Santísima trinidad

¿Qué más da si el cartel de un festival podría ser, a ojos de muchos, mucho mejor, cuando tienes en lista a Heaven and Hell, Saxon y Motorhead?
Ni siquiera se trata de buscarle justificantes, con esos tres, el Wacken de 20 aniversario se perfilaba como mucho más que espectacular. Luego de escuchar y ver, quedó claro que no es en balde que entre ellos suman casi cien años de experiencia (por lo menos 30 cada uno).
La primera en tomar el escenario de esta santísima trinidad fue Heaven and Hell. Era noche, hacía bastante frío y los previos a su presentación, el jueves 30 de julio, no habían sido tan espectaculares. Wacken 2009 arrancó con la presentación de Skyline, una banda que exisitó hace años, que estuvo en la primera edición del Wacken y que contaba entre sus líneas con uno de los tres promotores responsables del festival, Thomas Jensen. Lo suyo fue un acto de redención, de nostalgia pura y desmadre calculado. Todo lo que tocaron fueron covers, pa que se vea que en todo el mundo existe el fenómeno. Más nochecito tocó Running Wild, la verdad nunca fui tan fan y lña idea de empezar el festival mojándome bajo la lluvia del norte alemán, no me resultaba tan atractiva. Quiere decir pues que, aunque muchos me cuelguen, casi no vi nada de su presentación. Tres rolas completas, hasta que la lluivia, insisto, me dejó fuera de lña jugada. Además era mi primera vez como juez de la batalla, que arrancó ese día con dos bandas (Rumania y Montenegro) y yo tenía muchas dudas, muchos asuntos que resolver y poco tiempo.
Pero cerquita de las once (y no es la rola de Rigo Tovar) todo cambiaría para bien. Por causa de mi desconocimiento de la onda de jueceo en la batalla, lo que me tuvo en la oficina del organizador como a las 10:30 esperando a recibir una tarjeta de juez (preciosa, negra, con mi nombre y que por supuesto, perdí jajaja)me perdí la intro de E5150 y la mitad de Mob Rules.
No importa. Yo sólo había visto a Black sabbath (aunque le cambien el nombre, es Black Sabbath) dos veces. Aquél lejano 1992 en el Palacio y hace un par de años, en el Auditorio Nacional. Es una pena, lo sé. Y jamás los he visto, y creo que nunca los veré, con Ozzy. En esas dos ocasiones las cosas habían sido muy diferentes. En el 92 no era tan fan, conocía las rolas del Mob Rules y del Dehumanizer porque los tenía, pero la verdad es que el Heaven and Hell nunca lo había tenido, y no me era familiar. Recuerdo que el Palacio no estaba lleno, que me encantó el concierto y que en ese tiempo, Dio no me decía gran cosa (eso cambió luego del concierto, claro). Eran tiempos de otras formas de acceder a la información y para mí, Black Sabbath era con Ozzy. Esa formación con Dio me daba no se qué. No sabía mucho de él y así, el concierto aque´l fue más bien un descubrimiento.
Luego, hace algunos años, dos o tres, vinieron ya como Heaven and Hell al Auditorio. Dio en mi libro ya se apellidaba S (Dio S, jaja), lo había visto tres veces en vivo, me había vuelto fan del rainbow de su época, el Heaven and Hell ya era un cd que escuchaba seguido dentro de mi colección y Tony Iommi era LA figura que me faltaba ver de cerquita. Por eso, saber que cerrarían la noche del jueves en Wacken me llenaba de emoción. Tenerlos ahí, en un escenario como ese, con un ambiente tan particular como el de Wacken, ante semejante cantidad de personas (calculo que había más de 60 mil, fácil) y con el amor que desde hace ya muchos años siento por todo lo que sea Sabbath, incluso sin Ozzy, era un gran sueño.
