciertas canciones y les guarda enorme cariño, así como las conoció. Es mi caso. Por una parte, me encantaba ver que Kiske y Deris intercambiaran versos, porque Deris ha hecho un trabajo soberbio desde hace casi un cuarto de siglo, pero escuchar a Kiske cantar ese tema era casi como sentir el calor de la caricia de un ser amado que no veías hace tiempo. “Hours of lust, hours of tears passing by before my eyes. Today, tomorrow, yesterday... One life”. Creces y ciertos conceptos cambian, pero también creces y aquellas canciones que marcaron tu vida, aquellas letras que significaron algo entonces significan algo diferente hoy, pero significan, se vuelven parte de ti, de tu construcción como ser humano. “No more wasted years, no more wasted tears, life's too short to cry, long enough to try. Time marches” El secreto está en no abandonar a quien eras por quien quiera que seas, y si lo logras, esas canciones del ayer nunca dejan de ser importantes. Y en este caso la tocaban cuatro de los 5 originales. Increíble.
Pero Helloween tiene 34 años de historia y en ella han participado varios músicos. Y es una banda vigente, que aún saca discos, que busca llegar a nuevas audiencias y que mantiene un espíritu de amabilidad en sus letras, aunque conlleven crítica, como en “Are you metal?”. Y ahí Deris tuvo su oportunidad de recibir el aplauso que tiene bien merecido. Además es un gran frontman. Carismático desde siempre y con una voz que a muchos fans de la banda les convence más que incluso la de Kiske, tiene a su favor además un dominio excelso del español.

Si Detis y Kiske van a compartir versos en las rolas de los Keepers y el Walls of Jericho, ¿por qué no hacerlo en las demás? “Perfect Gentleman” es un tema que la banda ha tocado más de 100 veces desde 1994 así que no podía faltar en esa noche cargada de magia que, por cierto, también en su turno arrancó casi perfecto en cuanto a horarios, pues estaba anunciado a las 11 de la noche y empezó tres minutos después.
Pero Kai Hansen es el creador de varios de los grandes temas de la banda, y además era el cantante, al igual que lo fue por muchos años en Gamma Ray. Como guitarrista y compositor no ha perdido el toque y eso lo demuestran los once discos que ha hecho con Gamma Ray, en los cuales ha escrito o coescrito el 90% de los temas. ¿Cómo cantante? Bueno, la dificultad de tocar lo que Helloween componía y cantar al mismo tiempo lo llevó a dejar esa ocupación para que llegara Kiske, pero eso no quita que con su voz se grabaron algunas piezas clásicas y entrañables para los fans de las calabazas metaleras, así que también él tuvo su momento propio en el que interpretó una especie de popurrí con fragmentos largos de “Starlight”, “Ride the Sky” (que me volvió a erizar la piel y a sacar lágrimas que impedían cantar) y “Judas”. Si el show hubiera concluido ahí no hubiera habido queja alguna. Para ese momento ya había pasado de todo un poco en cuanto a la banda y su legado se refiere, pero apenas iba la mitad.
También es importante vivir estas experiencias con alguna o algunas personas que signifiquen algo en tu vida, y en mi caso así fue. Es el tipo de concierto en el que casi no quitas la mirada del escenario y no pierdes la concentración, pero voltear de repente y ver recordar que te acompaña alguien importante para ti hace que todo sea aún más disfrutable, y si esa persona también está enganchada con el show, más.
“Heavy metal (is the law)”. Esa misma semana tuve una junta en Hell Radio y aunque nada tiene que ver con el concierto, uno de los puntos que discutimos es que, si no eres metalero, no sabrás comunicarte con los metaleros: “White heat. Red hot. Mayhem. If you don't feel it you won't understand”. Y luego claro, Helloween tiene alguna que otra balada excelsa. En el 2003 y 2011 por ejemplo tocaron “Forever and one (Neverland”, en 2006 el otro del concierto fue “Light the Universe”, pero en 2008, 2017 y en esta ocasión la elegida fue “A Tale That Wasn´t Right”, otro enorme momento para disfrutar de la voz original que cantaba la canción y la de quien llevó a la banda en los años posteriores. Finalmente y después de todo, el concepto se llama Pumpkins United por una razón y, como lo comenté antes, la idea de que todos participen prácticamente en todo el concierto, sin quitar nada, es lo que lo hace tan especial. Por eso crearon “Pumpkins United, la canción, que fue la que sonó después de la gloriosa balada del Keeper 1. Esa fue la única parte del concierto (bueno, esa y los encores) en que la gente bajó un poco la intensidad de su respuesta. La canción no es mala pero tampoco es lo mejor que pueden dar, sin embargo se entiende que la toquen y se agradece que se tomaran la molestia de crear algo nuevo ya dentro de este concepto. Luego vino el solo de batería y el tributo al caído Ingo Schwichtenberg. En la pantalla de fondo se proyectaban imágenes de Ingo mientras Löble tocaba réplicas del solo original que tocaba Ingo. Esa fue otra de las partes un poco bizarras en cuanto al público ya que antes de tocar el tributo a Ingo, Löble comenzó con un solo propio. Lo bizarro era que tocaba algún patrón, levantaba las baquetas en señal inequívoca de que lo tocaba al público gritar el clásico “hey”, pero nunca sucedió. Fueron tres o cuatro intentos hasta que le quedó claro que no sucedería. Nunca supe si fue que la gente no quería un solo de batería o simplemente la mayoría no tenía el concepto de que detener el patrón en los tambores y levantar las baquetas era una señal.

