Hoy hace 28 años.

***Hoy no habrá Sangre en la Red

Hoy hace 28 años.

Y nada tiene que ver con el metal, ¿o sí? Los ideales de Lennon era los mismos que distinguen a nuestra querida música: libertad, paz (o estar en contra de la guerra), autenticidad, pelear contra ciertas injusticias sociales y políticas...
Me volví fan de los Beatles ya tarde en mi vida. Los conocía desde muy chiquito, pero el “I want to hold youtr hand” se quedaba chiquito ante el sexualismo de bandas como Kiss y AC/DC. Muchos años en el radio, cuando mi mamá me llevaba a la escuela, escuchábamos en La Pantera (creo) La Hora de los Beatles, pero siempre rolaban temas como Love Me Do, PS I Love You y otros de similar factura fresoide. Ya ni siquiera recuerdo bien, pero si sé que el primer compact disc que tuve fue el Revolver, de los Beatles. Y Eleanor Rigby, Taxman, And Your Bird Can Sing y Got To get You Into My Life eran totalmente diferentes. Luego, en la universidad, me tocó hacer un trabajo que llamaban multidisciplinario (no recuerdo para que materia o materias) y lo hicimos de ellos. Leí mucho y me enamoré de su historia, de todos los significados de cientos de sus letras, de las historias detrás del mito.
Y claro, Imagine sonaba siempre en las fiestas, era parte del catalogo de rolas suaves que usábamos para que las chavas se pusieran más ligeritas (aunque casi nunca servía jaja). Todavía recuerdo que cuando lo mataron, yo estaba viendo el futbol americano y Jorge Berry dio la noticia. Yo tenía 9 años y más bien me importó poco. Pero con los años, la imagen de Lennon creció mucho en mí. La suya, porque McCartney y Ringo más bien me daban lo mismo y Harrison, aunque me gustaba saber de él, pues era más retraído. Lo mejor con él eran las historias que tienen que ver con Clapton, como el tema Líala y la trágica historia de triángulo amoroso que representa.
Digamos que medio estudié a Lennon, sus ideales, sus contradicciones y su vida. Era un personajazo. Una de esas mentes que no deberían ser cegadas tan temprano y mucho menos en las circunstancias en las que sucedió. Es fascinante pero tan largo, que hablar de él en este espacio sería difícil. Siempre he recordado, al grado de haberla dibujado en mi recámara hace algunos años, una imagen de él. Eran sus clásicos lentes redondos, uno de ellos tenía una breve charca de lágrimas sanguinolentas y debajo preguntaba “¿Por Qué?”. Eso estaba en la barda de la Liga Maya de Béisbol, en la parte donde termina Barranca del Muerto.
Ando leyendo un libro que se llama Estremécete y Rueda: Loco por el Rock and Roll. Es la historia del rock mexicano de finales de los 50 a principios de los 70. Muy interesante lectura. Llegué a la parte de fines de los 60, el hippismo y demás y hoy aprendí, por ejemplo, que las rolas Sexie Sadie y Dear Prudence del magnífico disco blanco son referencias a las ondas cachondas acosadoras del Maharishi Mahesh Yoghi contra la hermana de Mia Farrow, Prudence.
Es decir, el universo Beatle, sobre todo en la etapa más rockera y psicodélica, es fascinante, y dentro de ese universo, lennon era la gran figuran Fue el quien mandó hacer varios espectaculares en Nueva York (junto con Yoko Ono) que decían “La Guerra ha terminado si tú así lo quieres” y “Feliz Navidad de parte de John y Yoko”; fue el quien escribió ese temazo que es God: Dios es un concepto con el cual medimos nuestro dolor. Fue él quien escribió para los héroes de la clase trabajadora, en fin, fue el quien me llenó de conceptos un tanto rojillos sin llegar a los excesos de amigos míos en la prepa y universidad que querían ir a la pizca de papa en Cuba para ayudar a la revolución.
Es una de las figuras que más influyó en cierto momento de mi vida para moldear algunas de mis tendencias ideológicas. Desencantado gritó No creo en Zimmerman (Bob Dylan) y líneas más adelante decía “No creo en Hitler, No creo en Jesús) y mira que ponerlos en líneas sucesivas causó un verdadero alboroto. Fue un grande que se fue muy joven. Ni siquiera la historieta cursi de que Yoko Ono mató a los Beatles puede hacerle sombra al gran impacto que tuvo Lennon en el mundo a nivel masivo, y en mí a nivel personal. Nunca se ha podido contestar esa sencilla pregunta, Por Qué. Chapman ha dicho muchas veces su versión de la respuesta, pero nunca será suficiente.
Imposible olvidar como cambia el significado de una canción cuando conoces el transfondo de la misma, como en Julia, dedicada a su madre. Recuerdo que alguna vez mi papá me pidió que lo acompañara al Aurrerá. Prefería ir con mi mamá porque siempre me compraba un disco, y mi papá no. Ese día le pedí el Double Fantasy de Lennon y Yoko. Estaba chavo, seguía sin mucha conciencia de él o los Beatles, pero la portada me parecía increíble. Un simple beso en blanco y negro, pero transmitía muchísimo. No me lo compró y una vez más, lennon se fue al baúl del futuro. De haberlo tenido igual no me habría impactado gran cosa. Pero esa imagen estuvo siempre cerca de mí. Cada vez que veo a Yoko Ono me queda claro que el concepto belleza es algo tan personal, que no debería existir. Cada vez que la veo recuerdo a Lennon en un documental quejándose de algunos fans: “incluso han llamado horrible a mi mujer, no saben lo que dicen”. Lennon se cocía aparte, su enseñanza es muy valiosa, aún todos estos años después.
Lennon y Janis solo hubo y habrá uno en la historia. Los dos caben y cabrán siempre en este blog, aunque sean No metal.
Hoy, hace 28 años.

Migraña Across the Universe