En el mundo de la moda se insiste mucho que el negro es el color de la alegancia, el color que te saca de cualquier apuro, el que te ayuda a pasar por una persona bien vestida en casi cualquier situación. Esa noche, Iommi era todo negro, todo en él, excepto sus lentes y su guitarra era negro. La correa con la que sostiene su instrumento es negra con su apellido atravesándola en letras negras, grandes y muy elegantes. Su porte es oscuro, se mueve muy poco y sin embargo te atrapa irremediablemente. Mientras toca Children of the sea hace algunas brevísimas muecas, la pantalla gigante muestra las prótesis que usa en los dedos de su mano derecha (perdió parte de los dedos en un accidente de trabajo) pero sobre todo, muestra su leyenda. Levanta la mirada, levanta la mano izquierda, la de lo diablo por supuesto y receta la señakl que popularizó su compañero de banda.
Por la enorme cantidad de gente que se dio cita para verlos y por llegar un poco tarde, y porque realmente soy muy mamila y no me gustan los apretujones típicos de estar en la barricada y porque no me gusta que un chamaco de 20 años pero dos metros se pare en frenmte de mí y me tape, los ví justo en el centro, pero del Black Stage. Para explicar bien lo que esto significa, ustedes que leen deben imaginarse que están parados de frebnte a los dos escenarios. En esa posición, el escenario de la izquierda se llama Black Stage (no Black Metal Stage como he leído por ahí) y el de la derecha se llama True Metal Stage. Y lo sabes porque la parte alta de cada uno tiene esa identificación en letras rojas. Están muy cerca uno del otro. Debe haber entre ellos una separación de unos 30 metros tal vez. Los tenía entonces más de lado, en diagonal, que de frente. Pero la gente de Wacken sabe su cuento, y como calculan que la cantidad de gente que se reúne es más grande que el espacio indefinido "frente" al escenario, lo que hacen es poner imagen en las tres pantallas (una al centro, en medio de ambos escenarios y una al costado de cada escenario) y audio completo en ambos escenarios. Es decir, si eres como yo, alguien que ya no cupo "de frente" a la banda, y por lo tanto en teoría el sonido te llegará a medias, la solución es sacar el audio también por las bocinas del escenario que no se está usando, al mismo nivel y volumen que aquél donde está la banda, y entonces lo ves y escuchas igual que si estuvieras de frente a ellos.
Así, cuando llegó turno a la tercera rola (cuarta si tomamos en cuenta la intro E5150), que fue I, yo estaba realmente extasiado. "Esta canción es una sola letra, una letra muy sencilla y sin embargo es poderosísima, ya lo verán. Esta es I" dijo Dio y soltaron el enorme riff que la distingue. Y fue desde ese momento que me di cuenta que la pieza clave en el sonido de esta banda es el músico que casi no se veía, porque desde mi posición quedaba tapado por el escenario mismo. Geezer Butler es un monstruo. Todos sabemos lo importante que ha sido iommi para la historia del metal, pero sin el trabajo de Geezer en el bajo, la historia ciertamente no sería la misma. Su sonido gordo vioene del hecho de tocar con los dedos y no con plumilla, además obviamente del trabajo de los ingenieros de sonido. El sonido de Sabbath depende muchísimo de él. Iommi se puede ir con sus riffs y sus solos porque Butler no sólo lleva el ritmo sino que apoya las canciones, les da aire, vida, alma y espacio.