En fin, concluido el solo, lo siguiente fue tocar parte de “Livin’ ain’t no crime”, un bonus track del Keeper 2 para dar pie a “A Little Time”, otra que hizo que los cerca de diez mil congregados en la arena gritaran como si fuesen el doble.
Llegó el momento de revisitar el conceptual The Time of the Oath y para hacerlo escogieron uno de los tres sencillos que salieron de aquella placa, “Power”. Después vino otra larga y clásica, “How Many Tears”, misma que Deris describió como la primera que había escuchado de Helloween “cuando apenas era un niño” y otra más que ha acompañado las presentaciones de la banda en la mayor parte de su carrera ya que ha sido tocada en vivo más de 300 veces. Ya para entonces se presentía que el final estaba cerca pero faltaban varios clásicos así que no quedaba más que esperar a ver con que cañonazo seguiría la noche. Eso al menos en la mente de algunos que, como yo, preferimos no investigar que tocó la banda en sus fechas previas porque eso rompe la magia y la sorpresa, y eso es parte del problema mencionado de los encores. Si bien se sabe que cuando la banda se despide lo más probable es que regrese por más, también es común que la gente invite a la banda a que regrese ya sea con chiflidos, aplausos, ruido o cánticos. En este caso no hubo nada de eso. Sí, había algo de ruido; sí, hubo algunos esbozos de cántico (y eso que lo más obvio era cantar el clásico happy happy helloween) pero nunca llegó a ser un encore clásico y mucho menos uno que correspondiera con el pedazo de concierto que se había vivido hasta el momento. No es la primera vez que me toca vivir ese tipo de situación y me parece muy triste. Aún cuando se sabe que la banda va a regresar, ´parte de la magia es pretender que pudiera no ser así y entonces hacer ruido.
Como sea, la banda regresó para regalar “Eagle Fly Free” y dejar que el público cantara parte del coro. Y a juzgar por como se escuchaba, no era una audiencia cansada, en todo caso sería una audiencia un poco cínica que simplemente no tenía ganas de entrarle al juego del encore. Ya habían pasado dos horas de concierto pero mi piel no parecía perder el ánimo y se volvió a enchinar. ¡Carajo, cuatro quintas partes de quienes escribieron y grabaron esa canción estaban frente a mi por primera vez! No era para menos. Inmediatamente después de Eagle comenzó “Keeper of the Seven Keys”. Finalmente sólo fue una parte, un esbozo, un guiño que por lo menos a mi dejó casi como si hubiera vivido un coitus interruptus, pero que fue salvado por la manera de presentar a la banda por parte de Kai Hansen. A cada uno lo presentó de manera simpática y luego dejó un espacio para que Sascha estuviera sólo frente a la audiencia. Su trabajo durante todo el concierto fue excepcional porque fue gracias a él que se sintió el poder de las tres guitarras. Él puso la cama musical en cada ocasión que Weikath y Hansen tocaron solos gemelos y tocó los suyos también mientras los otros dos tocaban al unísono algún riff. Ese fue uno de los detalles que más emoción me causaron, el ver que de verdad han trabajado el show, lo han arreglado para que cada pieza cumpla una función importante, para que nadie sobre o deba salir de escena porque no tiene cabida o para que nadie deba buscar como entretenerse mientras los demás tocan porque no sabe que más hacer. Sascha fue una presencia vital porque, alejado del reflector permitió que sus dos compañeros se bañaran de luz.


El final definitivo llegó con “Future World”, en la cual soltaron enormes pelotas naranjas con motivos tipo calabaza y por supuesto “I Want Out”, la cual concluyó con una enorme explosión de papelitos blancos en forma de flor que bañaron la pista de la Arena.
Esa fue una de las mejores noches de mi vida como asistente a conciertos. Si bien Kiss es en mi vida tan importante que ni siquiera lo tomo como parte de mi top 5, Helloween es parte de ese top y aunque jamás me he sentido decepcionado por alguno de sus conciertos, el de anoche simplemente no tiene comparación. Fue una de las noches más emotivas que he vivido, uno de los conciertos que más he disfrutado en 32 años de asistir a ellos y uno que me hizo sentir de 16-17 a mis 47. Un concierto prácticamente perfecto en el que el único pero sería la estúpida necedad y valemadrismo de esos que fuman en donde está prohibido hacerlo.
Una noche para recordar por siempre, y para eso es que he escrito esta reseña.



Si llegaste hasta acá, en verdad te agradezco porque sé que está largo. Espero haber logrado que sintieras algo de la emoción que sentí yo.

Migraña en chamaco puberto mode on.


**Todas las fotos son de Germán García

domingo, octubre 28, 2018

Sangre de Metal en Sónica Tv del 22 de octubre

Esta vez lo subo hasta el domingo porque primero, cuando me lo mandaron venía todo mal, el programa estaba incompleto y chafa, así que lo pedí de nuevo y ahora sí me lo mandaron bien, sólo que el viernes. Luego, el internet de Telmex es una basura, y en Iztapalapa, más, así que apenas lo pude terminar de cargar. No sé exactamente por qué razón pero ahora me mandaron el programa en tres descargas distintas, así que lo tendré que subir en tres ligas separadas. Aquí puedes ver la primera parte, aquí verás la segunda y en esta otra podrás acceder a la tercera parte.

Ese día estuvieron Raúl y Jaziel, guitarrista y cantante respectivamente de Steel Night, la banda de Durango que ganó Metal Battle México en 2018 y que por ende tocó en Wacken. Honestamente no estaba planeada la visita así que mandé su video de último momento y al final quité alguno otro en su lugar, pero no recuerdo cuál. Estuvo bueno el cotorreo, son chavos muy decentes y trabajadores que ahora mismo preparan ya su álbum debut y que, de acuerdo a lo que platicamos ese fin de semana en diversos momentos, debería estar listo en diciembre.

Estos son los videos que programé ese día. Recuerden que sólo con darle click a lo que está en azul, que normalmente es el nombre de la rola, llegan directo al video en cuestión.

Araña - Diente por diente Con esta banda me equivoqué de nacionalidad, son salvadoreños, no hondureños. La canción viene en un disco del 2009 llamado "Teotl", editado por el sello American Line, lo cual significa que debe ser posible encontrarlo en México. Sigo sin recordar en qué año ganaron el Metal Battle de Centroamérica pero sí recuerdo bien que me gustó mucho verlos e vivo, estaban que no se la acababan pero no dejaron que el nervio les ganara y sonaron frescos, sobre todo porque a pesar de que su sonido no es quizás tan extraño para nosotros, para los europeos sí lo era.

Steel Night - Red Alert Yo creo que tienen buen futuro, están bien enfocados en trabajar, escuchan consejos y lo que es mejor, piden consejos. Sé que este primer disco va muy en la línea de lo que es este tema, sus guitarristas son realmente excepcionales y la juventud les juega a favor. Cada banda escribe su historia de acuerdo a como se le presenta el camino a recorrer, pero yo sí creo que cuando eres una banda tan nueva y de pronto tienes la exposición que te ofrece el Wacken, lo primero que debes hacer es grabar, y más si sólo tienes un EP, como ellos. Creo que cuando terminen el disco ganarán muchos fans. Una de las charlas en mi casa en los dos o tres días que estuvieron por acá fue la de grabar un cover como bonus track. No creo que lo hagan, pero en una de esas...

Voltax - Unmerciful Reign Esta es una de las más coreadas cuando la tocan, y la letra me parece maravillosa. Jerry se descosió contra la Iglesia y lo plasmó de manera muy coherente, cruda y directa. Como anécdota, mi hija, que no es metalera ni por error pero que estudia música y escucha un poco de todo, se enamoró de Voltax y de la voz de Jerry justo con esta rola. Cada que la tocan, cuando Jerry canta el coro suele terminarlo con una señal de la cruz, aunque sea para negarla: "I want to fight against the God, who tied our world into the darkness, hate fanatism is the unmerciful reign, it's time to start, deny the cross!"

Wolf Hoffman - Symphony No 40 Aquí tuve el error más grande de ese programa al presentarla como una rola de Accept. El tema viene en el segundo disco solista de Wolf Hoffman, "Headbangers Symphony" y es una interpretación en guitarra de Hoffman de la melodía de la "Sinfonía No 40" de Mozart, mezclada con algunos riffs metaleros. Curiosamente, el disco alcanzó posiciones den tro de los 200 más vendidos de las listas de control de Bélgica, Alemania, Francia y Suiza.

Watain - Outlaw Justo antes de preparar las canciones para eñl programa, me enteré de que Watain viene a México en 2019, así que me pareció una buena adición al programa. Ha habido cierto misterio en cuanto a su reciente anuncio de show y posterior cancelación así que esperemos que ahora sí vengan. Ah claro, y esperemos que nadie los lleve a Monterrey, no queremos hacer el ridículo nuevamente.

Majestic Downfall - Veins Los vi ayer en Circo Volador y aunque no tuvieron el beneficio de un buen trabajo desde la consola (tampoco fue malo, pero sí se quedó en regular) ni el de tener un stage manager que ayudara por ejemplo con las constantes caídas del micrófono de Jacobo Córdoba, lo que me volvió a quedar claro es el pedazo de banda que es. No es música para todo mundo, eso está claro, pero si te gusta el doom con toques death, ellos son de lo mejor que te vas a encontrar. Este es el primer sencillo de su nuevo disco.

Cinderella - Don't know what you've got ('till it's gone) La infaltable sección maricona del programa con unj verdadero clásico ochentero. A mi Cinderella me daba exactamente lo mismo hasta que en el 2007, en Argentina, mi amiga Shandi me puso esta rola y "Gypsy road" y me pidió escuchar sin prejuicio. Gran banda, sin duda, aunque eso no quita que entra como clavadista en fosa de clavados en el rubro de música de la era maricona del metal.

Spell - River of sleep Esta  es una banda canadiense a la que conocí porque tocaron con Voltax en el Muskelrock de Suecia, hicieran buenas migas y muy probablemente vengan a México por ahí de marzo o abril. Es una buena banda, de esas que, como Metalian por ejemplo, no están tan cercanas al radar del mainstream pero que tienen gran calidad. Lo más probable es que se haga una gira conjunta con ellos y Voltax así que, si les late el heavy, pendientes de las noticias.

Si llegaste hasta aquí, te agradezco mucho, de verdad.

Migraña en "falta una semana para Helloween" mode on.

jueves, octubre 18, 2018

Sangre de Metal del 15 de octubre en Sónica Tv


Edición en dos partes del programa de Sónica Tv del pasado 15 de octubre. Puedes ver la primera parte en esta liga, y la segunda en esta de acá.

Este fue un programa mucho más cargado a la anti religión que de costumbre. Días antes se había cancelado la presentación de Marduk en la modernísima y vibrante ciudad mocha de Monterrey. Sí, por lo menos en mi caso siempre quedó claro que la cancelación tal cual vino de alguna instancia municipal y no de la Iglesia propiamente, pero el hecho fue llevado a cabo por presiones de grupos religiosos. Patético.
Esto dice nuestra constitución:
Artículo 24. Todo individuo es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.
Si bien un concierto de rock no es de ninguna manera un culto religioso, lo que expresa ese artículo es que si a mi se me da la gana no creer en tal o cual religión o incluso ir en contra de la misma, siempre que no rompa la ley, puedo creer/escuchar lo que se me de la gana. Un concierto de rock nunca constituye en sí mismo un delito, ¿o sí?
Cuando una institución religiosa decide lo que es bueno y lo que no para los jóvenes de su comunidad, estamos ante un problema grave.
También hay que tener siempre en cuenta que México es un Estado laico. En una nota de 2017 escrita por José Joaquín Fernández se explica que: El que un Estado sea laico no significa que sea ateo. Significa simplemente que, desde el punto de vista jurídico, no habrá una religión o credo oficial en la Constitución Política. La fe religiosa es algo que cada ser humano debe alcanzar ejerciendo su libre albedrío y no por medio de la coerción, sea de nuestros padres, amistades o del gobierno.
   La idea del Estado laico tiene su origen en el liberalismo cuyo principio es que todo ser humano es libre. Esto quiere decir que todo ser humano tiene el derecho a disponer de su vida, de sus bienes y de su ingreso de la manera que más le guste. Del reconocimiento de este principio se deduce que todo ser humano puede seguir el credo que le plazca y en la manera que quiera. El único límite a la libertad individual debe ser el respeto por el ejercicio de la libertad del otro”.
Es muy sencillo entonces, cancelar un concierto porque ciertos grupos religiosos creen que así debe ser, es anticonstitucional. Si ellos quieren creer en un dios (y ahora aunque rompa con reglas de estilo lo escribiré en minúscula) partido en tres, o uno solo que vive en el cielo o que un “espíritu santo” le tocó el ombligo a una muchacha virgen y la embarazó, pues muy su cotorreo. Lo justo, lo legal, lo éticamente correcto es que cualquiera que crea que esa religión agrede su individualidad, tiene derecho a expresarlo también.
Hubo muchas burlas porque ese mismo concierto se canceló por razones similares en Guatemala y sin embargo, nuestra progresista capital neoleonés salió con el mismo criterio cerrado, estúpido y fascista.
E ese programa le menté la madre a dios en varias ocasiones. Si eres religioso y este tipo de situaciones te ofenden, lo mejor que podrás hacer es no ver el programa ni mucho menos los videos.
La idea de poner videos con letra, aunque mayoritariamente no sean oficiales era justamente demostrar que el mundo del metal tiene muchísimo de anti religioso, y no pasa nada. Bandas como Mercyful Fate, Ghost y Dissection han tocado en México, alguna también en Monterrey y ni cayeron rayos desde el cielo matando a los infieles ni salió nadie después del concierto a sacrificar vírgenes. Lo retrógrada de este sector social norteño es muy su problema, pero si por su cerrazón mental nos afecta a los demás, entonces es alarmante. Ya que el gobierno local haya cedido a las protestas es indescriptible. Y eso que Nuevo León lo gobierna un supuesto independiente que ha demostrado más bien ser un macho y mandilón.
Así las cosas, dejo pues el programa para que el que guste, lo pueda ver. Está dividido en dos partes porque así es mucho más fácil trabajarlo en Yotube, pero está completo.

Ya con tanto choro mejor evito las descripciones de los videos, o por lo menos las hago más cortas. Estas fueron las rolas programadas ese día:

Unleashed - The hunt for white christ Se sabe que Unleashed nunca decepciona, y el disco nuevo apunta a ser una colección de death brutal con melodía que no le pedirá nada a sus clásicos. Esta canción no es propiamente anti cristiana, es más una narración de una venganza vikinga en contra de los cristianos, eso sí.

Burning Witches - Hexenhammer Este es un quinteto suizo de puras chicas. Se llaman Brujas Ardientes o Brujas en Llamas y la canción significa algo así como "martillo de las brujas", así que si bien no es satánico y aunque su intención probablemente nos ea anti cristiana, es 100% pagana y por ende, ofensiva para esos tipejos regios que se ofenden de que no todo el mundo adore a su dios.

Lujuria - Dejad que los niños se acerquen a mí En español así que se explica sola. La parte de las estampitas es todo un clásico.

