viernes, junio 01, 2007

Black Sabbath: un nombre, tres caminos

La última vez que estuve en Alemania, fui a Berlín. Es una ciudad muy diferente a las demás que conocía (Hamburgo y Colonia), fue devastada en al Segunda Guerra Mundial, el 95% de los edificios del centro de la ciudad desaparecieron. Es entonces una ciudad moderna, llena de edificios grandes y con poca historia arquitectónica. Por ahí queda la ruina de una iglesia (a dos cuadras del Hostal donde me hospedaba, que está junto a la estación Zoologischer Garten del metro). Como dato por si acaso, no recuerdo el nombre del Hostal, pero está en una esquina saliendo del metro, y es muy barato.

Mi manera de turistear es salir a caminar. Tomé un camión que me llevó a la Puerta de Brandemburgo, y de ahí caminé sin rumbo definido hasta que llegué a una plazuela extravagante. Era una especie de Zócalo pequeño (comparado con el nuestro, porque en realidad es grande) coronado con pilares de concreto pintados de color gris que varían en su tamaño (2, 711 en total). Éstos se sucedían uno tras otro sin lógica aparente. Desde la esquina el espectáculo es como ver un bosque con árboles de tamaños desiguales. Resultó ser que en el subsuelo estaba el Museo del Holocausto, versión judía (existe el mismo museo versión Germana). Entré y la experiencia me acompaña hasta hoy.

Describirlo por fuera tiene cierto sentido turístico, pero nada más. Caminas entre los pilares y sientes que estás en un enorme laberinto. Yo andaba caminando por ahí, a punto de irme tras no encontrarle mucha lógica a la placeta, cuando vi a un grupo de personas salir del subsuelo por una escalera un tanto escondida. Me acerqué y descubrí que era un museo, un memorial, más bien.

Adentro, la construcción es muy básica y en cuatro partes. La intención es no olvidar. Llevo un rato buscando en internet y no encuentro nada que hable de esa parte de la experiencia, todo gira en torno a la conmoción que generó el monumento, en el 2005. Por eso, lo que escribo ahora es lo que recuerdo, así que puede haber algún detalle que se me olvide.

Entras y caminas por la primera cámara, un espacio lleno de fotos muy viejas que hablan de los campos de exterminio. Ahí, una de las fotos tenía a una hilera de personas caminando, esposados, guiados por soldados (que ahora se) eran Británicos. El pie de foto decía algo como “Prisioneros judíos en el llamado Black Sabbath. Sábado 29 de junio de 1946”. La historia del Black Sabbath judío es larga y compleja, implica muchas cuestiones políticas (la dominación Británica en Palestina, el éxodo de judíos a esa misma tierra, una posterior prohibición a ese mismo éxodo y el derrumbamiento de varios puentes que conectaban a Palestina con sus vecinos, entre otras cosas). Así supe que Black Sabbath, además de ser el nombre de una película, era una referencia judía, pero más de esos un poco más adelante en el texto.

Ya que estamos en esto del memorial del holocausto, creo que vale la pena seguir con lo que sucede en su subsuelo. La segunda estancia está llena de fotos de familias judías de todo el mundo. Algunos que vivieron en ex repúblicas soviéticas, griegos, húngaros, polacos...cada foto está acompañada por un breve texto que narra a qué se dedicaban los miembros de las familias; cuando, cómo y dónde los apresaron y cómo y cuántos fueron asesinados. Ya para entonces te embarga un sentimiento difícil de explicar. Porque el asedio nazi contra los judíos es más bien inexplicable. En la tercera cámara sientes casi como si alguien te rompiera las piernas. Las paredes ya no tienen fotos, sino textos grandes, y lo más importante ahora está en el suelo. En los textos se narra la cantidad de judíos y gitanos asesinados en cada país. Ucrania, Austria, Hungría... Pero lo más impactante es Polonia. Ya no recuerdo la cifra, pero pasaba el millón de exterminados. En el piso, cubiertos con placas de vinilo, se encuentran textos escritos por gente que vivió y murió en campos de concentración. Algunos escribían sobre el papel de baño, otros en diarios privados que pudieron esconder. Otras son cartas que se enviaron. Te conmueves porque de no hacerlo, dejarías de ser humano. La carta de un niño de 12 años a su padre a mí me sacó muchas lágrimas. No recuerdo exactas las palabras, pero decía cosas como que la muerte no le espantaba. “No me importa saber que voy a morir, pero no entiendo y me da rabia saber que moriré porque alguien más así lo quiere. Me da rabia saber que moriré luego de haber visto morir a mis hermanas y mi madre y que no pude hacer nada. ¿Quién les dijo que pueden decidir sobre nuestras vidas? Padre, no me importa morir, es sólo que no quiero que me maten como a un perro”. Y como esa hay muchas cartas, terribles, horribles, fuertes, dramáticas.

La última cámara es blanca y en tres de sus cuatro paredes no hay nada. En la cuarta pared se proyecta un texto, mismo que se puede escuchar en Alemán e Inglés. Cada fragmento es una mini biografía de alguno de los millones exterminados. “Fulanito nació el día tal en la ciudad de tal. Su familia fue apresada y llevada en tren al campo de tal, ahí fue asesinado en la cámara de gas el día tal, a los 5 años de edad” y así miles de historias más. Al final te dan un folleto que te explica que esa es una forma de no dejar a los 6 millones de muertos en el anonimato. El rescate de sus biografías es una especie de tributo, de recuerdo a sus vidas.

