jueves, mayo 30, 2019

Avantasia en México,reseña



Todo estaba listo para disfrutar de Avantasia, pero un problema intestinal lo echó todo a perder. Afortunadamente, mi querido amigo Jahaziel Rangel, cantante de Steel Night (que por cierto sacaron un discazo en días recientes) había venido desde Durango a la CDMX, sólo para ver el show.


Así, en Sangre de Metal le pedimos que nos escribiera una reseña de cómo vició el concierto, y aquí les compartimos su experiencia:

Avantasia en México.
Por Jahaziel Rangel

Es bien sabido por todos los fans de Avantasia que cuando anuncian nuevo álbum, casi siempre es inminente una gira mundial, y eso fue lo que pasó con la edición de “Moonglow”. Después de 3 años desde la última vez que nos visitaron, el pasado 26 de mayo, en el auditorio Black Berry, Avantasia regresó a México. Desde temprano se podían ver algunas personas esperando el momento del show, y por temprano me refiero a que desde las 8 am ya estaban ahí. A la 1 de la tarde ya se veía una fila más o menos organizada de aproximadamente unas 20 personas y algunos ambulantes vendiendo mercancía. Conforme pasaban las horas, las hordas de fans comenzaban a llegabar y la cola de pronto ya le daba la vuelta a la manzana.

Ya para entonces el hambre se hacía sentir, así como el calor, pero nada de eso bajó la moral de los asistentes, al contrario, subió más cuando se anunció que las puertas del recinto abrirían a las 6 para dejar pasar a la gente que con paciencia esperó desde temprano para estar al frente del campo de batalla.
El personal del Blackberry hizo lo suyo, organizar fila, revisar, mantener a la gente en orden. Por fin estábamos dentro junto con aproximadamente 715 personas cuando las redes sociales nos avisaron que había un retraso para el inicio del show. A esperar de nuevo, aunque se escuchaba decir a la gente que, a pesar de todo, esperar unos minutos más ya no era nada si tomas en cuenta las horas que ya llevabas esperando el show.

A las 8 de la noche se dejaron ver algunas personas del staff haciendo pruebas de sonido, los espectadores ya empezaban a silbarle a todo lo que se movía dentro del escenario hasta que, quince minutos después, vimos a Oliver Hartmann preparar su guitarra: ¡sabíamos que el show estaba a punto de empezar!
Minutos después sonó un tema de AC/DC seguido por uno de Beethoven…se apagaron las luces y por fin el show comenzó. .Al primero que vimos entrar fue al tecladista Michael Rodenberg, seguido de Félix Bonhke. Luego tomaron su posición Olli, Sasha y André. Félix marcó tiempos para empezar pero no lo escucharon, por lo que lo hizo una segunda vez y entonces sí, por fin, a las 835 aproximadamente, comenzó el concierto.

Para ese momento ya estaban en el escenario todos los cantantes invitados y empezaron con “Ghost in the Moon”, en el cual vimos tomar el escenario a Tobias Sammet, lleno de energía pero con un problema: su micrófono no se escuchaba. La gente no se incomodó con eso y comenzó a cantar esta pieza mientras Tobias regresaba tras bastidores con cierto descontento para regresar ya con un nuevo micrófono a cantar como se debe. Al terminar la rola se disculpó y agradeció a la gente por el apoyo. En ese momento aprovechó también para dedicarnos unas palabras, dijo que ama venir a México y la calidez de su gente; también dijo que escucharíamos canciones rápidas, lentas, pero sobre todo, temas clásicos.











Después de esto siguieron temas como “Starlight” y “Book of Shallows”, interpretadas por Ronnie Atkins, quien a pesar de su edad, traía una energía que te contagiaba y hacía que cantaras a todo pulmón (si te aprendiste las canciones del Moonglow claro). Al terminar, Ronnie también se dirigió al público para luego dar paso al maestro de Masterplan, Jorn Lande. Lande interpretó “The Raven child” y “Lucifer”. A estas alturas, Sammet informó que Bob Catley no había podido acompañarlos debido a que estaba de gira con Magnum, por lo cual sus partes y canciones serian remplazadas por los vocalistas en escena, palabras que repitió bastantes veces en el show.