Slayer - Cult "La religión es odio, la religión es miedo, la religión es guerra, la religión es violación, la religión es obscena, la religión es una puta. La pestilencia de Jesús Cristo es que nunca hubo un sacrificio, no hubo ningún hombre en la cruz así que ten cuidado con el culto de la pureza. Es una imbecilidad infecciosa y por eso tomé mi decisión, ¡666!" Y la cantaron en vivo en Teotihuacán, un centro pagano por excelencia, por supuesto.

Dissection - Dark Mother Divine Incluso por curiosidad estaría bueno leer quién era Lilith, quién era o es Taninsan y de dónde vienen esas teorías de su aspecto de dragón... es más, para darse una pequeñísima idea de lo que habla la canción (porque todo el disco es un compendio de referencias e invocaciones) pueden checar esta página.

Mercyful Fate - The Oath. Esta, aunque partes de la traducción son incorrectas, se explica por sí misma. Y sí, Mercyful Fate la ha cantado por lo menos en la Ciudad de México sin que nadie se convirtiera al lado oscuro.

Ghost - Satan Prayer A mí sí me gusta Ghost, me parece que es como si a Abba le agregaras distorsión y temática satánica. Y sí, también ellos han tocado en Monterrey, sin que pase nada.

Hell - Save us from those who would save us Desde que alguien cree que te debe salvar de tus creencias, estamos mal.

Gorgoroth - Sign of an open aye En esta canción se habla de "aquél que se sienta en la oscuridad, el portador de la luz". Ese es Lucifer, que literalmente significa "el portador de luz", ahí donde luz es igual a conocimiento.

En este programa sólo se quedó pendiente una rola, y no era necesariamente nada satánico. Se trata de Legion of the Damned y es el tema más reciente que han editado, previo al lanzamiento de su nuevo disco. Esta rola se llama "The Widow's Breed", algo así como "La descendencia de la viuda" . Puedes checarlo aquí.

Si llegaste hasta aquí, muchas gracias. Si piensas distinto, tu opinión es perfectamente bienvenida en los comentarios.

Migraña en #FuckYouGod Mode on.





miércoles, octubre 10, 2018

Force Fest 2: la música.