La primera del disco más reciente fue Bible black, y en vivo es un monumento a la pesadez. Yo no podía ver los imágenes que se proyectaban en la pantalla detrás de Vionnie Appice, excepto en las ocasiones que se veía en las pantallas laterales. Así pude vfer que traían algunas animaciones con el demonio que hicieron para el video de la rola. Luego tocaron Time machine, vino un solo de Appice (bueno a secas) y otra de las nuevas, Fear. Cada momento que pasaba era una confirmación de varias cosas: el impresionante trabajo de Geezer, el por qué Iommi es la leyenda que es y la increíble capacidad vocal de Dio. Lo suyo nunca fueron los agudos y tal vez por eso su voz está, si no intacta, sí en muy buenh estado. Es uno de los mejores cantantes para "actuar" con la voz sus canciones. "Tal vez no seamos la mejor banda del mundo, es más, estamos lejos de serlo, pero nostyros los tenemos a ustedes, ustedes nos tienen a nostros y juntos tenemos la música. No, no vamos a caer de la orilla del mundo. Falling off the edge of the world es uno de mis temas favoritos de los discos era Dio. Y en vivo es perfecta, a todo volumen. El éxtasis era total, porque se notaba que ese sentimiento no era sólo mío, casi todos coreaban la rola, lo que hacía sonreír de placer a Ronnie James. Otra de las nuevas, Follow the tears (buenísima) y dos clásicos espalda con espalda, Die young y Heaven and hell. Cerraron con uno de esos momentos mágicos llamados solo, de Iommi y se engancharon cona que a mí me mata, Country girl. Terminando esa rola me fui, no quería arruinar el senti miento de haberla escuchado en vivo. Creop que todavía cantaron Neon knights (nada contra la rola, pero quería irme con el sabor de la Country woman fresquecito). Estaba feliz, Sabía que al mismo tiempo tocó Grand Magus en el W.E.T Stage y me moría de ganas de verlos. pensaba ver micha y micha pero no se puede. No puedes tener a Heaven and Hell en frente y no dedicarle el 100% de tu atención. Te atrapan, es inevitable. Fue un gran concierto, absolutamente espectacular, tanto que termina y nunca te pasa por la cabeza "me faltó escuchar War pigs, o Paranoid o Sabbath bloody sabbath". Tienes a Dio ahí pero jamás piensas "estaría chido que tocaran Kill the king o Stargazer o Rainbow in the dark". Para ser la primera noche, una vez más, Wacken ya se había adueñado de mis ilusiones y fantasías.
Para el segundo día la actividad de la batalla me consumiría muchas horas. Entre las 11 am y las 17:30 pm, sin descanso, ví a las bandas de Bélgica, Holanda, Italia, Grecia, Luxemburgo, Lituania, Noruega, Islandia y Brasil. Entre una y otra me daba mis escapadas al campo principal (finalmente el W.E.T Stage está dentro del perimetro de los dos escenarios grandes) y pude gozar, aunque en vistas de 20 o 25 minutos nada más a clásicos como UFO y Gamma Ray. También vi unos 20 minutos de Airbourne. Al primero que vi completito fue a Hammerfall. Sus discos más recientes ya no me prenden tanto, pero en vivo y en un festival, su presencia siempre es muy bien recibida. Tocaron varios clásicos de su catálogo, aunque lo primero que saltaba a la vista era que Oscar Dronjak traía el cabello ya no negro, sino en su rubio cobrizo natural. Se veía bastante extraño, aunque eso es nomás anécdota, porque el talento musical nada tiene que ver con el color del cabello, obviamente.
Ya en la noche el turno fue de Motorhead. Su presentación estaba anunciada con Special Guests (Fuel Girls). Eso resultó ser una especie de flash back a la tocada aquella de Testament y Flotsam and Jetsam en la que subieron al escenario unas chavas con poca ropa a cachondearse a los músicos y posar sensualmente ante el público.
