sábado, abril 29, 2006

Dokken

Gracias a quienes ya dejaron un post en Sangre, no creí que sucediera tan rápido. Y en cuanto a la edad, eso es lo de menos. Yo también tuve 15 años y me encanta recordarlo, para entonces por ejemplo lo "nuevo"era Slayer, Metallica, Anthrax, Helloween y muchas más, como Dokken.
Esto me lleva a escribir una breve reseña del concierto de anoche en el Hard Rock Live.
Pasé por Dokken en los 80, pero no podría decir que lo viví con intensidad. Toda esa camada pasó por mi sin mucho peso, Ratt, Cinderella, Warrant y demás son un buen recuerdo (y en ocasiones no tanto), pero nada más.
Mi expectativa entonces no era grande. Por cuestiones laborales tenía la oportunidad de ir y no pagar, sabía que vería a dos tres brotherators (éste término es obra del maestro Arturo Huizar) y finalmente, un parde buenas rolitas hard rockeras o de metal ligero no estarían nada mal.
Lo primero a destacar era que el hard Rock, contrario a su costumbre, estaba programando muy buena música mientras entraba la gente. Como siempre abrieron laspuertas con Hells Bells de AC/DC, pero a lo largo de una hora y media programaron temas y bandas de época que no suelen sonar por su rumbo. Maiden en la época Blaze Bailey, Judas con rolitas del Unleashed at the east, en fin, como preámbulo estuvo excelente y nos preparaba el ánimo para pasarla bien.
Dokken arrancó a las 10:40 pm. Había cerca de 450 personas y como suele suceder, aunque no eran muchos eran verdaderos conocedores.
Unchain the nite, Into the fire, Dream warriors, Kiss of death y The hunter abrieron la noche. La banda se nota compacta, tiene tablas y aunque Dokken ya no canta como solía hacerlo, se les notaba macizos y contentos. Siguieron Breakin the chains, Alone again (una de las más aplaudidas y cantadas) Paris is burning. Para presentar Too high to fly Don bromeó un poco con la gente y como no queriendo dejó su moraleja anti drogas. Just got lucky, It´s not love (otra delas coreadas a garganta rajada) y la clásica Tooth and nail cerraron la primera parte.
Don y Mick (batería) se ven un poco pasados de peso, pero nada tan grave como para que sea noticia. Dokken iba con jeans rotos, botas de punta y camisa blanca a medio cerrar. Parecía realmente un tipo nostálgico, aunque no por eso ha perdido su carisma y capacidad para liderar una banda. En medio de las canciones algunos solos de bajo y guitarra, estos últimos realmente buenos.
Deregreso del encore, "esta rola no la conocen porque es nueva, pero está chingona y pesada", Sunless days y, de acuerdo al programa, el cierre vendría con In my dreams. La gente no se cansaba de gritar Dokken, así que sin pensarlo mucho y a manera de encore verdadero (ese que no es planeado) dejaron sonar When heaven comes down.
90 minutos a todo galope, 90 minutos de recuerdos porque a pesar de que mi expectativa era casi nula salí satisfecho y con ganas de más. Gran concierto de una buena banda.
Lástima que este tipo de conciertos pasen sin pena ni gloria en cuanto a asistencia. Porque la delos 80 será una década controvertida, pero ciertamente también fue un tiempo en el que las bandas se conformaban con gente que sabía tocar sus instrumentos, y eso trasladado a un concierto en vivo es invaluable.
Cuando los Korn y Linkin Parks de la actualidad se hacen millonarios con tres acordes y mucha depresión barata, las bandas como Dokken que sustentan su creación en la magia, poder y trascendencia de la guitarra son bocanadas de aire refrescante (fresco no porque llevan 20 años de carrera, jajaja).
Próximamente en el Hard Rock toca Lemmy (Motorhead) con músicos de Rockabilly (un miembro de los Stray Cats entre ellos) bajo el nombre de Head Cat. No es metal, pero es Lemmy, y con eso está todo dicho.

