Doce campanadas y dos minutos para la media noche

Antes de que el 2007 termine.

Los domingos publico una columna en el diario la Crónica de Hoy (mejor conocido como Crónica, nada más). La semana pasada fue sobre Maiden. Esta semana, aunque es más sobre mi idea de que el metal vive mejor en el subterráneo que en el mainstream, también hablo de Maiden. Como es viernes y la columna se publica hasta el domingo, sólo pondré un extracto.
A manera de comentario absolutamente personal, quiero agregar sobre todo lo que se ha debatido sobre Maiden que, así como Ocesa no es una empresa de caridad, Maiden tampoco. Me refiero a que desde mi perspectiva, el cambio de inmueble no fue la mejor decisión. Sin embargo eso no impide que vea ciertos elementos importantes.
1.- El cambio de inmueble no fue una decisión unilateral de los promotores, fue una decisión mutua. Si Maiden no hubiera aceptado la nueva oferta y el nuevo estadio, simplemente no habría sucedido nada. Es decir, Maiden sabe perfectamente bien que el cambio afectará a los que ya tenían boleto. Se puede entender de dos formas: lo hicieron porque son unos cerdos capitalistas y les vale madre su gente, sólo ven la lana; o, creyeron que era mejor satisfacer a 30 mil personas más, además de que se llevan un dinerito extra.
2.- Llamarle naco, pendejo o menos fan a alguien por no haber comprado boletos a tiempo, me parece ridículo. Yo me quedé fuera de varios conciertos en mis años mozos de rocker, y no era por ser menos fan.
3.- Predicar que el concierto va a ser espantoso porque los que van a ir no son fans, me parece excesivo. Pongo un ejemplo: Kiss en el Foro Sol fue un concierto frío, mucha gente sólo se sabía I was made for loving you y detalles así. Buena parte del chou me la pasé lamentándome porque la mitad del público era villamelón, hasta que me harté, me concentré en el concierto y lo disfruté como enano. Si las otras 54 999 personas lo disfrutaron o no, es problema de ellos. ¿Preferible un lugar más "íntimo"? Sí. ¿Suicidarme, rasgarme las vestiduras o matarlos a todos porque no se saben las rolas? No creo. Mejor tomas lo bueno y le sacas provecho.
4.- Las encuestas en este blog y en el del Mai fueron muy útiles, parezca lo que parezca. Como dato curioso: cuando se anunció el sold out, Ticketmaster registró en un par de días cerca de 85 llamadas preguntando por boletos. Cuando empezó el numerito (en los blogs, en Reator...) de que se podría mover al Foro, las llamadas fueron de a varios cientos por día. Quiere decir, o eso parece, que Maiden de verdad tiene muchos miles de fans (30 mil más sería lo ideal) ansiosos que se quedaron fuera. Yo lo dudo, pero ya veremos.

La columna de la semana pasada es esta:

Iron Maiden ¿Brillará en el sol?

Vaya tema difícil el cambio de inmueble para el concierto de Iron Maiden. En el fondo, potencialmente es más la cantidad de gente que se beneficiará de la que podría sentirse agredida. Sin embargo, el gran signo de interrogación ya no es quiénes se enojarán y quiénes no, sino qué tanto venderá Iron Maiden. Ese concierto podría ser el momento definitorio para el metal masivo en los próximos años.
Ejercitando la memoria, la única ocasión que un concierto de metal fue lleno absoluto en el Foro Sol fue en 1999, cuando Metallica y Pantera compartieron cartel. Después de ellos han existido varios festivales, alguno (Headbangers Fest del 2001) incluso encabezado por la Doncella de Hierro. Los resultados nunca fuero catastróficos, pero tampoco históricos. El heavy metal en México siempre ha mantenido cierto grado de marginalidad, de recelo comercial. Nunca ha sido música para las masas, y en el fondo del corazón de la mayoría de los metaleros, nunca debería serlo.
Iron Maiden por su parte es un grupo conocido (no siempre, en la versión mexicana de su sello discográfico desconocían la relación de 28 años con ellos), aunque nunca fue tan popular. Esta será la quinta vez que toquen en México y la segunda en el Foro Sol. Quizás los metaleros veteranos no logramos entender en qué momento fue que la banda pasó de ser popular a súper estelar. Los vimos cada vez que se asomaron en nuestro país, a ellos y muchos más que sufrieron para llenar el Palacio. Siempre ofrecieron grandes y memorables presentaciones, algunas tanto así que en las cajas de recuerdos vitales de miles se encuentran talones de boletos, gorras, tazas y playeras conmemorativas de aquellas visitas.
El inconformismo por el cambio de inmueble no pasa tanto por el hecho en sí como por una noción romántica de pertenencia. El metalero vieja escuela siente que la escena está viva gracias a miles que sufrieron golpes, cancelaciones y censura durante muchos años. En su percepción, valía más un concierto a tope en el Palacio de los Deportes que uno en el que potencialmente podrían quedar espacios vacíos y repetirse la fría historia del 2001. Ojalá no. La esperanza ahora es que la Doncella de Hierro brille en el Sol, que no se funda en él. Es tiempo de que la nueva generación levante la mano.

El extracto de esta semana:

Cantidad o calidad, he ahí el dilema.

Hace una semana, en este espacio, se habló del concierto de Iron Maiden y su cambio de inmueble. El hecho sugiere que el metal cobra nuevos adeptos, pero...
Cuando se trata de heavy metal, donde más brilla, donde mejor se le recibe y donde mejor se desenvuelve es en el subterráneo. El éxito de un puñado de bandas masivas ayudan a darle equilibrio, a que el mundo no lo olvide, pero no más. Mirar al metal como algo pasteurizable ha sido históricamente un error.
Es por eso que cuando llega el cambio mediático, es tiempo de espantarse. Cuando revistas juveniles como Por Tí o Grita incluyen de pronto al metal; cuando Rolling Stone le hace canchita en sus páginas; cuando Telehit disfraza a sus poperos conductores de seudo metaleros, la alarma suena. Cuando el género maldito del rock deja de ser callejero y volátil para convertirse en suavizante de ropa con aroma a fresas, algo anda mal. Claro, todos los medios tienen derecho a jugar al rocker, el problema es que el público, antes relativamente pequeño, crece enormemente, se dispersa al poco tiempo y cuando finalmente se aburre y cambia de género, deja al metal mal herido...

Gracias a ustedes por darme un año de enormes satisfacciones con este blog.
Recuerden, aquí todas las opiniones, siempre que se expresen con respeto, son bienvenidas.
Es un blog, no se debe tomar muy a pecho ningún comentario. las opiniones son sólo eso, opiniones.
Feliz año, cenen y beban rico el 31, buen sexo siempre, salud y paz.

Migraña 2007/08