Motorhead es un lujo que cada vez que se puede, uno debe darse. Aunque los años no pasan en balde y ya se les notan a los tres, su capacidad para encender una hoguera en medio de un lodazal es sencillamente espectacular. Tocaron rolas de todas sus épocas, en algún momento Phil Campbell (habla más él que Lemmy, curiosamente) dijo que tocarían algo de 1983, "de cuando la mayoría de ustedes cabrones ni siquiera habían nacido". La escogida fue On your feet or on your knees. El juego de luces cada vez que los he visto en wacken es superior a casi cualquier cosa que se haya visto, conmovedor y muy bien trabajado. El trabajo de Micky Dee no tiene igual, ni con los años y los kilos encima deja de ser, para mí, el mejor baterista cuando se trata de ofrecer un solo. La vitalidad que le inyecta a las rolas es imposible de negarse, ves que Lemmy se esfuerza por estar al nivel de Dee y eso hace que Motorhead suene todavía como una banda de veinteañeros hambrientos. Rolas viejas como The chase i8s better than the catch y nuevas como English rose son un verdadero placer en vivo. Y la gente se sabe casi todas, y no importa que Motorhead no sea una banda de mil kilómetros por hora y ritmos machacantes, la gente igual hace body surfing todo el tiempo. Going to Brazil se la dedicaron a la fanaticada brasileña presente en el Wacken, con un "obrigado" (gracias) muy sentido de Lemmy; en Just cos you have the power, doesn´t mean you have the right la dedicatoria fue para los "políticos de mierda"; tocaron también Iron Fist, Stay Clean, Be my baby, Metropolis, In the name of Tragedy, Killed by Dead y por supuesto Ace of spades. Gran banda, gran concierto y casi inmejorable cierre para el viernes. El cierre vino pocos minurtos más tarde de las mano de la reina de reinas, Doro Pesch. Con un set list de puros éxitos (Für Immer, I Rule the Ruins, Burning The Witches, The Night Of The Warlock, All we are) y aparición especial de Sabina Classen en Celebrate, más un par de rolas más, lo suyo, como siempre (y lo podrán ver y sntir en Monterrey), es espectacular. Incluso preguntó que quienes habían viajado desde México. Ya verán.
El sábado, una vez más, desde las 12 del d+ía y hasta las 6 de la tarde me la pasé en la carpa W.E.T Stage viendo a las bandas de Polonia, Austria, Suiza, España [que eventualmente ganaron], Francia, Alemania, Israel y por supuesto, México. En los inter pude cachar 15 o 20 minutos de Cathedral, con Lee Dorrian de pelo natural, castaño claro; Rage, con invitados especiales como Hansi Kürsch, Marcel Scmier (no me tocó verlo) y Eric Fish de Subway to Sally, entre otros y Testament con la explosión de brutalidad más cabrona del festival.
Ya en la noche, como estelares que son, toco el turno de Saxon. Su concierto era de aniversario, 30 años en la vida metalera y para festejarlo pidieron que la gente votara por sus canciones favoritas de cada discos, y de ahí salió el set list. Lo que tocaron fue esto: Let Me Feel Your Power, Lionheart, Strong Arm Of The Law (con Thomas Jensen, organizador del W:O:A), Killing Ground, Metalhead, Wheels Of Steel (aqui sacaron el águila de metal y luces, preciosa, que los acompaña en los grandes escenarios), Unleash the Beast, Dogs Of War, Rock N’ Roll Gypsy, Rock The Nations, Motorcycle Man, Forever Free, Solid Ball Of Rock, Crusader, Power And The Glory, Princess Of The Night y cerraron con el clásico Heavy Metal Thunder. No le faltó nada. Les entregaron un reconocimiento por sus 30 años y fuimos felices de estar ahí, con ellos. En el escenario Biff dijo que al día siguiente tocaban en Knebworth, con Metallica: "¿les gustaría que Metallica toque en Wacken el año que viene? Estaría bueno, se lo voy a comentar a Lars". Y ahoram, en la red, esa declaración ya es rumor. Lo cierto es que lo9s 10 mil boletos que se pusieron a la venta la semana pasada, el llamado Xmas Package de Wacken 2010, con sólo Corvus Corax e Immortal anunciados, ya se agotó. ¡Duró 10 horas nada más! Los que quieran lanzarse el año que viene deberán apurarse y comprar sus boletos en cuanto se anuncie una nueva corrida de boletos disponibles, porque ya lo vieron, se acaban de inmediato.
Santísima trinidad del metal. No me hubiera importado no ver a nadie más, con esos tres, el viaje fue más que redondo.

Cuando me llegue el link, subo fotos.

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