Yo fui al Force Fest acompañado de Kelpy Interesante y Carlos Closmu, un amigo al que tengo el gusto de conocer gracias a Metal Battle, ya que el es el promotor de la misma en Uruguay. Curiosamente, en algún momento del domingo pusimos tomarnos una foto nosotros dos y JJ Tartaglia, baterista de Skull Fist y promotor de Metal Battle Canadá.
En fin, nuestra aventura comenzó desde el viernes porque ese día podía uno ir checar acreditaciones. Había una pre fiesta pero no nos quedamos por diversas razones, lo que sí vimos fue que había chance de estacionarse en otros sitios que no necesariamente eran el estacionamiento oficial. El sábado ya estábamos a unos cuántos kilómetros de la sede del festival cuando se soltó la tromba. Ya desde la carretera se veía en el cielo una masa enorme de nubes de las cuales se desprendían larguísimas líneas negras, lo cual significada que en esa zona llovía terriblemente en ese momento, lo que nosotros no sabíamos era que esa zona era justamente la del campo de golf. Llegamos al sitio por el otro lado de la carretera, por el pueblo de San Juan Teotihuacán. No podíamos ver más allá de dos o tres metros por la brutal cantidad de agua. Finalmente llegamos al estacionamiento, ya no llovía y justo cuando íbamos a entrar algún lugareño nos ofreció un lugar frente a los puestos de comida así que dejé el coche ahí, a dos metros de una carpa de tacos en la que habíamos comido el día anterior.
Ya en el Fest, con toda honestidad, visualmente todo se veía muy bien. Encharcado, sí, pero los escenarios se veían realmente profesionales. Incluso, previniendo lluvia (que es muy diferente que una tormenta de las dimensiones de la que cayó el sábado), todas las lámparas móviles que estaban en la parte frontal de los escenarios estaban cubiertas con un plástico que podríamos definir como condones gigantes transparentes. El otro detalle que capturó mi atención inmediatamente fue que ahora sí, por lo menos en los tres escenarios `principales, que eran los más grandes, había torre de bocinas colocadas a la altura de la carpa de audio y apuntando hacia la parte trasera de sección general. Ya no me pasaría lo de Kiss en el Hell de hace dos ediciones.
El sábado, por la hora en que llegamos, el retraso que nos causó la lluvia y el tiempo que tardamos en definir bien donde estaba la carpa de prensa y como eran los accesos a los escenarios nos perdimos algo de rock, aunque para ser honesto, la parte del cartel que a mi me interesaba empezaba justo por esa hora en que llegamos.
Lo primero que logramos ves, casi completo, fue Pestilence. Lo vimos desde muy cerca del escenario, una ejecución perfecta que obliga a pensar cómo es que ciertas bandas, como ellos por ejemplo, no tienen un nombre más grande en el mundo del metal. El audio era impresionante, aunque de inicio lo adjudiqué al hecho de estar tan cerca del escenario. Había una audiencia mucho más que sólida frente a ellos y se sentía una verdadera comunión entre público y banda. Si algo presagiaba su presentación era que, por lo menos el sábado, el banquete sería delicioso.
Caminando por las áreas del festival se notaba que la idea de poner juegos mecánicos tenía su jale; si bien nunca me tocó ver filas tipo novedad de Six Flags si vi en toda oportunidad en que pasé por ahí gente que hacía cola y gente que bajaba sonriente de la rueda de la fortuna. Por cierto, para acceder al Fest nos tocó pasar por el camping. Según entiendo era el campamento VIP y puede ser porque aunque era grande, tampoco era tanto como uno esperaría. Las tiendas de campaña estaban bien alineadas, había baños y regaderas, puntos con enchufes para recargar celulares y en general buena onda.
También el sábado tuvimos chance de ver a Sacred Reich, y a ellos sí, de principio a fin. Si bien su set no varía gran cosa desde hace años, tampoco es una banda que me hubiera tocado ver una vez por año así que no importaba. Esta fue la tercera vez que pude verlos, y por tercera ocasión, fue un verdadero placer auditivo. “The American Way” cuyo coro de vez en cuando cambiaba a “the mexican way” abrió como metralla. Sonaron otras como “One Nation”, “Ignorance”, una versión muy lenta y cercana a la original de “War Pigs”, maravillosa, “Death Squad” y por supuesto “Surf Nicaragua”. Phil Rind preguntaba siempre sonriente si la estábamos pasando bien y la respuesta en cada oportunidad fue un  atronador “sí”. Pocas cosas en la vida superan el placer de ver en vivo a Sacred Reich, chela en mano, sonriendo y con todos los que están a tu alrededor con ese mismo gesto de satisfacción.
En algún momento fuimos a buscar el escenario donde tocaba Luzbel, no estábamos muy seguros de si alcanzaríamos o no y además el lodo si reduce considerablemente la velocidad en que te puedes mover. Finalmente llegamos y de entrada fue un gran gusto ver una gran cantidad de gente frente al escenario. La banda ya estaba tocando pero igual tuvimos chance de disfrutar más de la mitad del set.
Aunque conozco a Mike González desde hace algunos años, de que lo había visto cantar con AIAM, de que había escuchado una prueba de audio de su audición y de que conocía su trabajo con bandas como Erógena y Glass Mind, tenía que verlo al frente de Luzbel para sentir si correspondía en la banda o no. Bueno, afortunadamente no sólo llenó sino que superó mis expectativas. La banda sonó sólida, compacta y como nueva. Greñas, Vic Nava y Jporge Curiel llevan ya algunos años juntos así que la parte de la música estaba bien planchada, y ahora sé que la voz está en excelente manos. Un gozo como siempre escuchar rolas como “El ángel de la lujuria”, “El Loco” y “Esta noche es nuestra”.
El momento mágico del sábado llegó más tarde cuando tocó Carcass. Muy pocas veces recuerdo haber escuchado un audio en vivo tan cercano a la perfección como el de ellos. No sé como se llama el ingeniero de audio que traían, pero sé que es el mismo que hizo a Slayer. Fenomenal trabajo y además, los Carcass se notaban muy a gusto en el escenario. “Buried dreams”, “Incarnated solvent abuse”, “Captive Bolt Pistol”, “Keep on rotting in the free world”, “Corporal Jigsore Quandary” y por supuesto “Heartwork”, entre otras sonaron como si fueran versiones en estudio, remasterizadas y en alta fidelidad, Brutal. Si bien a ellos los había visto tal vez unas cuatro veces antes y jamás habían quedado a deber, nunca habían sonado así. Evidentemente la producción influye, pero en verdad su ingeniero merecía que cada uno de nosotros le agradeciera con una botella de tequila.
Calculo que por esos momentos fue que en una ida al baño me tocó escuchar algo de Stone Temple Pilots. La verdad es que para mí la banda ni fu ni fa, en ese momento tocaban “Plush” (y tuve que buscarla en Spotify para saber cuál es jajaja) y por lo menos, además de que el audio para ellos también estaba entre muy bien y excelente, la gran cantidad de gente que estaba con ellos se escuchaba también feliz.
Al final, más porque ya estábamos ahí que por otra cosa vimos un rato a System of a Down. Buena parte de su set nos lo echamos de camino hacia el coche, deteniéndonos para ver algunos detalles que no habíamos visto antes, como alguna cabina de venta de merca por ejemplo. Igual, el audio era perfecto y aunque su música a mi no me dice mayor cosa, se distinguía todo perfecto. Tocaron entre otras “I-E-A-I-A-I-O” que recuerdo que puso locos a todos, “U-Fig”, “Chop Suey” y “Toxicity”, aunque para destacar se debe decir que en total tocaron 32 canciones. Mucho para mi gusto pero elemento muy destacable para los miles de fans suyos que estaban ahí.
El domingo lo primero que era evidente era cierto cansancio. Caminar sobre lodo es pesado, y lo es en Teotihuacán o en Wacken, eso no cambia. Sin embargo, la actitud que traíamos era bastante positiva y nos fuimos más temprano, sobre todo porque queríamos llegar desde Strike Master.
Ya ahí la historia es bien sabida. Sí, hubo varias bandas que no tocaron, dos de ellas que yo estaba muy entusiasmado por ver, Exodus y Testament, pero eso ya se habló en el post anterior. Parafraseando al célebre ex presidente Calderón, haiga sido como haiga sido, pudimos ver a Strike Master que mostró sin ningún espacio de duda que su puesto en ese cartel era más que justificado. Es una de esas bandas que puede o no gustarte, pero a la que difícilmente puedes negarlo el mérito de mover a una gran masa que se entregó al slam sin piedad. Es una de esas pocas bandas mexicanas que puede estar frente a una audiencia realmente numerosa y no los ves que les tiemblen las patitas. “Sé que han tenido un día difícil, y se va a poner peor” dijo Kmu desde el escenario y la gente le respondió con otro pit lleno de violencia controlada que en definitiva ayudó a que muchos sacaran parte de su frustración. Tocaron una hora y aunque lo hicieron con una manta enorme de Anthrax detrás de ellos, nunca se notó que el escenario les pesara.
Ese mismo día pude ver en vivo a Cemican, que a pesar de que los había escuchado, no había tenido chance de presenciar su espectáculo. Una mezcla muy bien hecha de death metal con pasajes musicales enraizados en instrumentos prehispánicos como caracoles de mar y una especie de flauta larga (desconozco el nombre) redondeado por la parte visual, que, dicho sea de paso, es fantástica. También fue muy grato ver que la cantidad de gente que estaba frente a ellos era amplia, y aunque me cuesta mucho trabajo calcular en números, si puedo decir que estaba lleno hasta la parte donde estaba el llamado “Front Of House” o carpa de la consola de audio. Era considerablemente más gente que la estaba por ejemplo a la espera de Dark Funeral. Claro, Lo de Dark era antes de que tocaran así que no es una comparación tan válida, pero sirva el ejemplo para poner en contexto cuánta gente estaba ahí. Probablemente el único pero sea que el cantante, que como frontman tiene una gran presencia, cuando se dirige al público entre temas lo hace con una actitud un poco más tímida. Hacia el final de su presentación hicieron una representación de un sacrificio típico de los aztecas: colocaron a una persona que representaba a algún prisionero azteca sobre una piedra del sol, le cortaron y abrieron el pecho y le arrancaron el corazón, todo eso en medio de un concepto musical que quedaba perfecto como apoyo a lo visual. Muy agradable su presencia en el festival.
En algún momento de la tarde salimos para comer algo y justo en eso estábamos cuando empezó el show de Dee Snider. Regresamos rápido y con la ventaja de que el audio llegaba claro y fuerte hasta la salida del estacionamiento. Llegamos al escenario donde tocaba y para mi sorpresa encontré que no había tanta gente. Su set fue un balance casi perfecto entre su material nuevo y canciones de Twisted Sister ya que tocó 6 y 5, respectivamente. El hecho de que no hubiera tanta gente no pareció importarle a un Dee que, enfundado en una playera negra con letras blancas que decía “New York Fuckin’ City” ofreció una actuación completísima y espectacular. Y en este punto cabe aclarar que el hecho de que su escenario no mostrara un lleno total tampoco significa que hubiera 500 personas, había varios miles y otro tanto estaba frente al escenario de junto. Al darse cuenta de esto, el rubio cantante corrió por el pasillo que conecta ambos escenarios y cantó parte de “We’re not gonna take it” desde el otro escenario, mientras su banda tocaba en el que les correspondía. De Twisted sonaron además “Burn in Hell”, “Under the Blade”, “I wanna rock” y “You can`t stop rock and roll”. Su presentación tuvo varios momentos divertidos, como cantar una melodía un poco extraña, esperando que la gente le replicara y al no hacerlo, preguntó que si nunca habíamos escuchado a Freddie Mercury. Una vez que quedó claro lo que quería hacer logró sin problema que la gente cantara de vuelta sus melodías. Dijo también que se estaba grabando el concierto para usar el pietaje en un video futuro, lo cual animó más a la gente. Cantó el clásico (y para mí tedioso e innecesario) huevos con aceite y repitió en varias ocasiones que estaba gradecido de tocar en México. Con excelente audio, era poco probable que hubiera quejas de una presentación de Dee, y por lo menos desde mi posición, no las hay. Excelente presentación.
A Phil Anselmo sólo lo vi con un par de canciones así que no puedo opinar gran cosa. Ya después supe que cantó con él Phil Rind, lo cual hubiera estado fantástico atestiguar, pero no fue así.
Lo siguiente que me tocó ver fue Anthrax. No sabía que ya tocaban así que iba rumbo a otro escenario para checar a la banda mexicana que estuviera (para ese momento los horarios ya eran un caos, y aunque hubo algunos anuncios de los cambios, yo no me enteré), pero empezó “Caught ina mosh” y decidí quedarme a verlo. Su audio fue el único que me tocó que se traslapara con otro, concretamente con Dokken. No se notaba mucho pero si lo suficiente para que lo de los neoyorquinos no sonara tan claro como habían estado todos los demás que me había tocado presenciar. La banda se ve en muy buena forma, Belladona es la voz de Anthrax, y sin quitarle ningún mérito a John Bush, es una diferencia muy marcada que esté uno y el otro. Claro, también la música en la era Bush era más alternativa. Durante los cerca de 45 minutos que tocaron pegaron con tubo con rolas como “Mad House”, “Be all end all” o “Evil Twin”, para cerrar con broche de oro con “Antisocial” e “Indians”. Como es costumbre, Scott Ian corrió con parte de la comunicación entre banda y público, mientras que Belladona aplicó el clásico dividir a la audiencia en tres para ver quien gritaba más. Viejo truco ese pero no pierde efectividad. Preguntaba Ian si la gente se estaba divirtiendo y sí, probablemente entre bandas hubo varios que volvían a enojarse (e insisto, con justa razón) porque no tocaron Testament y Exodus, pero durante el set de Anthrax todo fue felicidad, slam, circle pits y energía pura.
El festival acabó para mí con Slayer. Honestamente pensaba verlos más por que la fecha era histórica que por algún tipo de pasión por su música. De hecho, Kelpy y yo estábamos esperando a Dark Funeral cuando se soltó un aguacero muy fuerte. Habrán pasado unos 25-30 minutos en los que Dark Funeral no salía (y no había manera de que lo hicieran, aclaro) cuando el aguacero pasó a ser lluvia fuerte nada más y en eso comenzó a sonar el escenario principal. Un minuto más tarde quedó claro que era Slayer, una hora antes de su horario original (aunque después supe que se anunció en pantallas) y que estaban tocando “Repentless”. Debo admitir que a pesar de que su música jamás me enganchó, hay temas que sí me gustan mucho y que lo único que nadie le puede recriminar a la banda es la intensidad. Bostaph  en la batería es un animal encabronado pero preciso, Holt y Kerry no paran de sacudir el cráneo y Araya es un buen frontman. Su escenario estaba decorado con dos enormes cruces invertidas creadas con gabinetes vacíos de bocinas Marshall, de las cuales en varias ocasiones se dispararon ráfagas de fuego. Temas como “Mandatory Suicide” a mi me parecen verdaderas joyas, pero también tocaron varios temas que a mi me resultan aburridos como “Jihad” o “Dittohead”. Como sea, imagino que sus verdaderos fans habrás terminado extasiados porque además tocaron un poco más de lo que acostumbran. Sonaron también temas como “War ensemble”, “Angel of death”, “Dead Skin Mask”, “Hell Awaits” y por supuesto, “Raining Blood “ y “South of Heaven”. El final con fuegos artificiales fue muy emotivo aunque también, de cierta manera, fue agridulce. Probablemente si hubieran tocado Exodus, Lamb of God y Testament antes de ellos el culmen hubiera sido casi eyaculatorio, pero como no, fue más bien una sensación de sentimientos encontrados.
Así lo viví yo desde la perspectiva musical. Si escribiera sobre todo lo demás, ustedes no leerían todo y no acabaríamos nunca. Mejor lo dejo hasta aquí con la esperanza de que Live Talent aprenda de sus errores, que el público aprenda a distinguir esos errores de lo que son circunstancias y accidentes y que exista edición 2019 para ver qué tanto mejoramos cada cual.
Si llegaste hasta acá, te admiro en verdad.