Bueno, supe entonces que Black Sabbath era un término relativo a un día oscuro en la historia judía. Pero según mis recuerdos, el nombre de la banda que inventó el metal no tenía nada que ver con eso. Según yo, ese término venía de una película.

Tre volti della paura, I. Esa es la película que se llamaba también The three faces of fear, pero los distribuidores norteamericanos la re bautizaron como Black Sabbath. En los créditos (sobre todo en tiempos recientes) se le da gran importancia a Boris Karloff (el famoso Drácula) aunque en la realidad su papel más que preponderante es como de narrador e hilo conductor entre las tres historias que dan vida a la película. La reseña es larga, digamos que se involucran en escena una prostituta que recibe llamadas amenazadoras. Ella es en buena parte responsable del encarcelamiento de proxeneta, mismo que tenía una amante que es la que teje las terroríficas llamadas que...Luego, la segunda parte habla sobre una especie de vampiro que se alimenta de la sangre de sus seres queridos. La criatura es conocida como Wurdulak (interpretado por Karloff), y cuando la familia descubre sus intenciones, cosas raras empiezan a suceder...Y la tercera parte trata sobre una enfermera que debe preparar el cadáver de una médium que murió en una violenta sesión espiritista. El cadáver es custodiado por una extraña mosca que acosa a la enfermera, quien además gtrata de robarse un anillo de la muerta...

En la edición de julio del 2001 de Guitar World, Terrence “Geezer” Butler platicó que luego de tomar prestado un libro de magia negra de Ozzy, esa misma noche despertó en medio de un sueño para ver a una figura negra, parada en el pie de su cama con una mirada horrible. Tras algunos momentos, la aterradora figura se desvaneció en el aire. Luego, Geezer decía que le platicó a Ozzy sobre el incidente. “A Ozzy se le quedó grabado todo, y cuando estábamos ensayando nuevo material, cuando estábamos creando la rola ‘Black Sabbath’, él simplemente intervino con la famosa letra. Era algo que debía sacar de adentro suyo, y lo hizo en aquella canción. Luego de eso sólo quedaba un nombre lógico para la banda”.

Así nacen las leyendas.

Chico Migrasabbath

9 comentarios:

AndreaLP dijo...

Es indescriptible el sentimiento que tienes al estar en un lugar así. Y el holocausto judío a mí me toca de manera especial, no sé porqué. Comprendo lo que expresas y lo comparto.

Respecto al nombre de la banda se tejen muchas leyendas, entre ellas, que Black Sabbath es el nombre de una fiesta satánica, por ejemplo.

¿Cuál será la verdad? Quizá no lo sabremos nunca.

Saludos, Migraña.

Zombie dijo...

¡Migraña! Yo también estuve ahí. Yo también caminé entre los pilares grises. ¿Sabías que antes se podía brincar sobre ellos, hasta que un borrachín se cayó y lo prohibieron?

Yo también entré a ese museo. Yo también caminé por esas salas. También me conmovieron los textos que están en el suelo. Qué bueno que nos cuentas eso, me emocioné un poco.

R dijo...

Interesante.

Don, no quiero sonar mamon pero...Boris Karloff es el famosisimo Frankenstein. Dracula fue interpretado por Bela Lugosi.
Una persona clave para mi obsesión por las peliculas de horror.

Chico Migraña dijo...

Gracias por la corrección vanadalo, tienes toda la razón.

Saludos

YAYAmaiden dijo...

jejejj yo me saque de onda con lo de boris jejej y si ese es frankestein a bela lugosi hast rola sacaron ejjeje

y chale el holocausto es lo mas horrible de este mundo por todas las personas q mureron y sufrieron y claroq cuando ves un documental o como tu cartas textos se te hace chinita la piel

y pues q bueno lo de ese museo para q esas victimas no qeden en anonimato y uno recuerde lo cruel q pueden ser los hombres

saludos lokochonnnnnnnn

Phantom Lord dijo...

Excelente post, como nos tienes acostumbtados, Sr. Migraña, una gran descripción de las cosas.
Respecto a lo de Black Sabbath, tengo entendido que el Sabbath es una fiesta antigua judía, en la que se sacrificaba un animal negro (creo que era un chivo) y que ya no se celebra salvo en circulos esotéricos, pero solo era sabbath, sin el black.
Saludos

mark dijo...

boris karloff no era ni dracula ni frankistein, era la momia, y por cierto como cuanto cuesta un boleto para alemania, digo porque algun dia hay que ir a ese museo, en especial a los que nos llama mucho la atencion ese tema

mark dijo...

ah y se me olvidaba, el sabbath no era un sacrificio de animales, era como su nombre lo indica en sabado todos los judios oraban y daban gracias

R dijo...

Sorry Mark, pero...Boris Karloff interpreto al buen Franky.
Y de ahi se catapulto a la fama, incluso Bela rechazo el papel.
En lo que los criticos de esa epoca llamaron uno de sus peores errores.

Don Rober.