Chico Migraña

viernes, abril 28, 2006

Moderatto: la cultura de lo pirata en su máxima expresión

Bienvenido a Sangre de Metal.
Mi nombre no importa, pero puedes llamarme Chico Migraña.
Mi intención es satisfacer mi propio ego, escribir lo que me llena la mente, darle un espacio a los textos que afortunadamente puedo publicar en revistas como Playboy y Marvin, pero sin ediciones. Trataré de publicarlos cuando ya se encuentren a la venta en las revistas.
Si quieres platicar o debatir, por favor hazlo, me encanta el intercambio de ideas.
Todavía soy nuevo en esto de la tecnología, pero espero que con el tiempo el blog tenga mayor diseño y algunas cualidades. Trateré de crear por lo menos dos espacios: uno para hablar (escribir es el término correcto) sobre Metal, y otro para exponer algunos textos (poesía es medio pretensioso) que he trabajado a lo largo de 15 años.
Así pues...

Este es el texto que debió aparecer en metalcoatl.com. La página nunca pudo salir al aire, el dominio está pagado pero nunca conseguimos a nadie formal que nos hiciera el paro con un programa administrador. Ojalá algún día pueda funcionar. Mientras tanto, el Chico Migraña debutó con un artículo sobre Moderatto. Con todo y que la página nunca alcanzó formalmente la vida, la columna tuvo bastante repercusión. Probalemente la retome y con algunas variantes aparezca en Playboy o Marvin, pero apenas es idea.

Moderatto, la cultura de lo pirata en su máxima expresión.

