Iron Maiden/Sanctuary

Sanctuary Group anunció que Iron Maiden no renovó su contrato de representación con la agencia para manejar sus destinos. Igualmente, Rod Smallwood deja Sanctuary. Smallwood es una de las piezas clave en la historia de Maiden. Los “descubrió” en 1979 y desde entonces es el manager de la banda. Además, es co fundador de Sanctuary, su casa por más de 25 años. La idea detrás de esta decisión es según él, dedicarse de lleno a Maiden y tener a la banda como cabeza de su nueva compañía, Phantom Music management. Mientras, Sanctuary lo convenció para que se quede dentro de la compañía pero sólo como consultor, por los próximos 6 meses.
Eso quiere decir que Maiden será manejado y representado por Phantom, pero al mismo tiempo, Sanctuary seguirá como su sello discográfico en Estados Unidos y como agencia de mercadeo. Todas las licencias de venta de imagen de Maiden (playeras, gorras y demás artículos), así como el catálogo de la banda (uno de los que mejor vende en el mundo) serán manejados por Sanctuary.
La noticia ya era rumor desde hace tiempo, pero ahora que se confirma al cien por ciento, resulta extraño. Lo de Smallwood es un movimiento claramente económico. Manejar a una banda que se mantiene activa, que sólo hace giras de locales de 10 mil personas para arriba y que tiene uno de los catálogos más vendidos en la historia del rock, tiene mucho $entido.
Imagino que su idea es empezar a jalar artistas de futuro prometedor con el gancho de Maiden, porque el sexteto británico, para bien o para mal, ya va de salida. Según declaraciones de Steve Harris, tal vez les queden un par de discos y sus respectivas giras antes de dejar que la Doncella de Hierro descanse en paz. Eso quiere decir que Smalwood está mirando hacia el futuro y que aprovechó perfecto su relación con la banda para hacer su movida. Porque dejar Sanctuary no es una jugada fácil. Bien que mal se trata de un corporativo grande, con recursos y todo un equipo de trabajo detrás que ayuda a que Maiden siempre esté vigente. La nueva empresa de Smallwood empezará de cero, y por mucho que él tenga todo el colmillo del mundo y Maiden esté en buen momento de ventas, echar a andar una gira requiere mucho dinero y esfuerzo. Ya veremos cómo les va, aunque de entrada la esperanza es que les vaya muy bien.
Y ya que andamos en el mundo Maiden, me gustaría saber las opiniones de ustedes sobre la nueva gira. Digamos que si Maiden viene a México el año que viene, lo que nos espera es casi seguro la idea que andan llevando por Estados Unidos: tocar los casi 80 minutos de A matter of life and death completitos, y un puñado (cuatro) de éxitos. NO tocan “The number of the beast” (casualmente ahora que Nico McBrain se declaró ferviente cristiano), “The trooper”, “Aces high” ni “Run to the hills” por ejemplo. Entran al set Two minutes to midnight, Hallowed be thy name, Fear of the dark. Iron Maiden y The evil that men do. Ahora bien, su decisión de tocar todo el disco es polémica, aunque ciertamente tienen todo el derecho de hacerlo. El problema si vienen a México sería que acá no tuvimos esa gira de The Early Years, en la que tocaban sólo temas de sus primeros tres o cuatro discos. Y la última vez que vinieron, su concierto no fue precisamente el más memorable (como tampoco lo era el disco de promoción, Brave New World).
A todo eso debemos sumarle el contenido de A matter of life and death. Yo ya le di tres o cuatro vueltas enteras en el discman y no termina de convencerme. No es un mal disco, pero sí es un trabajo muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados, es mucho más progresivo y menos metalero que cualquier otro y tiene una extraña fascinación por las introducciones largas. La reseña no es para este lugar, para eso les recomiendo visitar Arritmia y checar los cometarios del Mikkel.
Nada personal contra Maiden, pero sus decisiones recientes son ciertamente polémicas y aquí, en sangre de metal, ese es caldo de cultivo para escribir.

Chico Migraña