Marvin Reciclaje: Maiden

Bueno, el día Maiden ha llegado y yo sigo pensando igual que antes. Por esa misma razón y porque me parece que ya algunos entienden que las opiniones son válidas todas, siempre que sean expresadas con respeto, les dejo un artículo Marvin del 2010, escrito luego de aquél "incidente" con algunos anónimos:

Iron Maiden en modo de recilaje.

El Diccionario Ilustrado Océano de la Lengua Española define la palabra reciclar de la siguiente manera: “someter repetidamente una materia a un mismo ciclo, para ampliar o incrementar los efectos de éste”. A pesar de que la definición es bastante técnica, el concepto se utiliza en diversos ámbitos coloquiales, como la música. Así pues, se acusa de reciclaje a una banda que abusa de una misma fórmula para mantenerse vigente. Dos ejemplos clásicos son en el rock nacional El Tri, y en el internacional AC/DC. A ambas bandas les ha funcionado re bien el mantener una misma fórmula, aunque las dos han padecido varias décadas de críticas por lo mismo. El reciclaje musical es pues una manera ofensiva de referirse a una banda. Se les aplica el término para demeritar su valía.
Pareciera sin embargo que existen bandas intocables, las llamadas vacas sagradas que para sus fans jamás hacen nada equivocado. Se trata de grupos que fácilmente pueden ser criticados por haber dejado de crecer musicalmente, pero al mencionar semejante herejía, quien la profiere queda marcado para siempre. Tal es el caso de Iron Maiden.
La apreciación musical es una actividad absolutamente subjetiva y por ende una que cuesta mucho trabajo unificar. Muchísima gente alrededor del mundo considera a Maiden como la mejor banda de metal. Muchos más no opinan igual. Hasta ahí todo iría más o menos bien, excepto que los fans de la banda no aceptan jamás la opinión de quienes no gustan de la llamada Doncella de Hierro. Para ellos no existen los conceptos de discos malo o flojo, y mucho menos la idea del reciclaje. En sus mentes (y tienen derecho, por eso son denominados fans) el hoy sexteto sólo crece y hace mejor las cosas cada día, es una fuente inagotable de innovación y oasis de creatividad en un mundo –el del metal- que más bien se ha tirado a la mediocridad.
Sin embargo las voces contrarias también existen, y no es cosa del otro mundo explicar por qué Maiden puede ser considerada una banda que recicla, y en la mirada cada vez de más gente, de manera equivocada. Uno de los argumentos típicos de sus seguidores es que no se han estancado y se mantienen vigentes al grabar discos de manera más o menos constante. Ciertamente, entre el año 2000 y el 2010 han lanzado al mercado cuatro discos de material original. Los cuatro han tenido cierto éxito a nivel mundial, pero también han sido criticados.
Un dato curioso y que los críticos han atacado consistentemente es que el sexteto parece tener ya una fórmula recurrente (por no decir un marcado empecinamiento) por hacer temas largos. De las 41 canciones que constituyen las ediciones normales de esos cuatro discos, 28 superan los seis minutos de duración y siete más duran más de cinco. Eso suma 35 temas en los que parece que hacerlos largos es más una obligación que una necesidad. Muchos de ellos tienen largas introducciones que no aportan gran cosa al desarrollo de las mismas. Parece pues una fórmula, y reciclada además.
Otro aspecto recurrente y criticado es su intención cada más marcada de parecer una banda de tintes progresivos. Eso en sí mismo no tiene nada de malo obviamente, pero es también una fórmula que reciclan hace diez años, sobre todo para que el bajista y compositor principal de la banda pueda “lucirse” y mostrar su capacidad de crear temas complejos. Y en este caso sólo se toman en cuenta los últimos diez años de la banda, porque los discos The X Factor y Virtual XI, que fueron con un cantante distinto y son los dos directamente anteriores a los ya mencionados, también traían esa marcada tendencia hacia las canciones largas sin mayor mérito aparente que hacerlas largas y con tintes progresivos.
Así pues, la marca que ha dejado Iron Maiden es ineludible y altamente positiva en el mundo del metal. Eso no quita empero que lleva varios años de autocomplacencia y poca creatividad. Han perdido en buena medida la garra y el poder de su sonido en aras de acomodar (y esto también parece más una necedad que una decisión tomada con base en criterios serios) a tres guitarras. Es muy poco el material que han grabado en el cual de verdad se sientan esas tres aportaciones. Y es quizás por esa misma razón que el sonido ha tendido tan marcadamente hacia el progresivo y cada vez menos hacia el metal crudo y semi punk que los distinguió en los primeros años de su carrera.
Iron Maiden ha abusado de una misma fórmula, la ha reciclado hasta el hartazgo y en medio de sus giras ha lanzado algunos dardos envenenados que le han funcionado, eso sí, a las mil maravillas. Porque las giras de los últimos cinco años han abundado en material de sus primeros años, o de su primera etapa. De 2005 a la fecha han realizado giras como The Early Years (temas de sus primeros tres discos), A Matter of the Beast (mitad del set con temas de A matter of life and death y la otra mitad con temas de The Number of the Beast) y Somewhere back in time tour (basado en sus éxitos de los 80). Eso significa ante los herejes ojos de alguien que no es un fan clavado, que Maiden entiende que su éxito está en su pasado, y no tanto en su presente. Pero el sacar discos con la misma fórmula significa también que no les importa. Están en su derecho y ciertamente con más de 30 años de carrera no se les puede criticar duramente. Lo que hacen les funciona y eso es saludable tanto para ellos como para sus fans y la escena en general. Aceptarlo sin embargo no significa cerrar los ojos ante lo evidente: Iron Maiden es una banda que recicla fórmulas, aunque lo haga bien.

Por Chico Migraña.