lunes, octubre 19, 2009

No metal: 17 años después...

Son tantos recuerdos que cuesta trabajo encontrar el punto por el cual empezar. Tal vez sea mejor poner un poco de contexto y de ahí ver que sale. Digamos que en buena medida si hoy no toco ningún instrumento musical es por dos razones muy importantes: no tenía la paciencia y disciplina necesarias y en los años que uno debería dedicarse a aprender, yo tenía mi ilusión puesta en el futbol. Tampoco es que creyera que sería profesional, pero sí dedicaba muchas horas a entrenar, jugar y ver el deporte más hermoso del mundo. No estoy muy seguro de las fechas, pero entre los 15-16 y 18-19 años más o menos, jugué a muy alto nivel en la Liga Interclubes, representando a un sindicato unamita llamado APAUNAM. Es decir, defendí la casaca puma muchos años y aunque mi afecto jamás ha estado en duda, puse todo lo que pude para defender al minino auriazul.
Fueron buenos tiempos, jugábamos de locales en la cancha de Prepa 4, en Tacubaya. Dos años fuimos invictos hasta que el CUM (Centro Universitario México) nos venció ahí mismo. ERse era un juego clásico, aunque el América - Chivas de Intwerclubes era el Madrid (Colegio Madrid) vs CUM, el Madrid - Pumas APAUNAM era algo así como el América - Cruz Azul. Les ganamos a visita dos veces, una de ellas terminó a instantes de ser bronca fenomenal. Varios de elloos y yo teníamos nuestros quereres desde Pumitas, y ganarles a domicilio sabía tan rico como un Clubber de manzana del Hard Rock.
Cuando entré a la Universidad, la pasión siguió viva. Jugábamos de vez en cuando, pero en 1992, el que era nuestro profesor de Medios Audiovisuales (Aldo Chávez) y un eterno guerrero de las canchas de la UIC defendiendo a la Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC), Ernesto "Brian" Castillo, decidieron que había con qué armar un buen equipo y se dieron a la tarea de reclutarnos. Un semestre después todos sería muy diferente, pero en ese primer paso, el equipo estaba conformado por 95% de personas normales y un par de jugadores con experiencia profesional de algún tipo.
Se armó el equipo, empezamos a entrenar comandados por Ramón Raya, en ese tiempo y a pesar de nuestra juventud ex jugador ya de América. Su histoira es larga y compleja, pero interesante, aunque yo no me la sé toda y la recuerdo sólo en partes. El caso es que él nos dirigía. Los entrenamientos eran experiencias increíbles porque no se limitaban a ponerse un short, tacos y cascarear: hacíamos interescuadras, ejercicios con el balón, espacios reducidos, marcajes por zona, tiro a gol, jugadas de cruces y enlaces y muchas cosas más. Trabajábamos mucho y en cuanto empezó el torneo formal, empezamos a ver los resultados. le llevábamos mucha ventaja a la mayoría de los equipos. Los fuertes, como Derecho 1 (había dos), Filosofía y Teología nos daban lata pero siempre ganábamos. Así fuera por uno o dos goles nada más, pero ganábamos.
Fuimos un equipo de época, aunque suene pedante. La ECC jamás había salido campeona, y el tiempo mostraría además que, después de nosotros y nuestro bi campeonato, jamás repetiría tampoco.
Fue una experiencia increíble, felicidad desbordada y anécdotas de todo tipo. Incluso, jugar con aquél equipo vestido de azulgrana me costó recursar la materia de Cine. Es una larga y divertida historia, pero me la voy a saltar. Lo importante era que éramos un equipo unido, por lo menos en el tiempo de ese primer título. Nadie podía con nosotros.
Contrario a todo mi pasado, en ese equipo mi puesto era de libero, defensa central atrasado, último hombre o como quieran llamarlo. No desconocía la defensa pero no me gustaba. Sin embargo al ver la maquinita echada a andar, el disgusto se convirtió en placer. Tenía la oportunidad de gritar, ordenar, decidir y en alguna que otra ocasión, regañar. También me llevé regaños, como una vez que el árbitro marcó una falta inexistente que nos costó un penal. En el medio tiempo me llevé una gran regañada, un tanto injusta porque la falta fue inexistente, pero tampoco tan fuera de lugar porque uno no se barre dentro del área ¿cierto? Total, fue una gran época. Detrás de mí pasaron varios porteros, pero creo no equivocarme si digo que en ese primer campeonato fueron esencialmente Nacho Soto y George Witker. El primero tiene un estudio de audio llamado Fix, el segundo ha hecho carrera como comentarista radiofónico al lado, por ejemplo, de Raúl Orvañanos. Delante mío estaba casi siempre Horacio Cabañas, como stopper o central de marca. Otras veces fue un compañero de apellido Abascal. En las laterales estaban Alex Carranza y José Luis Sibalja "Chilly", aunque varias veces en lugar de Alex jugó Esteban Macías, hoy conocido por su trabajo en varios espacios de espectáculos en Tv Azteca. El medio campo lo trabajaban Ramón Raya, Hugo Tapia, Brian, Jorge Ibarra y algunos más que estuvieron en algún momento, aunque la base fueron siempre ellos cuatro. Era interesante porque ofensivamente eran imparables. El problema era que a la hora de marcar todos querían ser el 10, y