Migraña en “no siempre es necesario pelear y a veces es bueno ver el vaso medio lleno” mode on.

**Todas las fotos son propiedad de Carlos M Closmu. Si alguna te gusta y la quieres usar, hazlo, sólo te pediría que le des su crédito al fotógrafo.










  



lunes, octubre 08, 2018

Force Fest parte 1: el ataque de las redes asesinas

Como siempre, este texto sólo representa mi punto de vista y el de nadie más, aunque para cerrar mi punto de vista me valga de lo que he hablado con otras personas. 
Como siempre, todo lo que sea factual estará contenido aquí, los rumores y/o chismes e interpretaciones a situaciones, estarán debidamente identificados como tales. Siéntanse libres de comentar lo que gusten pero háganlo pensando siempre en respetar. Si no coincides conmigo o con alguien o si odias a Live Talent, estás en tu derecho, pero te pido que cuando expreses tu molestia evites los insultos y sobre todo las agresiones directas.
En cuanto tenga fotos del evento, mismas que me proveerá mi querido amigo Carlos Closmu, que mientras yo escribo esto vuela con destino a su hogar en Montevideo, Uruguay. Y es que sí, aunque las redes sociales y una gran cantidad de “medios” indiquen lo contrario, lo primero es reseñar los conciertos que uno vio en el festival. Simplemente me tomaré mi tiempo porque insisto, quiero hacerlo con fotos y como no tengo, debo esperar a que Closmu llegue a su país, las descargue y me las mande. Igual comentaré brevemente sobre los shows pero la reseña tal cual vendrá en la semana.
Esto que a continuación escribiré responde en parte a que algunas personas me han pedido mi opinión y en parte a que me encanta escribir y aunque este espacio ha estado abandonado en el sentido de los reportajes y reseñas, nunca es tarde para reencontrarse con el viejo y saludable hábito de escribir. El texto irá dividido en tres secciones. Cada una se explica por sí misma con su debido subtítulo (culpa, responsabilidad y deslinde) y en cada caso, insisto, es mi apreciación personal. No, no escribo respondiendo a nadie ni cobrando por hacerlo; no, no tengo miedo de decir “la verdad” pero tampoco tengo necesidad de ajustar mi visión a la “verdad” de las redes sociales. Así las cosas, comienzo y explico: la palabra de hoy será, “matices”.