Poco después apareció en escena Geoff Tate, quien cantó “Alchemy” e “Invincible”. Él, al igual que Jorn, dio todo en su presentación. Aquí tengo que hacer un pequeño paréntesis: el sonido del lugar no estaba del todo bien para quienes vivimos la experiencia en las primeras filas, nos costaba entender lo que se decía y lo que cantaban. Incluso los músicos se quejaron varias veces sobre el sonido, pero al parecer el público que estaba en la retaguardia escuchaba claramente. Además, Tobias tuvo que hacer un esfuerzo extra ya que, según lo dijo en un par de ocasiones, estaba enfermo.
La siguiente canción fue una de las más esperadas, “Reach Out for the Light”, que para quienes la habíamos escuchado en vivo antes con Kiske, teníamos el recuerdo de lo devastador que era. En esta ocasión la batuta fue cedida a Olli Hartmann y Adrienne Cowan, quien para ese momento sólo había hecho coros, pero que finalmente demostró por qué tiene un lugar en Avantasia. Luego interpretó “Moonglow” de manera asombrosa.

Una vez más, Tobias tomó el micrófono para dirigirse a la audiencia, nos compartió su idea de que el metal es todo lo que somos y que no importa cómo se haga mientras nos guste. Eso dio paso al gran Eric Martin, quien con su sonrisa, casi mágicamente te pone de buen humor. A él le tocó interpretar “Maniac” un cover que todos cantamos. Luego, con “Dying for an Angel” todas las gargantas volvieron a sonar al unísono.
Las siguientes en la lista fueron “The story aint over”, “The scarecrow”, “Promised land”, “Twisted mind”, el ya clásico “Avantasia” y “Let the storm descend upon you”.
Aunque el público ya se notaba cansado, volvió a aparecer Ronnie para invitarnos a vocalizar con él, el público respondió de excelente manera así que Atkins clamaba por más y más hasta que empezó a cantar “Master of the pendulum”. En ese momento sabíamos que ya estábamos en la recta final. El calor era intenso, veíamos a nuestros héroes ir constantemente a la zona de catering y tomar las decenas de bebidas que tenían ahí, aunque, eso sí, siempre con una sonrisa para el publico. Los veíamos bromear y disfrutar mientras interpretaban “Shelter from the rain”, única canción que le dieron como voa principal a Herbie Langhans, quien más bien había estado como apoyo vocal, mismo rol que mantuvo después en temas como “Mistery of a blood red rose” y “Lost in space”.

Con esto llegamos al clásico encore, frases como “ya nos vamos ,los amamos” y “nos vemos proto”. En ese momento abandonaron la sala y como ya es inevitable, la gente empezó a pedir “otra, otra”. No era difícil imaginar lo siguiente: entra Tobias de nuevo y por veinteava vez se dirigió a los metalheads anunciando el tema “Farewell”, mismo que cantó a dueto con Adrianne. Al terminar esta canción entraron todos a escena para interpretar “Sign of the cross/seven angels”, y con eso concluyó el espectáculo. Fueron tres horas diez minutos aproximadamente. Al final, todos agradecieron al público, tomados de las manos y sacando foto del recuerdo.

Finalmente los vimos partir. Sabíamos que no volverán pronto, pero nos íbamos felices pese a los inconvenientes que se tuvieron. Sabemos que la próxima vez volveremos a estar parados en la cola, esperando para vivir uno de los mejores shows de power metal que se pueden tener.

*Todas las fotos son de Germán García/Dilemma y fueron usadas con permiso.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena reseña. saludos

Fabina dijo...

Por una diversidad de temas, siempre es necesario saber y aprender de otros estilos y formas de músicar….excelente y adelante viva la música en todas sus expresiones ..
Fabiana