no bajaban jajaja. Adelante jugaban Ariel Sol (ju8gó en segunda división con Pumas, no recuerdo si alguna vez debutó en Primera, aunque su hermano Manuel sí lo hizo. Fue titular muchos años en Chivas y jugó con la Selección Nacional)y Alberto Duque. En ocasiones entraba también Fabio Preciado. Ese fue el equipo campeón de hace 17 años. Porque al siguiente campeonato éramos impresionantes. Estaban en nuestro equipo José Antonio "Tato" Noriega (sus mejores épocas se recuerdan en Morelia y Santos, jugó en la Selección Nacional y si no me equivoco llegó a un mundial), Francisco Gabriel de Anda (sus mejores años los pasó en Santos y Cruz Azul, jugó con Selección también) además de Ariel y Ramón. Y jugaba con nostros también un compañerodel cual no recuerdo el nombre. Le decíamos Coco y jugaba en segunda división. Con eso era imposible derrotarnos, y aunque el bi campeonato supo a gloria, pues nunca fue tanto como ese primer año.
El sábado pasado, casi de la nada, volvimos a jugar. En un lapso de semana y media y gracias al Facebook se lanzó la convocatoria. Yo hace ya varios años que no pisaba una cancha de futbol. Y los últimos años que jugué fue siempre en canchas de tierra, en ligas poco serias y más por el placer de hacerlo que otra cosa. Afortunadamente llevaba algunos meses de salir en bicicleta, porque la condición que tuve en esos años es ahora un mero recuerdo. Llegué a la UIC y todo estaba pintado para que ese sábado fuera histórico. Tenía como 12 años de no estar ahí, de respirar hondo porque con la cantidad de árboles que hay puedes hacerlo y sentir el oxígeno en tus pulomnes. Muchas cosas se veían igaul, otras no. Una de las canchas tamaño profesional que hubo ya no existe, en su lugar se construyó un gim,nasio techado donde se juegan sobre todo básketbol y volibol.. La cafetería, que solía estar en el sótano del Edificio América, en el cual estaba la ECC, ahora estaba en otro lugar. Subí, pasé por los escalones de piedra volcánica donde alguna vez el maestro de cine nos hizo leer en la oscuridad de la noche, alumbrados apenas con velas, cuentos de Edgar Alan Poe. Pasé por el pequeño lago que flanqueba el espacio donde entrenábamos y llegué a la gloriosa cancha donde nos coronamos. No había nadie.
En las dos canchas de arriba se veía al equipo de Fútbol Americano entrenando, cerca de ellos había una especie de eliminatoria de porristas, pero nada de mis compañeros. Como debe ser en el mundo Migraña, la luz vino de la nada. Viendo mi cara de angustia, un viejito que llevaba cuadros ede pasto en una carretilla me miró y dijo: "sabes, allá donde se ve la U (en realidad eran los postes de gol de campo de una cancha de americano) van a jugar unos que fueron campeones hace muchos años. Algo me dice que eso andas buscando". No conozco esa cancha, le dije. "Pues ya tiene sus años, pero no tantos". Subí y los encontré.
Por razones que no importan ahora, lo que me generaba cierta aprehensión era ver a Ramón. Nuestra relación fue de una profunda amistad y terminó muy mal. Desde esos años no lo veía y no sabía si tenía ganas de verlo otra vez. Como debe ser en el mundo Migraña, llegué y todos estaban en la cancha, calentando. No sabía donde poner mis cosas y entonces lo ví, sentado, hablando por teléfono y poniéndose los zapatos. Lo saludé y supe que mi rencor guardado había sido bastante estúpido. Nos saludamos bien y empezamos a jugar. A los diez minutos las sonrisas en nuestros rostros eran enormes. Hacía 15 ó 16 años que no jugábamos juntos y parecía que habían sido 15 minutos. El toque que le dimos a cada facultad estaba ahí. El juego fácil de primera intención, los recorridos horizontales de Ramón, los quiebres y el talento de Jorge, lqa potencia en el golpeo de Duque... En diez minutos contra un equipo del que sus jugadores por lo menos tenían 15 años menos que nostros en promedio, íbamos ganado dos a cero. Claro, los años no pasan en balde y la condición física comenzó a mermar un poco. Al final quedamos 7 a 5 favor ellos. Pero no importaba, todos estábamos felices. Nuestro compromiso con el equipo en aquél tiempo fue tal que 17 años no fueron suficientes para que olvidáramos los fundamentos básicos de nuestra trascendencia. Y sé que amuchos les parecerá estúpido o ñoño este texto, pero ese campeonato fue uno de los días más felices de nuestras vidas. Lo supe entonces, lo sé ahora. En el Face ahora leo comentarios del tipo "fue un honor compartir la cancha con ustedes una vez más", o "no es falsa modestia pero por algo fuimos campeones, somos un equipazo" o "¡Estuvo grande!" simplemente refuerzan lo vivido. Nos volveremos a juntar, aunque hoy nos duelan hasta las muelas. Aquella vez incluso hicimos una concentración en una casona del Ajusco, no nos rasuramos toda la semana previa a la final y fuimos hermanos unidos por una causa. Qué lindo es volver a vivirlo.
Sí, "we are the champions, my friend, and we´ll keep on fighting to the end, we are the champions, we are the champions, no time for losers cause we are the champions, of the world".


