Long Live Long Plays

Mi historia con los LP's es larga y hermosa. me lleva necesariamente a recordar los tiempos en que comenzaba a descubrir música, en que comenzaba una colección y mi vida cambiaba de rumbo de manera definitiva. Y aunque hoy son una especie de artículos extravagantes, en su momento eran sencillamente la opción común. No existían por supuesto los CD, y no parecía que hicieran falta.
Cuando Wal-Mart no existía, esas tiendas se llamaban Aurrera. Mi mamá siempre hacía sus compras ahí, y yo solía acompañarla. Esto habrá sido como a los 8 años, más o menos. Íbamos caminando y en la sección de discos (antes eran unas mesas enormes en las que se acomodaban por orden alfabético los LP's), en una islita separada, estaba la imagen que cambiaría mi vida para seimpre. Ya lo he platicado antes así que no aburriré con la re edición de la historia, pero ver por primera vez en mi vida un disco de Kiss (que no era LP, por cierto, era un 45RPM con cuatro rolas) fue un hito en mi camino. Ese mismo día me lo compró, y desde entonces los LP se conviertieron en parte necesaria de mi existencia. Muchos años los pasé acompañando a mi mamá al Aurrerá, ella hacía las compras y yo me quedaba en la sección Discos (así se llamaban, nadie les decía LP's o Vinilos) viendo portadas, nombres de bandas y solistas y canciones.
Mi mamá siempre fue una especie de cómplice. Pocas veces me negó el gusto de comprarme alguno. Mi papá no era tan accesible. Y a él le encantaba y le encanta aún la música, sólo que no la mía. Tuvimos muchas diferencias por los discos, por las portadas que en ese tiempo eran hermosas y grandes (no pequelñitas y casi sin chiste con los compactos). Aún recuerdo que alguna vez en casa de una tía que tenía Cablevisión (cuando no era de control remoto, sino que se cambiada de canal con un pianito conectado con cable a la tele) vi un programa gringo en el cual entrevistaba a Dee Snider. Él decía que jamás había consumido drogas, y yo le creía. Cuando regresamos a casa le venía platicando eso a mi papá. Más o menos estábamos comunicándonos, pero cuando llegamos, saqué el disco de Stay Hungry, con la famosa portada de Dee vestido de... bueno, de Dee, comiéndose un hueso. No lo hubiera hecho. Esa fue la ocasión en que me dijo que estaba harto de mis gustos musicales y de mis discos y sus portadas. Se cansó también de que tuviera pósters de bandas en mis paredes: "deberías poner pósters de mujeres, no de maricones y mamarrachos". Lo siguiente fue quitarlos todos, robarme unas Playboy de un tío y tapizar el cuarto con senos y vaginas, au nque esa es otra historia. Y así recuerdo también que alguna vez le pedí que me comprara el disco Two Virgins de Lennon, pero él y Yoko encuerados en la portada no le parecían muy apropiados para un mocos, para entonces, como de 11 años.
Así, a Judas Priest lo conocí justamente por esperar a mi mamá en la sección de los discos. La portada de Defenders of the Faith me atrapó, me lo compraron y jamás me separé de la enorme banda británica. A Grim Reaper los conocí igual. Recuerdo por ejemplo haber comprado el Led Zeppelin III en Zorba Music, un importadr que tenía su tiendita en Perisur. la magia de se disco (carísimo, recuerdo, por ser importado y por venderse en Perisur) era que tenía una especie de doble portada. Traía dentro de la portada normal una especie de cartón circular que se movía con los dedos y que hacía que aparecieran diversas imágenes en los hoyos que estaban en la tapa normal. Eran como pequeñas vitrinas con las que se podía jugar.
Recuerdo mi primera compra de Helloween, en Discos Ser, hoy el LUCC. Era un EP (no sabía que era eso, y me tardé algún tiempo en descubrirlo) llamado Judas. Era importado también, lo que ofrecía la ventaja de que el disco venía guardado en una funda de papel, con las letras impresas. Los nacionales venían en fundas de plástcio, y en ocasiones, con los títulos traducidos (algunos de manera ya no ofensiva, sino grotesca).
No recuerdo bien como llegó a mis manos el primer disco de W.A.S.P. (autotitulado), pero sí recuerdo cómo me llamaba la atención que en la contraportada traía una leyenda que cedía "The Gods you worship are steel, at the altar of rock and roll you kneel". Me llevé años (era un mocoso) tratando de descubrir a qué demonios se refería. Y así recuerdo también frases como Twisted Sister y su Play it loud, Mutha! impreso como en sello de agua en la hojita de las letras (en uno de esos exóticos casos en que un disco nacional traía letras); el "Judas is dedicated to all politicans who talk humanitarian but act like mosnsters" (o algo parecido) de Helloween...