Culpa
La empresa promotora del Force Fest, de ahora en adelante y sin que me importa que ya haya visto el término en redes, también llamaré Mud Fest (y es coto), se llama Live Talent. Ellos, como es de esperarse, tienen culpa en algunos de los desaguisados que sucedieron en su festival. En mi opinión son muchas menos culpas de las que la redsocialogía dice, y aquí expondré mi punto de vista.
El punto obvio para mí son las cancelaciones. Explicar por qué pongo que para mí es redundar así que lo evitaré. Pero vamos por partes: lo primero que hay que destacar es que de las bandas internacionales fuertes que cancelaron, tanto Testament como Exodus se han mantenido en total silencio. En el caso de Exodus no sólo no han dicho nada oficial sobre su cancelación sino que hasta las 9:13 de la noche de este lunes 8 de octubre, su foto de perfil en Facebook es el cartel del Force Fest. Esos son datos duros, no cuentos chinos.
Ahora bien, la culpa de Live Talent es haber tardado varias horas en responder de manera concreta a esta situación. Son culpables de haber fallado en cuestiones de logística en el concierto para informar lo que estaba pasando, es decir, debieron haber puesto en las pantallas del festival y anunciado desde los escenarios que esas dos bandas no tocarían y que por ello algunas bandas como Pinhead y Phil Anselmo ya no tocarían en los escenarios que les correspondían y lo harían en el escenario principal. Con Lamb Of God el anuncio se había hecho desde el día anterior así que ahí sin falla, pero el no decir nada durante dos o tres horas provocó cierto caos y mucho malestar. Eso, por ejemplo, es culpa.
Ahora bien, aunque llegó tarde, la empresa publicó un comunicado en sus redes en el que se explicó la situación. Está largo para retomarlo completo pero pondré la parte importante entre comillas para que quede claro que es cita textual:
AVISO URGENTE: REAGENDARÁN FECHAS ALGUNAS BANDAS DEL FORCE FEST.
Algunas bandas del cartel del FORCE FEST 2018 reagendarán fechas debido a las adversidades climatológicas y a las secuelas que inevitablemente se ocasionaron con ello y que el comité organizador está tratando de solucionar.
Las inclemencias del clima que vivimos el día de ayer durante la jornada del sábado 6 de octubre inhabilitaron caminos, provocaron daños en algunos requerimientos técnicos y logísticos contemplados para la correcta realización del Force Fest en Teotihuacán, México, por lo que algunas bandas han pedido reagendar sus presentaciones.
La fecha será anunciada próximamente.
Las bandas que reagendan son:
Rob Zombie
Lamb Of God
Testament
Exodus
Las mencionadas agrupaciones estarán presentándose próximamente en el país para los seguidores del Force Fest, por lo que piden disculpas a sus fans por los inconvenientes que esto representa”.
Si hubieran escrito esto o algo que como esto explicara lo sucedido, antes, se habrían evitado un montón de problemas; no lo hicieron: culpa. ¿Cuál es el matiz aquí? De entrada la especulación más difundida es que no le pagaron a las bandas referidas. De las que aparecen en el comunicado, Rob Zombie escribió en su cuenta personal de Facebook lo siguiente: “Ofrezco disculpas a los fans mexicanos por no poder tocar. Estábamos por llegar al aeropuerto cuando algo inesperado arruinó nuestro viaje. Estos muy decepcionado. La última vez la pasamos de lujo así que regresaremos pronto”. No se habla de falta de pago, y lo escribió él en su cuenta, no Live Talent.
Paul Bostaph, baterista de Slayer publicó en Instagram una foto de él con Tom Hunting, baterista de Exodus y escribió: “un gustazo encontrar a mi gran amigo Tom Hunting y su esposa en el mismo vuelo que yo de camino a México”. Eso significa que por lo menos Hunting viajó, y créanme, si no les hubieran pagado, su agencia de representación no lo habría puesto en ese vuelo.
Eric Peterson, guitarrista de Testament, le contestó a una fan mexicana que le preguntó por qué no venían, lo siguiente: “siento mucho que no vayamos, nos dijeron que había mal clima y bla bla bla”.
Entonces, excepto la de Zombie, ninguna es una explicación oficial pero si todo mundo le entra al juego de los supuestos, por lo menos deberían tomar en cuenta estas situaciones.
La única banda que expuso problemas de logística “y de contrato”, sin especificar más, fue Lamb of God.
En el caso de Danzig también se trata de rumores, pero lo que es un hecho es que la banda estaba en México, tanto así que yo lo vi en persona esta tarde en el Aeropuerto. La culpa ahí es una vez más el no haber comunicado nada a la gente, ni en vivo ni en redes. El matiz es que el rumor de lo sucedido entre Slayer y Danzig lo desató una persona cercana a Danzig, aunque la banda tampoco ha expuesto nada en sus sitios oficiales. Es decir, por más que ñla gente diga que hay contratos que se deben respetar, lo cierto es que cuando hay pleito de egos entre dos bandas es complicadísimo resolverlo en cinco minutos.
Culpa de Live Talent es también el no haber logrado arrancar a tiempo la pre fiesta del viernes y haber provocado reacciones adversas de bandas nacionales de gran bagaje como Raxas, por ejemplo.
Culpa de ellos es por ejemplo haber recortado el set de Introtyl de 20 a 14 minutos; culpa de ellos es no tener elementos suficientes en producción para atender como se debe a las bandas nacionales, algunas de las cuales han manifestado cierta molestia por ese tipo de situaciones, como por ejemplo lo hizo el baterista de Luzbel.
También es culpa directa de ellos la confusión en cuanto al precio del estacionamiento. En sus redes ellos pusieron que el boleto costaría 300 pesos para preferentes y Vip’s y 200 para general POR AMBOS DÍAS, y al llegar al Club de Golf resultó que el precio era por día, lo cual además de ser una contradicción, representó un gasto extra para el público.
Hasta aquí, creo que queda claro que no se trata de tapar el sol con un dedo, pero otra vez, estas son para mí las culpas, falta lo demás.

