Dos reseñas y un regalo

Espero que no sea necesario explicar cómo ni por qué, pero estuve en ¾ del concierto de Dimmu Borgir y la misma cantidad de tiempo (un poquito más) en el de Mötley Crüe. No es mucho lo que puedo “reseñar” porque anduve en chinga del Palacio al Circo y viceversa, pero algo saldrá.






Empecé en el Palacio, y es fácil demostrarlo porque ahora sí, los cinco ganadores de boletos llegaron. Todos juntitos por cierto. Abrió Ágora, pero no viabsolutamente nada de su presentación. Ni modo. A las 7:30 me fui p’al Circo, porque según yo empezaba a las 8. Error, empezó a las 19:30 y por lo mismo, como llegué al 5 para las 8, los fotógrafos pudieron tomar sus placas pero ya no desde la barricada. Es por eso que las del Gallo Ibérico se ven medio oscuras y con menos definición que de costumbre. Lo más fácil hubiera sido sacar el flash, pero como buen gallo, se lo tomó de manera profesional y tiró con la luz que el Circo ofrecía.



Excelente entrada una vez más. 2, 200 personas que definitivamente estaban ahí por los noruegos, porque no hubo ni abridores ni invitados. Como ya se había manejado por algún glóbulo en los comentarios del bló, uno de los guitarristas fue Cyrus, de Susperia, y el baterista fue Dariusz "Daray" Brzozowski, ex Vader. Shagrath no explicó los detalles, pero se supone que Galder no vino por “una reciente adición a la familia”, lo cual sugiere que tuvo un hijo. Una vez más, el Circo estaba totalmente entregado a la banda en cuestión. Los Dimmu traían una enorme manta con la hermosa portada del In Sorte Diaboli, con perfecta definición y gran detalle. Verla así, en toda su magnitud inmediatamente evocaba los días (que por cierto están de vuelta) del vinilo. La diferencia entre el arte en un booklet de CD y lo que se podía hacer con el formato vinilo, es enorme. Viendo el escenario de frente, del lado izquierdo estaba el tecladista. Del borde de su teclado hacia abajo había una placa grande, tipo parrilla, con un enorme círculo guardando un pentagrama. Adentro del pentagrama había otro más pequeño. Alucinante. Los dos bombos de la batería tenían el mismo diseño.





No tengo muy claro qué tocaron porque no me pude quedar hasta el final y recoger el set list. Además, aunque alguno por ahí se moleste, estuve platicando con Oscarelo de The Art Records y más bien escuché parte del concierto como de fondo. Justo ahorita escucho el mega clásico Crush the insects, de Reverend Bizarre, que le compré anoche. Lo más destacable en cuanto al color fue una chava que estaba tan prendida que parecía poseída. Ya con la luz tenue del Circo y el vaho de chelas, una mujer que se contonea como ella se transforma de simple mortal (o una chava cualquiera que está divirtiéndose de lo lindo) en una especie de ninfa oscura que parece conjurar un hechizo. Traía un chaleco de botones (creo) y alguna prenda mínima debajo, y jeans. El escote, con el contoneo, parecía la hendidura que dejan las olas al perseguirse eternamente en su afán de llegar a la orilla. Espectacular visión de una morena en una noche de metal y cerveza. No se si en realidad era tan atractiva como parecía, pero en esos casos siempre vale más dejar que el mito perdure y no perder el encanto.
¡Hey, hey, hey!, el grito de batalla retumbaba hasta la banqueta frente al Circo. El audio bastante bien y la banda, como otras veces, demostrando que independientemente de los méritos musicales que pueda o no tener, en vivo realmente suena compacta. Al momento del encore me encaminé de regreso al Palacio.