Recuerdo a mi abuelita leyendome una y otra vez la historieta del Unmasked de Kiss, y recuerdo calaramente que cuando fui por primera vez a Estados Unidos, en Los Ángeles mis papás me compraron el Alive! II. Traía dentro una tira de estampitas, que mocoso como era yo las saqué y pegué sobre la tapa de mi juego de Turista Mundial. Un año más tarde, cuando reprobé matemáticas en sexto de primaria, mis papás me castigaron tirando todos mis discos de Kiss a la basura. Y sí, el LP fue parte integral de mi vida.
Recuerdo por ejemplo que The Number of the Beast lo cambié por un puñado de timbres postales. Yo tenía las estampillas y mi vecino el disco, y así llegó Maiden a mi vida (bueno, antes tuve el Piece of Mind, hasta hoy mi favorito, en una edición que se abría en dos (creo que eran versiones europeas). Sólo traía un disco pero pero la portada se abría en dos partes, dejando ver dentro una foto de los Maiden, en una mesa rodeada por unas armaduras medievales, con un cerebro al centro de la mesa jajaja. Y traía (trae, porque lo conservo aún) las letras impresas en la contraportada. Y comencé a tener más y más, hasta que decid+í que mis discos eran mi colección. Comencé a acomodarlos por orden alfabético, les ponía un pedacito de cinta blanca (la que se usa en medicina, no recuerdo el nombre y no es micro por) con el número consecutivo. Luego ponía mi apellido con tinta psicodélica en el centro del LP, para que nadie se los robara. Y aprendí trucos de mis primos y tíos: para abrirlos y que no se dañen, lo0s debes frotyar contra la mezclilla, hasta que solito se abra, me decían. Si se brinca una rola y no se ve rayado, pásale un hielo y se cura; y lo mejor es que era verdad. Los limpiaba con alcohol y aprendí a hacer el dobladicllo de las fundas como venían cuando nuevos, para que no se les metiera el polvo. Y de pronto ya eran cientos de ellos. Un montón de bandas que no tengo en CD las conocí por los LP's, y los conservo. Kix, Raven, Grim Reaper... son muchos y no recuerdo.
Como olvidar la Serie Rocker, que ya nomás por el nombrecito te hacía sentir especial. Así conocí a Metal Church, con su primer disco (autotitulado), y ponía la aguja en la rola Metal Church y viajaba por el sonido de un metal que hasta entonces no conocía.
Fue en un LP que escuché por primera vez el canto de las ballenas, por ejemplo.
Fue en un LP que me tocó el primer vinilo de color (rojo) en mi vida.
Fueron LP's los que me ayudaban a pasar horas mirando el arte, leyendo agradecimientos, citas, letras...
Recuerdo que la primera vez que alguno se quedó en el sol y se echó a perder lo quise cambiar en el super, y no se pudo. recuerdo también que los vendían en todos lados, y de todos los géneros, no como ahora que encontrar metal es casi imposible. Y claro, había cosas que no llegaban para acá, pero por lo menos encontrabas bastante material para irte formando en esto. Recuerdo también que algunos discos venían mal hechos, como el Under the Influence de OverKill, que tenía una especie de via láctea en el vinilo, y sonaba con un poquito de scrath, aunque era nuevo. tampoco me lo quisieron cambiar en Aurrera.
En fin, larga vida al LP porque a mí en lo personal me trae miles de recuerdos. Supongo porque no he leído y escribo esto tarde, que alguno de mis queridos amigos en los blogs que le entraron a este tema simultáneo habrán escrito de las bondades tecnológicas. Yo nunca fui bueno para eso, me tardé años en descubrir (porque me daba pena preguntar) qué eran Bass y Treblñe en el aparato tocadiscos, así que mejor dejo esa parte para alguien más docto. A mí me gusta la nostalgia, sobre todo porque mi colección se mantiene más o menos intacta, y aunque tiene algunas cosas terribles por ahí (recuerden, también los metaleros fuimos niños, tuvimos tías o abuelitas que nos regalaban discos de Spandau Ballet u Olivia Newton John) en general es una muestra más que representativa de mis años formadores.
Sí, larga vida a los LP's.

Los blogs amigos que escribieron sobre este tema son:
Mariscal Bisteces
Arritmia
Caminos de Acero
Diablo Despierto