No es nada personal en contra de Moderatto. La verdad es que en algo tienen razón, dice Jay de la Cueva cada que puede “la intención es llegarle al público al que potencialmente le vamos a gustar, y no a los demás”. Y tiene razón. Entonces ¿cuál es el problema del que escribe con Moderatto? La incoherencia, la falta de honestidad y la burlona manera en la que se roban todo lo que tienen al alcance de su mano y lo llaman “concepto propio”.
Sin embargo la culpa no es toda del quinteto. La irreparable falta de cultura musical en México es un problema que pasa por diversos factores, casi todos de origen o destino económico. Los metaleros vieja guardia crecimos con una abundante variedad de líneas de investigación rocanrolera. Teníamos varias revistas (buenas, malas y regulares, pero varias) como Sonido, La Banda Rockera, Rock Pop, Conecte, Heavy Metal Subterráneo y las importadas, que hace algunos años no eran tan caras como Hit Parader, Circus Magazine, Creem y otros etcéteras.
Teníamos también una buena cantidad de propuestas radiofónicas dedicadas al rock. Recuerdo desde las más viejitas como Radio Éxitos, Radio Capital y La Pantera hasta las que hicieron época en los 80 y parte de los 90 como Rock 101, WFM, Radio Alicia y otras.
Es decir que la diversidad era considerable. Y a eso debemos sumarle los programas de videos o musicales conducidos por gente talentosa y no tanto como Jaime Almeida y Gloria Calzada, entre otros. Incluso en sus inicios, MTV era una buena opción para conocer más del mundo del rock.
Pero esos tiempos pasaron, las estaciones de radio clásicas dedicadas al rock dejaron su espacio para promover programas de “noticias” que a raíz de la aparición de proyectos como Ventaneando se convirtieron en lavaderos sucios y corrientes (y esta descripción aplica también a la mayoría de los programas de “análisis político”) y el rock junto con su enorme cultura, se diluyeron en el olvido. Se cambió el concepto de promover la cultura por medio del rock (cualquiera que fuera el sub género) por hacer programas “rentables” para las radiodifusoras y sistemas televisivos (y ya en la época reciente, habría que analizar la desaparición de Radioactivo y el tipo de programación que lo sustituye, por ejemplo).
Así las cosas, el chavo promedio de hoy no tiene ni idea de qué es lo que escucha, no sabe de dónde viene y en consecuencia, tampoco desarrolla un sentimiento de pertenencia como el que para nosotros, los vieja escuela, es imprescindible para vivir.
Cuando Moderatto canta “Dame un beso” la gente no sabe que la letra es de una canción de Yuri, la güera que hace muchos años le cantaba al pandita de Chapultepec, que después lo hacía para sus mil hombres y que hoy le dedica sus temas a Dios. Y cuando cantan “Isabel” la mayoría de sus seguidores creen que es una rola original dedicada a alguna Chabelita, cuando en realidad fue un tema exitoso de Luis Miguel, ese al que le llaman El Sol.
Pero lo peor es que Moderatto no escribe canciones, se roba sin pudor alguno riffs clásicos de todo tipo de bandas de metal y hard rock como Queen, Motley Crue, Lenny Kravitz y Metallica y las adapta al contexto de su “broma”. Y más triste aún es que su público no lo sabe. Como ya no hay programas de rock en radio y tv, como la mayoría de las revistas de hoy sólo se suben al carrito de lo comercialmente exitoso y como muchos medios de comunicación se creen o se hacen guajes con el concepto Moderatto, el afectado al final es el público, ese que paga un boleto y se encuentra (porque hay que reconocerlo) con un excelente show, aunque pirata por todos lados.
Porque la batería elevada la hacía Kiss en los 70, el fuego y la pirotecnia la usaron todos los grupos glam de los 80, las mascadas las usaban Aerosmith y Rod Stewart, el maquillaje es tan viejo como el rock, los falsetes en la voz son una característica del metal desde que Deep Purple y Judas Priest salieron al mundo en los 60 y 70 y las luces monstruosas fueron características del rock duro hasta que Nirvana y Pearl Jam se inventaron la onda del anti héroe rocanrolero.
Cuando Moderatto empezaba, hubo entre los periodistas de la fuente de espectáculos (misma que tiene muchas honrosas excepciones y personajes de enorme calidad) quienes se creyeron el cuento de que “Moderatto regresa a su México querido luego de llenar estadios en Japón, Europa y Estados Unidos” y bla bla bla. Entonces, lo que una querida amiga periodista describe en el periódico La Crónica como “Una de las bromas mejor llevadas en los últimos años... un grupo de músicos de diferentes agrupaciones olvidadas y en activo, que se reunieron para hacer una payasada que a la larga les ha resultado muy lucrativa. Lo que comenzó como chacota ahora se ha tomado muy en serio y no por ellos mismos, sino por la industria y lamentablemente por sus seguidores” cobra un sentido casi de alarma.
Moderatto se roba todo en su concepto, y tiene éxito en México porque actualmente vivimos inmersos en la cultura de lo pirata, y miles lo ven con buenos ojos. Recientemente presentaron un disco navideño, y la primera canción que sonaba en las bocinas comienza con un robo descarado al gran Meat Loaf.
Moderatto era una broma, sólo que hoy les molesta que se los recuerden, porque para ellos ya es algo serio. Parafraseando a los extintos Bee Gees, en su tema “I started a joke” podríamos imaginar un futuro no tan divagante para ellos: “Yo empecé una broma, y ésta hizo que el mundo llorara, aunque yo no me di cuenta que la broma era sobre mí; Yo comencé a llorar, y eso hizo que el mundo por fin se riera, oh, si al menos me hubiera dado cuenta de que la broma era sobre mí”
Entonces, Moderatto tiene todo el derecho de hacer su lucha, de juntarse con Belinda para tener más éxito, de compararse con Kiss (jajaja), de hablar como pochos, rentar limosinas y modelos para hacer más grande su teatrito y de divertirse mientras lo hacen. Pero entonces el público también tiene derecho a que le expliquen el nombre del juego, a que le digan que “las influencias” de la banda son más bien riffs robados de temas clásicos del rock, que sus letras no son originales y que su montaje escénico es una recreación de lo que han hecho grandes bandas. Y luego, si tienen éxito, qué bueno por ellos.

Chico Migraña