Una historia sobre los Dead Kennedys.

Hoy, mirando la versión en línea de El Universal me detuve en una sección que se llama de 10. Es entretenida y de vez en cuando hasta inspiradora. Siempre son tres temas adaptados a lo que quiere hacer el diario con la sección (10 cosas en referencia a un tema concreto), y esta vez una de las entradas era sobre 10 fotos muiy penosas de la historia de la humanidad. Siempre que alguien hace este tipo de recuentos hay un puñado de imágenes que se repiten: la del niño africano que parece ser acechado por un buitre (larguísima historia, aquél fotógrafo no pudo con la idea de que tomó la foto en pose en lugar de ayudar al niño y terminó suicidándose, con todo y que había ganado un Premio Pulitzer); la del oficial vietnamita que apunta a la cabeza de un supuesto miembro del vietcong, maniatado; el hongo de la bomba atómica; la niña que corre desnuda en un polvoriento camino vietnamita luego de un ataque aéreo con napalm...
Y sin embargo hoy estaba otra foto que yo conozco desde que era niño, que siempre me impactó y que de cierta manera me llevó a conocer, escuchar y disfrutar del punk rock, aunque sólo sea el que se hizo hasta los 80. Es esta, aunque yo la conocí de forma de portada de un disco, que mostraré más adelante:

La imagen es de un misionero que está en plan de ayuda en Ruanda, un país africano que ha hecho noticias por diversas situaciones, algunas terribles como el intento de genocidio en contra del pueblo tutsi a principios de los 90, o por cosas hermosas como la historia de los gorilas espalda plateada (aunque de ahí se desprenden otras cosas muy desagradables).
En mi tempranha adolescencia, incluso desde que era más bien niño, cuando mis papás me llevaban a casa de una tía, mi diversión eran los libros sobre la Segunda Guerra Mundial, la colección de revistas National Geographic, la colección de historietas de Peanuts (sobre todo Charly Brown y Snoopy) y la colección de discos de mi primo. Él siempre fue un rockero de verdad, pero siempre nunca se ancasilló. Pasó por el punk, el metal (el me regaló por ejemplo Paranoid y Sabotage de Sabbath e Into the Pandemonium de Celtic Frost cuando yo no tenía ni 13 años), por el reggae y sus ramas o paralelos más oscuros como el ska (el de verdad) y el dub y varias cosas más. Pero cuando le entró al punk lo hixo de verdad. La portada de Plastic Surgery Disasters de los Dead kennedys siempre me llamó la atención. Y luego, un día me grabó un cassete de 90 minutos con puro punk, y ahí me enamoré de los Kennedys pero por su música.
Ya cuando tuve más años y logré comprar un verano mi primer reproductor de CD, un día compré ese disco. Y aún todos esos años después, la imagen me llamaba mucho la atención.
A eso hay que sumarle que las letras de la banda son bastante irónicas, cargadas de manifiestos políticos y sociales. Punk del real, pues. Y así, hoy que vi la foto en El Universal me dio por escribir sobre ellos, porque siempre han dado de qué hablar. Por ejemplo, la figura más representativa del conjunto siempre fue Jello Biafra. Y ya desde el nombre mostraba que no era cualquier payaso con actitud (entiéndase aquí Sid Vicious por ejemplo). El nombre tiene carga política y lúdica. Biafra fue un país que subisitió como tal cerca de un lustro, dentro del territorio de Nigeria. Tuvieron su himno nacional, moneda, bandera y constitución, pero al no contar con mucho apoyo del exterior (aólo lo reconocieron como país independiente cinco o seis naciones), se reintegraron a Nigeria. Todo eso, claro, y como siempre sucede en África, en medio de una terrible guerra civil que costó cientos de miles de vidas. Y Jello es simplemente gelatina. El nombre en sí lo agarró porque sonaba simpático llamarse gelatina de Biafra, y sin embargo tenía una enorme carga al momento de que cantaba temas como Halloween, una sátira muy mordaz en contra de la hipocresía del norteamericano común, conservador y mentiroso o Riot, una descripción de las altas y bajas de formar parte de una revuelta civil.
Su impuslo fue tal que, a raíz de perder una apuesta, Biafra se postuló para alcalde de San Francisco con propuestas como crear una oficina de sobornos para lidiar con licencias de alcohol y de construcción de edificios, subastar públicamente puestos importantes en oficinas de gobierno, prohibir el acceso vehicular a san Francisco de gente que no trabajara o viviera ahí, obligar a la gente de negocios a vestirse como payasos y permitir la toma legal de edificios e inmuebles vaciós a personas sin hogar, entre otras cosas. Y no le fue nada mal, quedó en cuarto lugar entre 10 contendientes.
Hace algunos años vinieron a México (sin Biafra), los fui a ver y terminé por huír del Rayo antes de que tocaran luego de dos enormes y violentos portazos que culminaron en el robo de equipo en perjuicio de Misfits. Lástima, porque son leyenda.
En fin, hoy mke dieron ganas de compartir esa historia gestada a raíz de la portada de un disco. ¿Alguien tiene algo similar que quiera compartir?