Responsabilidad.
Aquí la lista es mucho más grande y compleja, pero esta sección la puse justamente por la idea original de los matices. Ser responsable de algo no es lo mismo que ser culpable. Si yo manejo un medio de comunicación y uno de mis reporteros escribe una nota incorrecta, los culpables son él y su editor de sección por no darse cuenta, pero el responsable soy yo por ser el dueño del negocio. Bajo es óptica, considero lo siguiente:
Que falló el cashless. Sí, y no sólo falló sino que fue un rotundo fracaso, pero la culpa directamente es de la empresa proveedora del servicio, misma que no fue capaz de hacer funcionar su servicio. Live Talent es responsable por haber contratado a esa empresa, pero la culpa tal cual es de la empresa que provee el servicio. Supongo que ellos aceptarían esta lógica, pero por lo pronto, así lo veo yo.
Fallas en la logística de acceso y salida del estacionamiento. Ellos son responsables de toda la logística, probablemente no sean los culpables directos de haber abierto sólo un sendero para acceder y retirarse en auto, imagino que eso dependió también de la gente que administra el predio, sin embargo, sí es algo que se salió de control en buena parte por falta de prevención y diseño. Ahora bien, aquí el matiz (y es matiz, no disculpa), es que cualquier capitalino que haya ido al estadio Azteca por ejemplo, ya sea para un clásico, o un juego de la NFL, o un concierto de Búnbury o de U2 habrá vivido o escuchado historias de gente que tardó 4 horas en salir. Y ahí están en la red esas historias, sólo hay que buscarlas. Es decir, si has ido a lugares de mucha afluencia vehicular sabes que la salida puede ser un caos. Esto no quita la responsabilidad de la empresa, pero si la matiza.
Los fallos en internet. De nuevo, si hubieran hecho pruebas probablemente habrían visto que la señal era pobrísima y hubieran calculado que si multiplicas ese detalle por 25 o 30 mil personas que querrán usar internet al mismo tiempo, hubieran podido hacer algo al respecto. El matiz aquí es que ellos efectivamente tenían un convenio con Telcel para que la red no fallara, y la empresa encargada de ese aspecto técnico es la de telefonía, no la de los conciertos. Sin embargo, la falta de prevención o de imaginación para ver más allá de lo evidente les coloca encima la responsabilidad de esa falla.
También son responsables de los fallos en la logística de algunos tours de camiones que salían de la CDMX hacia Teotihuacán y de regreso. Aunque la culpa de la falta de alguno que otro camión en ciertos puntos concretos es de la empresa contratada, Live Talent es responsable de haber contratado a esa empresa y haber publicado puntos de salida que al final no siempre se cumplieron. Aquí el matiz es que también hubo mucha gente que perdió su camión de regreso a la ciudad simplemente porque estaban muy borrachos o distraídos como para llegar a tiempo al punto de encuentro. Culpar a alguien más siempre es más fácil que aceptar que uno la riega ¿no?

Deslinde.
Con esta palabra me refiero a lo que de plano no es ni culpa ni responsabilidad de Live Talent, pero que varios se empeñan en achacarles. Por ejemplo, el clima. Leo comentarios que van desde personas que ahora son expertas en subsuelo y que te explican que las condiciones del suelo no eran óptimas para hacer un concierto, hasta algunos que dicen que el concierto –programado desde varios meses antes- debió haber sido programado días antes o después para evitar la lluvia. Aquí ni siquiera merece la pena escribir algún matiz, el que crea de verdad que la lluvia –y sus consecuencias- son culpa de Live Talent debería regresar a la escuela. Como dato extra, el domingo yo decidí no meterme al estacionamiento y mejor me quedé en un lote al otro lado de la carretera. Me ahorré algo de dinero y mucho de tráfico, pero la anécdota es que para llegar al lote tuve que sentar adentro de mi coche a un muchacho local que me guió hasta el punto donde dejé mi auto. Ese chavo me contó que toda la semana no había llovido, que hizo mucho sol y que la lluvia del sábado fue totalmente anormal en cuanto a la intensidad y duración. Ya luego me explicó que el suelo se pone chicloso con la lluvia y demás, pero él mismo reconoció que el tormentón que cayó agarró a todos por sorpresa. Y es anécdota nada más, pero ahí la dejo.
Que hubo autos atascados en el lodo en el estacionamiento. De nuevo, eso es consecuencia directa de la tormenta que cayó el viernes, y de eso el culpable es… nadie. Si dos días antes del show se pronostica lluvia intensa, ¿tú que harías, cancelarías el show hasta nuevo aviso? ¿Y si el día del nuevo aviso se pronostica lluvia, lo vuelves a mover?
Que en la encharcada hubo quien se torció el pie por caer en un hoyo (se habla de algún fracturado pero yo no tengo corroboración de ese dato), bueno, si llueve como llovió y se encharca el suelo, es probable que alguien se tuerza un pie o que alguien se resbale y se caiga. Y pasa en todo el mundo: Wacken, Hellfest, Sweden Rock, Corona Capital… el que gusten ustedes. Los open air (al aire libre) así son. Yo que estuve ahí puedo dar fe de que no faltaba luz ni en la zona de conciertos ni en el estacionamiento. Los accidentes suceden y por eso se llaman así, porque son imprevisibles.
Así fue lo que yo viví. Sí, hay muchas áreas para mejorar, y calculo que en el fondo de sus ser o en la superficie del mismo los que toman decisiones en Live Talent lo sabrán. No imagino que alguien sonría de ver que su esfuerzo (y su inversión) se va por la borda.
Insisto, las cancelaciones se manejaron de manera muy pobre en cuanto a la comunicación, pero también es cierto que hasta el momento, ninguna de las bandas fuertes que no tocaron ha culpado a la empresa ni ha hablado de falta de pago. Casi siempre las bandas de ese tamaño cobran un adelanto antes siquiera de anunciar el show, Y ES IMPORTANTE DESTACAR QUE TODAS ELLAS LO ANUNCIARON DESDE TIEMPO ATRÁS, y si no tocan, el promotor no recupera ese dinero. Es decir, si Exodus por ejemplo no toca por el mal clima y Live Talent le depositó 100 pesos, Exodus se queda con ese dinero y lo que queda entonces es negociar una fecha nueva. El promotor sólo recupera su inversión si la banda cancela por una situación imputable a ella misma, es decir, como la primera vez que iba a tocar en México The Who, el show no estaba vendiendo y Ocesa perdería mucho dinero si cancelaba, pero de pronto se enfermó Roger Daltrey y entonces sí, Ocesa pudo cancelar el show y recuperar sus depósitos.
Entonces, muchas fallas son culpa directa del promotor, muchas otras son compartidas con terceros y algunas más son fantasías eróticas destapadas por la frágil mente de personas que no tienen idea de nada pero que tienen acceso a las redes.
Finalmente lo que se debe hacer, o por lo menos lo que deberían hacer los medios de comunicación es investigar un poco más y no escribir con la entraña como lo hace el público. Sí, mucha gente salió frustrada, pero los medios deben ser imparciales. Escribir lo terrible que es que no te dejen entrar a la carpa de prensa o a la barricada, lo mal que la pasaste porque te enlodaste o lo triste que estás porque nadie te invitó al concierto a cubrir como prensa sólo demuestra que de periodista tienes muy poco, o nada. Los medios están para reportar hechos, no para victimizarse o querer ser las estrellas de un espectáculo cuyas estrellas son las bandas. Y si vas a ir y opinar, entonces debes buscar el equilibrio, investigar, contrastar y no sólo escupir al aire y escribir con fallas terribles de redacción (eso es cuando alguien escribe algo y no se entiende un carajo de qué está hablando) o de ortografía (escribir “echar” en lugar de “echar”, por ejemplo).
En fin, esa es mi opinión.
Si llegaste hasta aquí, te agradezco mucho que te tomaras el tiempo.

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