Por Chico Migraña
El domingo pudimos ver casi toda la despedida de Black Hate. Nos tocó menos tráfico (hicimos como 35 minutos en lugar de los 45 del sábado) y llegamos cuando estaban terminando la segunda rola. Es una gran banda que desafortunadamente cambió de nombre y ahora se llama Hierophany. ¿Por qué? De acuerdo con Ikanunna, guitarrista, cantante y fundador, porque el nombre les ha cerrado puertas en Europa. Es parte de este nuevo mundo en el que todo es políticamente incorrecto, y Black Hate busca internacionalizarse. Bueno, cuando una agencia de booking le dijo a Ikanumma que aún sin escuchar la música lo iban a rechazar por el nombre de la banda, decidió cambiarlo. El nombre no tiene implicaciones raciales, pero hazle entender a las nuevas generaciones. Bienvenido Hierophany que es entonces la continuación de Black Hate, nada más y nada menos.
Después tocó turno para Split Heaven, la segunda banda del festival con presentarse menos un integrante, en este caso bajista, pero con una pista que permitió que la música sonara como debe ser. Ellos también se lo habían confirmado a Sangre de metal, en esta entrevista. Esta banda jamás perdió el filo, pero comenzó a tocar más bien en determinados momentos de cada año, preferentemente en Europa y aunque tener un sello discográfico alemán es una excelente noticia., significó que además de no verlos en México, tampoco era fácil conseguir sus discos. El resultado es una gran banda que perdió contacto con toda una generación de metaleros mexicanos que eso sí, descubrieron en vivo lo bien que tocan. Ojalá hayan ganado fans con este show porque quienes los vimos en su primera etapa, cuando todos ellos vivían en Querétaro y para bien o para mal eran parte de la escena mexicana, nunca los olvidamos. A título personal siempre hago el comentario de que siempre tendrán un lugar especial en mi corazón porque fueron los primeros en ganar la Metal Battle México y por ende, la primera banda mexicana de Metal en tocar en Wacken, “haiga sido como haiga sido” -Felipe Calderón dixit.
Para mí, el domingo encerraba cierto candor porque entrevisté a siete de las 13 bandas que tocaron, y como siempre ha sido costumbre en este blog, hablando con la verdad, solo conocía en vivo (o en disco para efectos de claridad) a dos de ellas. Una vez más la idea era evitar la tentación de acudir a Spotify o Youtube para salir de dudas y dejar que sus 30, 45 o 60 minutos en el escenario, según fuera el caso, me dijeran de qué va realmente cada una.
La primera fue A Canorous Quintet. No conocía ni el nombre, pero los entrevisté y estaban conectados al zoom tres de ellos, todos emocionadísimos de venir a México por primera vez. Navegando por Facebook en estos días he visto que varios de mis amigos los mencionan como la banda por la que decidieron ir a Candelabrum, y les creo, al ver cómo les respondió la gente queda claro que es verdad. Death melódico de gran calidad, una banda típicamente Candelabrum: conocida por algunos, descubierta ese día y amada a partir de ahí por cientos.
Luego tocó turno para Pyogenesis. Ellos si vinieron a México pero en 1995, a una tardeada y en un lugar que ya no existe y que entonces se llamaba Andy Bridges. La anécdota completa está en la entrevista publicada en Marvin. Musicalmente es una banda con muchos elementos fusionados, a título personal no creo ir al Spoti para sumarla a mi lista de reproducción, pero eso no quita que fue muy divertido verlos, y es que para esa hora (y desde Canorous) el tamaño de la audiencia ya era bastante considerable, y muchos, de verdad muchos conocían su música. La energía, dicen los músicos, es de ida y vuelta, y esta banda era un ejemplo perfecto de lo que eso significa. Cada canción enganchaba más a la gente y por lo tanto Flo se prendía más. Cuando todo eso se conjuga, aunque no los conozcas, te emocionas. Además traían set vieja escuela, tocaron más bien rolas de la primera mitad de los 90.
Aquí cabe un comentario personal. Leo que algunas personas se quejan del acomodo de General y Preferente, porque en preferente queda mucho espacio libre. Bueno, por eso te cobran un poco más, para que estés más cómodo, pero si uno revisa el mapa, ¿cuántos festivales te ponen ambas zonas mitad y mitad frente al escenario? Exacto, en México, ninguno. Yo apoyo la idea y si bien la cantidad de gente en general duplicaba (o tal vez hasta triplicaba) la que estaba en General, ¿cuál es el punto de quejarse porque en una zona había menos gente que en la otra? Son las necedades y pleitos que se busca la gente nomás por discutir. “Es que se notaba que había más desmadre en General”, “las bandas se daban cuenta” bueno, ¿y? También por eso, todas las fotos de las bandas tomadas desde el escenario muestran mucho más densidad de público del lado derecho de la imagen (general), pero eso, o que muchos en preferente estuvieran sentados (de nuevo, para eso pagan más) no quita que unos y otros disfrutaron a tope el festival. A menor drama mayor disfrute, porque gastar energía en quejarse del preferente, que en nada le afecta a los de general, es bastante ocioso.A partir de ahí venían bandas que la mayoría esperaban. The Crown por ejemplo traía un buen contingente de apoyadores. En mi caso, conocía el nombre, seguro los había escuchado alguna vez y luego de verlos en vivo entiendo por qué había tanta expectativa, aunque al final, tampoco sumaría temas suyos a mi playlist.