Arriba y de izquierda a derecha: Charly Borja (a dos minutos del final me dio un calambre, Charly sacó su cloruro de tilo y me alivió casi al instante. Gracias), Ramón Raya, Horacio Cabañas, Nacho Soto, Migraña, Brian, Hugo Tapia y Fabio Preciado. Abajo, Alberto Duque, Alex Carranza, Jorge Ibarra y José Luis Sibaja "Chilly". A su salud, campeones.

Migraña nostálgico pambolero
Y para cerrar el mágico día recogí en casa de una querida amiga, también de la UIC por cierto, mi Sonic Boom. Discazo.

10 comentarios:

La Señora Interesante. dijo...

Como han pasado los años ♪
No manches que chingon ese reencuentro =)
Aunque para que el final fuera del todo feliz , el marcador debió ser un 7-5 favor “los sangre de metal “ ¬¬
Jaja pero no dudo que le pusiste rete hartas ganas y que lo disfrutaste al máximo ..!!

Buena foto ehhh!!

Saludos y para la otra me apunto de porrista jajajaja!!

Por cierto : Hay programa hoy ¿???

Chico Migraña dijo...

Hoy sangramos, sí. :)

celtic frost dijo...

si hay chichis pa la banda por que carajos no ha de haber futbol pa la banda

http://royal-shrovetide-football.blogspot.com

Anónimo dijo...

Un post diferente... pero muy bueno!

Saludos!

ValhallaWarrior dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
AndreaLP dijo...

Qué lindo hacer algo que te apasionó una vez más y con la compañía de los compinches.

Sabes? Sonic Boom no me gustó. Pero con todo y eso, ¡es material nuevo! Y se agradece.

El rock chingón dijo...

Esas son buenas anécdotas migraña. Felicidades por conservarlas y saber plasmarlas. Saludos.

ValhallaWarrior dijo...

No Metal?

La primera vez que vi a un "rockero" ataviado como jugador de futbol fue en las fotos interiores de un LP doble, casi estoy seguro de que era Ray Davis de los Kinks, después vi a Rod Steward en la típica foto de equipo del recuerdo antes del inicio de un partido con sus compañeros de "The Faces", después en los interiores del disco de Pink Floyd "Atom Heart Mother" (el de la vaca), los floyd aparecen de igual forma ataviados de futbolistas.

Algún tiempo después me enteré de la gira de un festival en el cual estaban incluidos Rainbow y los Scorpions, para matar el tiempo las bandas armaron "selecciones" y jugaban partidos de futbol entre ellos y los ingleses perdían sistemáticamente contra los alemanes, cosa que ponía realmente fúrico a Ritchie Blackmore, así mismo hubo una gira de Rhapsody con Stratovarius y en cada lugar que llegaban jugaban futbol, esos encuentros era más parejos y cuenta Fabio Leone que a veces las cosas se "calentaban" demasiado y que varias veces estuvieron a punto de llegar a los golpes, pero al final la manera de saldar las afrentas deportivas era tocando mejor esa noche que el rival.

A últimas fechas, Iron Maiden derrotó a Sepultura con un escadaloso marcador y el "Virtual XI" la idea era llevar el futbol junto con la gira.

Alguna vez tuve la oportunidad de platicar con Steve Harris y le quería preguntar cual era su "motivación" para seguir en el metal, pero formulé mal la pregunta y le pregunté "where do you get the energy to still playing metal?" y me contestó: "I eat healthly, I sleep well and I play soccer every thursday night with a local team in my home town..."

Es lo que me acuerdo "de bote pronto" =)

Saludos

Celtic Frost dijo...

amigo Valhalla , tu entrada merece convertise en post en mi blog , la subiré y os daré todo el crédito que merece.

saludos

http://royal-shrovetide-football.blogspot.com

Tartaros dijo...

Hey migraña, me agrado tu post, sobre todo porque tambien soy pambolero (= de hecho cada sabado con unos cuantos compañeros fans de maiden, metallica, y de mas bandas, armamos un equipo ja y es tan chingon, espero que algun dia la "banda" se anime a ir a apoyar ja, cualquier pretexto es bueno para juntarse =D
saludos