Maratón, los restos

Ya se acabó el 2009. Por lo poquito que queda ni vale la pena perder el sueño. No hay conciertos, no hay actividad. Lo único que nunca muere es el tráfico.
La semana pasada hicimos el ya tradicional Maratón de Sangre de Metal. Fue el tercero que hacemos y de paso cumplimos cuatro añitos al aire. Se dice fácil pero han sido muchísimas horas de cotorreo, chelas, papas y diversión. Han pasado por ahí varios personajes entrañables como el Mikkel (uno de los baluartes musicales que me ha grabado en MP3 tanta música que necesito 32 horas al día para escucharla toda, jaja), el Mai (siempre puso un granito de buenj humor y una chispa de simpatía en esos lunes cuando estábamos por el WTC), el Caníbal (música extrema, buena charla, fuera del aire cuando estábamos el Mai, él y yo, deberían habernos filmado) y el Bucanerito (responsable de los pinche mil bootlegs que hemos puesto y de los six de chelas que religiosamente nos bajamos cada lunes). A todos ustedes gracias por hacer de los inicios de semana un buen pretexto para estar chido.
Claro, ellos son los que de una u otra manera han estado en la Sangre de forma fija, en temporadas. Obviamente el que ha estado siempre es Paco Zamudio (casi nunca me dice lo que los glóbulos dicen, sólo les contesta así que si ustedes son globulinas y se las anda ligando, es él jajaja). El otro que ha estado siempre al pie del cañón es Mario Rojas, el jefe. Es el dueño de la estación y siempre nos ha apoyado, digo, nunca pone peros de que bebamos en cabina y que en los maratones, invariablemente, alguien acabe hasta la madre jajaja. Además por segundo año nos mandó a hacer playeras. Chido, Boss.
Luego están los glóbulos satelitales, los que no van tan seguido pero que lo hacen de vez en cuando, como la tocaya Sabina (refrescante con sus discos de bandas como Trivium o Type O negative o Killswitch Engage, que normalmente nosotros no tenemos), Pedro "el quinto glóbulo" (le pusimos así porque es de las personas que nos han seguido desde el inicio del programa, y así lo queremos), el Gallo Ibérico (lástima que vivas tan lejos manito, si no es seguro que nos veríamos más seguido, ¿qué no? jaja), la Señora Interesante (ella vive aún más lejos, pero muy amablemente se ha dado sus vueltas en varias ocasiones para aportar su chispa en el programa), el Nato (viejo glóbulo, bueno, veterano, porque es de los más jóvenes que conozco en persona. Su aporte, además de la amistad, han sido varios pomos de Whisky, yeah), Sofía Mystica (gracias por todo, además también tiene una chispa muy diferente que le da variedad y desmadre al concepto sangriento), Arthur Alan Gore (en alguna época su programa, Ciudad Gótica, se transmitía antes que la Sangre. Luego ha estado ahí a manera de amigo, siempre entrañable y con música de tendencias góticas), Rebeca Martell, alias La Rusa (sobre todo en los maratones, ha sido la fotógrafa no oficial de las pedas en cabina aunque no se moche con las pics) y Valhalla Warrior (este año le tocó bailar con la más fea, salió fumigado pero ya se reportó).
Todos ellos son parte integral de la familia sangrienta, junto con los glóbulos radioescuchas que siempre nos sintonizan.
Este año la variedad musical estuvo menos oscura que otras veces, y en cierto modo fue reflejo de quienes estuvieron en cabina. Pedro siempre aporta bandas del bloque oriental europeo, algunas que incluso cantan en idiomas como el ruso y húngaro; yo llevaba más ondas clásicas, Gallo llevaba cosas de España y Bucanerito llevaba un montón de boots, pero esos los repartimos ahí mismo y ya no pusimos casi nada de él jajaja.
Siempre es bueno acabar así el año, rocanroleando, bebiendo, compartiendo y escuchando metal. Aquí no hay presiones, el que quiere beber hasta perder los apellidos, lo puede hacer (verdad Nato hace dos años y Valhalla hace una semana? jajaja), el que nomás quiere convivir es bienvenido. Es más, luego tenemos invitados desconocidos que por alguna extraña razón ahí terminan. Por eso es que regalamos una copia del primer número impreso de la reva 36Zero. Eso no estaba planeado por ejemplo.
Sin más y por si no me enchufo antes del 2010, le deseo a todos los glóbulos lectores un buen año. Ojalá tengamos suficiente metal y suficiente dinero para ir a la mayor cantidad de conciertos que se pueda. Espero que todos los que trabajan conserven su ingreso y los que no, que consigan algo pronto. Nos vemos en algún recinto sagrado del metal.

Esto es lo que sonó en la frecuencia de Rock Conexion, el miércoles pasado: