la reseña que faltaba

Las razones para sentir muchas ganas de ver juntos a Gamma Ray y Helloween sobraban. Lo único malo era mi condición física. El Circo lleno y yo saliendo de una operación de hombro tal vez no eran la mejor idea, pero sólo se vive una vez, y aunque yo había tenido la fortuna de ver a Helloween con Hansen en un Wacken, esta experiencia se antojaba diferente.
A diferencia de muchos que conozco, a mí sí me gustó el Gambling with the devil. Sí traía ganas de escuchar algo de ahí. Como sea, llegamos Ziggy y yo temprano para recibir a las poquísima prensa que se dio cita,. Porque mi consigna era, en cuanto empiece me meto, y ya no salgo. Lo primero que me sorprendió gratamente fue la enorme manta de Gamma Ray. Los grupos abridores suelen tener restricciones de audio, espacio y diseño. Esta noche sería diferente. A pesar de que se veía la batería un poco encimada hacia el borde el escenario, la realidad es que tenían espacio suficiente para moverse.
El Circo lleno siempre es un espectáculo digno de admirarse en sí mismo. El calor era bastante, afortunadamente la gente de seguridad agarró la onda y me dejaron estar en el pasillo que divide los dos pisos, y bien que mal ahí se hace un poquito de corriente refrescante.



La verdad yo esperaba que la gente estuviera con Gamma Ray sin tanto entusiasmo, creí que la mayoría iría por Helloween y la promesa del final compartido, pero los cánticos de Gamma Ray eran realmente fuertes. A toro pasado y leyendo algunos comentarios me queda claro que Gamma tiene más fans de los que yo pensaba, aunque la última vez que vinieron estuvieron en el Hard Rock, y aunque lo llenaron, fue con mucho esfuerzo. Mi idea era un poco asilarme, no quería encontrarme con nadie que hubiera ido el sábado y que como en el cine, me dijera lo que iba a pasar. No quería estar con nadie que iba por una u otra banda, porque al final se la pasan quejándose de la que no les gusta. Es decir, quería vivir mi propio concierto.
Into the storm y empezó la magia. Heaven can wait y New world order. Vaya, Hansen y compañía venían con todo. Una vez que empezó quedó claro que no habría boicots ni nada, Gamma estaba con todo el audio encendido, con todas las luces a su disposición y con 2, 500 personas entregadas. Lo he escrito mil veces y lo seguiré haciendo: como se nota cuando el ingeniero en turno sabe su chamba, sonaba todo fuerte y claro.
Fight, The Empress y Valley of the king siguieron. Era una locura, veías constantemente cuerpos surfeando por encima de las cabezas. Hansen como siempre sonriente, entregado, haciendo participar al público. Richter, que se mueve menos, es un grande de las seis cuerdas. Mer gusta la idea de los momentos coreografiados, herencia tal vez de mis afición Kissera. Rebellion in dreamland, el set list ya era bastante bueno, los argentinos dirían “ganchero” con muchas canciones de riffs sencillos pero macizos, de coros fáciles de aprender y cantar, de doble bombo y excelsos solos de guitarra. Con Heavy metal universe llegó la parte de juguetear con el público: en alñgún momento Hansen nos dividió en tres, cada parte tenía su palabra que cantar. Los primeros gritaban Heavy, los segundos Metal y los terceros Metal. Vaya gran cliché, y sin embargo es inolvidable y emocionante formar parte de él.



