Si pueden, cáiganle.

Muchos no lo saben, a otros no les interesa saberlo, y sin embargo es importante. El Circo Volador, la nueva catedral del metal es ante que cualquier cosa, un Centro de Arte y Cultura. De hecho ese es su nombre real, Centro de Arte y Cultura Circo Volador. Su labor primordial es acercar esas dos categporías (arte y cultura) a los sectores menos privilegiados de nuestra sociedad. Podría irme a la página y copiar y pegar algunos datos, pero prefiero hablar de esto desde mi perspectiva y de acuerdo a mi experiencia.
Todo este cotorreo de los talleres en el Circo es realmente importante. Por diversas razones desde hace varios meses estoy más involucrado, aunque sea sólo de oyente, en lo que se refiere a esta causa. Y es que en el Circo hay talleres de todo tipo y para todos los gustos: desde aquellos relativos al arte circense, malabares o danza aérea (les enseñan a "bailar" sobre telas colgadas a gran altura); los que tienen que ver con la actividad física como Artes Marciales, Zumba o danza contemporánea; los enfocados al arte desde diversas perspectivas como fotografía convencional, estenopéica, diversos instrumentos (batería, guitarra, bajo y canto, que recuerde yo) y hasta aquellos que involucran manualidad y creatividad, como el de alebrijes. Y todo por cerca de 100 pesos al mes (por taller, claro). Digo, ese es una verdadera labor social.
Además está esa otyra parte, la que no entra en el rollo de talleres pero que también tiene su chiste y sus fans: los psicocinitos y los maratones de cine. Pero esa es harina de otro costal que puede ser consultada en la página oficial del Circo.
Ya cada quien sabrá si le convence o no, pero igual nunca está de más. Si yo tuviera la paciencia y un mínimo de destreza, me encantaría aprender a hacer un alebrije, por ejemplo. Y es que no sólo aprendes a hacerlo y ya, de ese taller han salido alebrijes monumentales que han adornado el Paseo de la Reforma, por ejemplo.
O qué tal la fotografía estenopéica. ¿Sabía usted que se puede hacer fotografía con una cajita de cartón, sin lentes? Hay muchas cosas muy interesantes sucediendo en el Circo, además de los conciertos. La muestra de talleres es justo para eso, para dar a conocer esa otra parte del lugar, y para motivar a alguno por ahí que tal vez tiene el tiempo y el deseo de aprender algo diferente.
Aunque todos dicen lo mismo, pongo los tres carteles que me mandaron porque cada uno tiene su propia vida. Yo no sabía nada de sus talleres, pero hoy entiendo y reconozco esa labor, la labor callada, la que no luce tanto, la que no es bañada con luces multicolor como las bandas de rock y que sin embargo, representa justamente el corazón y los huesos de eso que conocemos como Circo Volador. La entrada es gratis y si alguna de esas tres tardes andan sin nada que hacer, pueden darse una vueltecita. Además harán sentir bien a muchas personas que literalmente se rompen la madre para que esto se mantenga vivo. No los nombro porque no sé si les guste la idea, pero desde aquí, yo por lo pronto les externo mi reconocimiento.