Ya había tocado La Cuca, lo cual realmente era una pena, porque es una de las mejores bandas hard rockeras mexicanas en vivo. Tocaron El mamón de la pistola, Todo con exceso, Gordibuena, El son del dolor, Alcohol y rock and roll, La pucha asesina, La balada e Implacable. Cuando yo llegué, Mötley había terminado sus primeras tres rolas (Kickstart my heart, Wild side y Shout at the Devil). No tenía muchas ganas de entrar, pero finalmente me animé. Además, me pasé como 10 minutos estacionado, escuchando la 97.7 de FM para saber que al final, con dos grandes jugadas, los Vaqueros sí le ganaron a los sorpresivos Bengalíes de Cincinatti. Entré por la pista justo cuando empezaba Saints of Los Ángeles (más bien chafona, por cierto) y me paré justo a un ladito de la consola. Siguieron con Live wire y Sick love song (también chafona) que lo mejor que ofreció fueron las imágenes en las pantallas laterales del Palacio. Se debe reconocer que el diseño de iluminación era sencillamente espectacular, muy Hollywoodense. Al terminar la rola me cayó el veinte que las letras (enormes) que estaban detrás de ellos deletreaban, al revés, Los Angeles. Es decir, se leía SELEGNASOL. Tardé en descifrarlo (sí, soy un diablo), pero lo logré. Es decir, estaba tan poco motivado que mejor me perdía en esos detalles. Avancé unos metros, me jalaron del cabello y era “ella”, querida amiga con algunas chelas encima. Me llevó al pedacito de pista donde estaba con otra chava, dos tipos y una pareja. Traían buen desmadre y me invitaron rápidamente dos chelas. Y así hasta Mötley sabe mejor.
Red hot, Motherfucker of the year, Don´t go away mad (just go away) y entonces el espectáculo comenzó. La chava se levantaba la blusa, y aunque nunca se levantó el brassiere, ver la cara de todos los tipos que estaban ahí cerquita, acompañados de sus cavas, no tenía precio. Para no ofender a sus novias, todos miraban de reojo, jajaja, tantro que alguno se habrá quedado bizco. Same ol’ situation, Primal scream y ahora se unía al chou la otra chica. Se levantaban ambas la blusa y se tallabana entre sí. No importa que fuera show semi privado y que en realidad no sean lesbianas sino dos chavas con muchas ganas de divertirse, estar ahí fue realmente divertido porque además, al conocerlas a ambas y por lo tanto reír con ellas y “estar” ahí me separaba a mí y los otros dos chavos del resto de los fans, que sólo lograban apretar más a sus chavas como diciendo “chale, hubiera venido solo” jajaja.





Louder then hell, Looks that kill y de pronto, unos metros más allá, otro par de blusas anti gravitacionales. No sé que será, porque la música no era (los berridos de Vince Neil rayaban en lo angustioso) pero el ambiente estaba sexualmente muy cargado. Y si las chelas no costaran 70 pesos, seguro hubiera sido una especie de mini bacanal, o por lo menos un paraíso a media luz para los vouyeristas. Girls Girls Girls demostró que había muchas chicas en la audiencia, muchas de buen ver con el look de los 80: pelos esponjados, jeans ajustados, botas y blusas sueltas. Poco creíble si me preguntan, pero visualmente interesante. Cerraron la noche con Dr. Feelgood y la tristemente célebre (¿se acuerdan de la vez aquélla con Megadeth?) Home Sweet Home.



En fin, un buen espectáculo, aunque como concierto, más bien flojito. La anécdota es de Guadalajara. Los Crüe son medio mamilas, y por supuesto tienen prohibido el acceso a camerinos a todo el mundo. Suena lógico, pero su énfasis era tal que sólo permitieron que entrara la señora del aseo cuando ellos entraran al escenario. Entre otras cosas, el camerino comunitario tenía velas. Le dieron las llaves a la señora, quien terminó de limpiar y fiel al mandato, dejó todo tal y como estaba. Se llevó las llaves y hasta ahí todo bien. El problema fue que una de las velas se cayó y provocó un incendio. Un incendio grande. Tanto que Nikki Sixx perdió su lap top y toda la info que ahí tenía. Tanto que tuvieron que llegar los bomberos y acordonar la zona, mientras al frente del inmueble el concierto sucedía sin que nadie supiera el drama tras bambalinas. Y de ese incendio surgió además la anécdota de cómo Lalo Contreras de Ágora conoció a Nicki Sixx. Pero eso lo tendría que contar él.

Ahora, regalitos. Tengo dos regalitos cortasía de Eye Scream Concerts: un gafete All Acces de Carcass, firmado por los cuatro músicos, y una bandera grande de México (debe medir como metro y medio de largo y unos70 cm de ancho) atravesada por el logo de Sodom, firmada por los tres músicos. Hoy voy a regalar el gafete, y como las trivias metalosas no les cuestan tanto trabajo, esta no será metalosa.
Se lleva el gafete el primero que ponga en los comentarios qué tienen en común el disco Physical Graffiti de Led Zeppelín y el video de la rola “Waiting on a friend”, de los Rolling Stones. Así nomás.






Migraña non glam.

**Todas las fotos de Dimmu Borgir son del Gallo Ibérico
***Todas las fotos de Mötley Crüe son de Fernando Aceves/Ocesa