Primordial. Kelpy, (alias Señora Interesante o mi pareja desde hace 15 años, dependiendo de que tan viejo seas como glóbulo de Sangre de Metal) me dijo varias veces en los meses y semanas y días y horas previas a su presentación que era una bandota y era la que más quería ver. Yo, pa variar, solo ubicaba el nombre. ¡Blasfemia! ¿Cómo me pude perder de tanta magia por tantos años? Bueno, una vez más, ahí entra la magia de Candelabrum, te trae todo un contingente de bandas de esas características: enorme talento musical, poca o nula historia en México enmarcada en un gran festival, donde la puntualidad manda y la buena vibra se puede tocar con la punta de los dedos. Impresionantes, realmente si todo lo anterior hubiera sido equis, aquí todo valdría la pena.
Luego Absu, la única internacional en ambos días de la que no pude ver nada, así no puedo comentar gran cosa. Quedaban dos más y aunque sabía qué esperar con Obituary (cuando eres una banda pionera de algún género no tienes nada que probarle a nadie), primero había que escuchar a Agalloch. Mis pies ya pedían a gritos abandonar misión, pero había que pasar por ellos para llegar al final. Nunca había estado tan equivocado en términos musicales en toda mi vida. Esos 60 minutos fueron de lo más glorioso que he vivido en un concierto en vivo en toda mi vida. Sobre todo porque al no esperar nada, cuando recibes tanto te sientes totalmente humilde y agradecido. ¡Vaya capacidad para mezclar el Prog con el Black! ¡Absolutamente impresionantes, una joya, probablemente el mayor descubrimiento a título personal en las cuatro ediciones del festival! Y el sonido era cristalino, todos los detalles se escuchaban con total precisión. Cátedra, y es ahí cuando deseas de todo corazón que Candelabrum no cambie, no caiga en las garras tentadoras de “más es mejor” y seguir con la idea de menos pero con calidad suprema. Y de Obituary hay poco que decir. Brutales. Tocaron 13 canciones, seis de ellas del Cause of Death, que está de aniversario y clásicos. Lo único que me desespera un poco, y me pasó cuando los vi en el tercer Monterrey Metal Fest y alguna vez más es que tardan mucho entre una canción y otra, y eso mata un poco el impuslo de emoción que trae uno.
En Sangre de Metal llevamos cuatro ediciones bajo el brazo (es decir, todas) y hoy queda robarle la palabra al buen Manuel Amusia que cuando nos encontramos me dijo: “me da mucho gusto ver que este festival ya se consolidó”. Consolidar, esa es la palabra. Ya se dijo antes que difícilmente tendremos una cifra oficial de asistentes, pero fue una entrada absolutamente sólida. Cada año ha crecido un poco, pero el salto del año pasado a este fue bastante notable. Esa es una gran noticia. Candelabrum es un festival que ha crecido gracias a diversos factores. Lo primer es la seriedad de los organizadores, y eso lo destacan incluso las bandas. Solo basta leer lo que han puesto en Facebook e Instagram y para quienes estuvimos ahí, recordar cuántas veces desde el escenario escuchamos frases como “este hermoso festival”, “este espectacular festival” o “gracias a los organizadores”. Es real, todo marcha como relojito, el audio es impecable, el lugar es cómodo y no importa si estás en general o no, tienes siempre opción de baños cómodos y limpios, además del clásico Sanirent si nomás quieres hacer pipí. También influye mucho que el tipo de fan que se ha apoderado del Cande es más relajado, sabe lo que quiere, tiene experiencia en otros festivales y entiende el valor de lo que le dan por lo que paga. También influye el trabajo mediático. De entrada, tienen a una excelente publirrelacionista (como no sé si le gusta el reflector o no lo dejaré solo en Amaranta) que trabaja con un gran equipo y que te hace sentir cómodo, pero también están los medios, no todos enormes no de alcances masivos pero sí dedicados y con entendimiento de lo que es el Metal. Ahí también se nota crecimiento. Del primer año que éramos un puñado a este, el brinco cuantitativo ha sido importante. Ojalá todos mantengan la difusión. Finalmente está el boca a boca. El que ha ido lo recomienda y eso genera un efecto bola de nieve, que empieza a rendir frutos.
Anexo:
1 exposición artística llamada "Hossana en las Penumbra”, de Néstor Ávalos, artista gráfico reconocido internacionalmente por su trabajo con bandas icónicas como Moonspell o Dark Funeral
por mencionar algunas.
483 kilos de croquetas, 26 kilos de carne húmeda, 40 kilos de arroz, 62 litros de cloro, 46 litros de limpia pisos, 8 cobijas y 4 kilos de carnaza para el albergue Brigada Canina.
161 trenzas de cabello para la campaña “Héroes sin Mata”, de la A.C. ALUCCA. Con ellas se van a elaborar pelucas oncológicas.
Finalmente y antes de tiempo porque parece que alguien picó un botón una hora antes, también desde las pantallas se anunció que habrá edición cinco, el año que viene. ¡Enhorabuena para todos nosotros, un año más de este que se ha convertido en un festival obligado!