viernes, octubre 03, 2014

Judas Fuckin' Priest, Redeemer of Souls, reseña

Esta reseña me la pidieron para Eyescream All Access. Supongo que uya la subieron así que ahora la comparto por acá. Me parece un muy buen disco, fácilmente en el primer estante de los discos del Judas, aunque al final de ese estante. Si Halford tuviera más notas agudas hubiera sido un clásico pero la edad influye, y en ese contexto lo que ofrece, a mí, me parece más que suficiente. Un disco para disfrutar, no para analizar, para ponerlo en el estéreo del coche cuando estás en el tráfico, subirle a tope y olvidarte de todo. Metal clásico, así sin más.

Judas Fuckin' ¨Priest - Redeemer of Souls


Cuando una banda legendaria saca un disco nuevo, muchos se atoran en comparar lo que se ofrece con los discos más representativos de la carrera de la banda en cuestión. Es un mal que no es necesario y que suele nublar la vista y tapar los oídos de muchos ante nuevas ofertas. Tal es el caso de Redeemer of souls, de Judas Priest. Quienes esperan en cada disco un nuevo Painkiller, no lo van a encontrar aquí. ¿Qué van a encontrar entonces? Muchos riffs a medio tiempo, algunos más rápidos, grandes, enormes solos, mucha melodía, buenas letras y un trabajo sólido en la base rítmica.

Difícilmente podrían haber encontrado una mejor canción para abrir que Dragonaut. Tiene todos los elementos para ser un clásico del sacerdote, siempre y cuando por supuesto la gente le de la oportunidad de respirar. Seguida de ésta viene Redeemer of souls, el tema insignia, el primero que se dio a conocer y que es además una buena muestra de cómo viene el disco: potente, directo, bien trabajado.
Algunas personas se han quejado amargamente de que casi no hay partes con la voz de Halford en esos agudos que tanta fama le dieron. Es cierto, no abundan, pero tampoco lo hicieron en discos recientes. Su voz se escucha en buena forma y escoge muy bien los momentos para los agudos. Finalmente es un tipo de 63 años de edad que a pesar de haber trabajado los últimos años en mantener su voz no la tiene en la misma forma que hace 30 años. Eso claro no significa que cante mal, significa nada más que no hay tantos gritos tipo Victim of changes.
Para dejar en evidencia lo recién mencionado está la maravillosa Halls of Valhalla. Con una velocidad más a tope que el promedio del disco el riff es totalmente pegajoso, marcado además por el trabajo preciso de Scott Travis en la batería. Si eres fan del Priest es prácticamente imposible no llevar el ritmo con el pie y sacudir la cabeza como si fuera sonaja.

Judas Fuckin' Priest - Dragonaut


Crear música con riffs súper intrincados y complejos con tiempos en el ritmo que no son de este planeta y que requieren una calculadora para ser entendidos es para otro tipo de bandas, con Judas Priest lo que uno espera, o lo que yo espero es que las guitarras estén al frente, que la voz cree melodías que me pueda aprender en una sola escucha y que los solos me enamoren, me obliguen a hacer air guitar. Todo eso sucede en el disco.
Este parece un disco de complementos: el doble bombo que aparece destacado por momentos como en Sword of Damocles es complementado por otras canciones en las que la batería sólo acentúa una melodía más fresona por llamarlo de alguna manera como en March of the damned; las guitarras tocan partes similares pero sobre todo al escuchar el disco en audífonos se notan las pequeñas diferencias que le dan la personalidad a la música de Judas Priest y el bajo, nunca llevado a niveles de virtuosismo siempre le da un aura grave al sonido del disco, una cama sólida sobre la cual se pueden revolcar sobre todo las liras y la voz, por ponerlo de manera gráfica.
Algunos solos son de uno solo de los guitarristas mientras el otro pone un riff que sirve de lienzo para pintar sobre él, otros son intercambios de rayos y centellas a dos guitarras que sencillamente te matan, algo que es marca registrada de Priest.
Es Redeemer of souls un disco en el cual hay un poco para todos. Aquellos que disfrutaron por ejemplo la etapa Jugulator-Demolition encontrarán en Cold blooded un guiño musical a esta etapa.

Metalizer es un tema en el que los riffs van mucho más rápido de lo usual en la discografía de Judas y le da un soplo de frescura al disco, un toque de modernidad por decirlo de alguna manera. Tiene un aura oscura, maligna y es además uno de esos temas clásicos de la pluma de Halford en los que un monstruo metálico viene a poner orden en el mundo.
Para mi gusto Crossfire es un punto no tan destacado del disco, pero se compone de inmediato con Secrets of the dead, un tema en el que Judas una vez más parece incursionar en terrenos no tan recorridos por ellos antes, un tema lentón pero muy pesado, tal vez la versión Priest del doom metal.

Judas Fuckin' Priest - Halls of Valhalla


Sigue Battle cry y una vez más las guitarras están en tu cara, Ian Hill y Scott Travis ponen otra cama de ritmo que va a muy buena velocidad y que permite que los otros tres instrumentos (dos guitarras y voz) se luzcan. Las melodías vocales de Halford en el coro son sencillamente gloriosas por su simpleza. El metal no siempre debe ser un compendio de virtuosismos, la melodía siempre ha sido importante y Judas Priest lo demuestra a tope con esta placa.

Una balada en un disco de Judas no es novedad, el único pero que le pongo a Beginning of the end es que sea la canción para cerrar el disco. Terminar con Battle cry hubiera sido espectacular, pero se entiende la decisión sobre todo por la letra, es prácticamente un “gracias por todo, adiós” de la banda a sus fans. Como balada no es mala, tampoco es la mejor que han escrito aunque, eso sí, es muy emotiva.
Al final del día Redeemer of souls es una paleta de colores muy variada, un arcoíris de sonidos que pasa por muchos lugares y que irremediablemente logrará sacarle sonrisas amplias a más de uno. Un buen disco, sólido, que tranquilamente podrá estar con el tiempo en un lugar destacado y alto en la discografía de la banda. No será el mejor porque competir contra nombres como Painkiller, Defenders of the faith o British steel es complicadísimo pero definitivamente es un gran trabajo, algo que probablemente Judas Priest le debía a su público.

Cuenta saldada.

Judas Fuckin' Priest - Battlecry

1 comentario:

Fil dijo...

Sinceramente me esperaba un disco muy inferior, quisiera saber si en algo influyó la juventud del nuevo guitarrista, aunque sé que Tipton es un dictador en su instrumento.

Tengo varias canciones ganadoras y aunque escuché el disco completo junto con el disco "bonus", me pareció coherente, la voz de Halford no tendrá esa potencia de la que tanto se ha añorado, pero la experiencia ha superado su manejo de la voz a los gritos interminables que muchos cantantes jóvenes terminan por saturar.

Es un disco que si no me apasiona, no me aburre, en este caso la experiencia gana sobre las hormonas.