“Mándame una señal, quiero dejar todo atrás, quiero zafarme de las garras del destino. Quiero reorganizar el plan maestro, tomar el futuro con mis propias manos, ser libre y no sentirme atrapado nunca más. Quiero cabalgar el cielo, dame alas para volar y cabalgar el cielo”. Sí, siempre ha sido y siempre será mi tema favorito de Helloween. Ellos nunca la cantan “asumo) porque Deris no alcanza el registro, o por la razón que sea, pero no la cantan. Así pues canté y grité y sacudí el cuello y el cuerpo hasta donde el dolor de ciertos movimientos me lo permitían. Ride the sky se llevó la noche, por lo menos en mi libro. Y probablemente no lo leerán, pero en esos cinco o seis minutos recordé las caras de mis compañeros de secundaria, Pepo, Gabriel “Papi”, Rodrigo “redrogo” y Juan Carlos “Tapir” que la escuchábamos en su versión en vivo por allá de 1987, sacada de un EP llamado Judas que vendían en una tienda llamada Discos Ser. Somewhere out in space y Send me a sign sellaron su presentación.
El cambio de instrumentos y demás se llevó unos 20 minutos. Empezó a sonar For tose about to rock y parecía una advertencia. ¡A todos aquellos que les gusta el rock, los saludamos”. Y sí, terminó la rola e inmediatamente empezó una intro que dio paso a Halloween. ¿Se puede empezar de mejor manera un concierto de Helloween, que con Halloween completa? Impresionante. Un poco antes de que terminara llegaron la querida Sabina y Jeff Walker. Se rompía de cierta manera mi intención de no interactuar con nadie, aunque al final fue más bien cotorro, porque el Jeff aunque no parezca, pasó por Helloween en su juventud, así que no hubo cascadas de cometarios tipo “pinche banda culera” o “que horror” o “pinche Weikath farol”. Respeto y quiero mucho a mis amigos, pero esas tres frases representan a tres de ellos. Una más era “¿ya quedó claro por qué Gamma Ray es abridor?” Chale, esa noche no estaba de ánimo para discutir, sencillamente quería disfrutar.
Siguieron con Sole survivor y luego, nomás para calklar bocas, March of time. Rolota, excelente ejecución y como lo puse en el pie de alguna foto, Deris cantando mejor que en cualquier ocasión anterior en México. Su español castizo con acento es muy chistoso, y esta vez manejó mejor las conjugaciones y mostró un vocabulario más amplio, lo cual ayudó siempre a que la gente se mantuviera expectante. As long as i fall y We burn, de diez puntos. Ya dije que a mí si me gusta el Gambling, así que no tuve problemas en escuchar algo salido de ahí. El solo de bater+ía no lo ví, pero calculo que duró como 10 minutos. Tuve que salir en ese momento, pero cuando regresé justo terminaba Danny Loeble y empezaba King for a 1000 years. Eagle fly free es un clásico, aunque yo esperaba más participación de la gente.



Helloween traía una enorme manta detrás y dos más a los costados del escenario. El armado de luces era como un cuadrilátero aéreo, con luces convencionales y robóticas tanto al frente como detrás. La batería estaba sobre una larga tarima como a un metro del suelo del escenario, Weikath y Markus subieron una escalinata que los llevaba hasta ahí en varias ocasiones. If i could fly, The bells of the seven hells y Dr. Stein. En algún momento Walker me preguntó si creía que cantarían Dr. Stein. Le dije que no y oh sorpresa, se la reventaron completita, jajaja. Deis es muy buen frontman, te mantiene pendiente del escenario y no da respiro. Weikath como siempre con su cigarro en la boca, detalle que a muchos los ofende, ¿será que son de piel sensible o que les da envidia no poder hacerlo? Lo que me sorprendió fue que que esta vez relegó su rol. En lugar de estar al frente del escenario y haciendo sus clásicas muecas dejó que fueran más bien Sascha y Markus los que hacían piruetas y poses. Él se dedicó a tocar como sabe y sonreírle a la gente de hasta adelante.
El encore empezó con un popurrí. Aquí fallo un poquito. Mi memoria no es la mejor y esta vez no tuve set list en mis manos. El set que se encuentra en diversas páginas de internet no es igual al tocado en México. Por ejemplo, aquí tocaron If i could fly comopleta, en casi todos los set lists que encontré en la red es parte del popurri. Acá no tocaron algunas que están en otros sitios. Tons, que yo recuerde, tocaron I can, Where the rain grows, Perfect Gentleman (con Deris partiendo al público y jugando a hacernos cantar) y Keeper of the seven keys.
Luego llegó el gran momento. Todos los Gamma Ray excepto el baterista se unieron a la fiesta y tocaron Future world y I want out. Hansen y Deris intercambiaban versos, en fin, una noche redonda totalmente.



Entiendo bien que no a todo mundo le gusta el power, ni le gustan estas bandas, pero es mi opinión que este concierto sí cumplió cabalmente las expectativas del público, a diferencia digamos de Maiden. Aquél fue un buen concierto, pero muchos me han comentado que se quedaron con ganas de algo más, que falto algo. La noche de Helloween y Gamma Ray no faltó nada.